En tiempos de SUV gigantes y precios desorbitados, este coche vuelve a lo importante: confort, sentido común y diseño con cabeza

El Citroën C4 ha sido, desde hace más de dos décadas, uno de los modelos más representativos de la marca en el segmento C. Su propuesta de berlina compacta siempre ha oscilado entre la funcionalidad y el confort, una identidad que ahora se reafirma con más fuerza que nunca. Los nuevos Citroën C4 y C4 X, rediseñados por completo, se presentan como una evolución natural, ganando en madurez, sencillez de líneas y calidad percibida, pero manteniendo intactos los valores esenciales de la gama.

Fabricados en exclusiva en España y presentados en el Salón del Automóvil de París 2024, estos modelos no solo actualizan su estética, sino que refuerzan su posición como alternativas sensatas en un mercado donde cada vez cuesta más distinguir entre lo que es tendencia y lo que es utilidad. Con una mezcla de soluciones prácticas, tecnologías bien calibradas y una notable habitabilidad, los nuevos C4 y C4 X buscan ofrecer una experiencia de uso diaria realista y agradable, sin dejarse arrastrar por excesos innecesarios.

Más allá de las cifras o el diseño, la clave del éxito de estos modelos radica en su enfoque centrado en las personas. Desde el rediseño de los asientos hasta la suspensión adaptada a las irregularidades del firme, cada decisión parece orientada a lograr una sensación de conducción serena, silenciosa y, sobre todo, cómoda. El resultado es una berlina sin pretensiones, que prioriza el bienestar sin perder la esencia estética y tecnológica que el consumidor actual espera.

Con versiones 100% eléctricas, híbridas de nueva generación y opciones térmicas en función del mercado, la gama se adapta a las distintas realidades de movilidad, desde lo urbano hasta lo familiar. Pero lo más interesante es cómo esta oferta no se siente forzada, sino coherente con el espíritu de Citroën: accesibilidad, lógica y diseño funcional. En un momento en que muchos coches parecen hablar más de quienes los diseñan que de quienes los conducen, el C4 y el C4 X parecen haber entendido mejor que nadie a su usuario.

Una identidad de diseño más clara y sobria

El frontal de ambos modelos incorpora el nuevo lenguaje visual de Citroën, con el logotipo rediseñado en una parrilla más horizontal y limpia. Los faros LED de triple segmento imprimen una firma luminosa distintiva, moderna y reconocible desde lejos.

En el caso del C4, se ha trabajado especialmente en la parte trasera para lograr un diseño más depurado, mientras que el C4 X mantiene su silueta fastback elegante. En conjunto, ambos vehículos transmiten una presencia más sólida y coherente.

Suspensión y asientos: el confort como eje central

Citroën lleva años apostando por un confort distintivo, y esta nueva generación no es la excepción. Los asientos Advanced Comfort cuentan con espuma de alta densidad y un acolchado más grueso, que mejora el apoyo sin comprometer la suavidad.

Combinados con la suspensión de topes hidráulicos progresivos, proporcionan una sensación de “alfombra voladora” que suaviza las imperfecciones del asfalto. Es un enfoque que prioriza la calidad de vida a bordo frente a una deportividad innecesaria.

Habitabilidad bien resuelta en ambas versiones

La plataforma de los nuevos C4 y C4 X permite una generosa distancia entre ejes (2.670 mm), que se traduce en 198 mm de espacio para las rodillas en las plazas traseras. También destaca la anchura, con espacio suficiente para tres pasajeros adultos.

Los maleteros refuerzan esta vocación práctica: 380 litros en el C4 (ampliables a 1250 con asientos abatidos) y 510 litros en el C4 X. Ambos cuentan con accesos amplios, fondo plano y soluciones útiles como trampilla portaesquís o ganchos laterales.

Motorizaciones híbridas: eficiencia sin complicaciones

La nueva oferta híbrida de 48V incluye versiones de 100 y 136 CV. Estas combinan motores gasolina de 1,2 litros con apoyo eléctrico, sin necesidad de enchufar el coche, pero con la capacidad de circular en modo eléctrico en entorno urbano.

El ahorro en consumo y emisiones ronda el 20%, y su funcionamiento es progresivo y suave. Es una solución interesante para quienes quieren electrificación sin asumir las exigencias de un enchufe o una infraestructura específica.

Versiones eléctricas: realismo y autonomía equilibrada

La gama 100% eléctrica se articula en torno a dos versiones: una de 100 kW con batería de 50 kWh (hasta 360 km de autonomía) y otra de 115 kW y batería de 54 kWh, capaz de llegar hasta los 425 km. Ambas permiten carga rápida de hasta 100 kW.

En paralelo, la marca ha apostado por un enfoque más emocional en la comunicación de esta tecnología, como lo demuestra la extraterrestre campaña del nuevo Citroën ë-C4, que pone el acento en la fluidez y el placer de una conducción libre de ruidos y emisiones.

Tecnología útil, no ostentosa

El cuadro digital de 7” y la pantalla central de 10” ofrecen una interfaz clara, intuitiva y personalizable. Destaca el asistente por voz “Hola Citroën” y la integración con smartphones sin cables.

Además, el sistema incorpora actualizaciones remotas y, en opción, ChatGPT como asistente conversacional integrado. Es un enfoque pragmático de la conectividad, donde lo importante es que la tecnología facilite la vida, no que la complique.

Seguridad activa: 20 asistentes bien seleccionados

Los C4 y C4 X no se limitan a lo básico. Incluyen hasta 20 tecnologías ADAS, entre ellas control de crucero adaptativo con función Stop&Go, frenado automático, detección de fatiga y sistema de mantenimiento en el carril.

También cuentan con Head-Up Display en color, visión 360 y cámara de marcha atrás con vista panorámica. Todo enfocado a una conducción más relajada, con ayudas que realmente se usan.

Posicionamiento racional en el mercado

Citroën no ha intentado reinventar el coche compacto, sino reinterpretarlo desde la lógica. En un contexto en que muchos modelos suben de tamaño y precio, el C4 y el C4 X ofrecen una alternativa con sentido común.

No buscan llamar la atención por exceso de diseño o prestaciones desmesuradas. Apelan, más bien, a un tipo de conductor que valora el confort, la usabilidad y una estética discreta pero cuidada.

Producción nacional y garantía extendida

Ambos modelos se fabrican exclusivamente en Madrid, lo que refuerza su vínculo con el mercado español. Esta localización también permite un mejor control de calidad y una logística más eficiente.

A ello se suma el programa «Citroën We Care», que amplía la garantía hasta 8 años en función del mantenimiento, reforzando la confianza del usuario en la fiabilidad del producto.

Colores y personalización, sin excesos

La paleta cromática incorpora tonos sobrios como el Gris Mercurio o el Verde Manhattan, junto a opciones más atrevidas como el Rojo Elixir. También se mantiene la opción bitono con techo negro.

Los “Color Clips” en elementos como los paragolpes o molduras laterales permiten cierto grado de personalización visual, pero sin caer en artificios ni excentricidades. Todo está en su justa medida.

El Citroën C4 X: una berlina con alma de fastback

La versión X aporta un enfoque algo más sofisticado, con una silueta que mezcla la estética de un sedán con el dinamismo de un fastback. Esta configuración le da presencia y facilita una mayor capacidad de maletero.

Sin embargo, no renuncia al ADN común de la gama: mismo confort, misma tecnología y misma lógica funcional. Es una opción ideal para quien busca un plus de estilo sin perder sentido práctico.

Un coche para personas, no para algoritmos

El C4 y el C4 X no compiten por ser los más espectaculares. Su propuesta no gira en torno a cifras llamativas ni a campañas agresivas. Son coches diseñados con cabeza y pensados para gente que simplemente quiere conducir bien.

En un mercado saturado de opciones cada vez más parecidas, Citroën ha decidido hacer algo distinto: escuchar al usuario real. Y eso, a veces, es la innovación más difícil de todas.

Cortesía de Muy Interesante



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