César Banana Pueyrredón debuta en teatro y se convierte en Dios

La mitad de la semana nos encuentra en un bar de Recoleta, donde el icónico compositor y cantante argentino César “Banana” Pueyrredón (72) espera para contar su último proyecto: será nada menos que Dios en el clásico musical español La llamada (obra cumbre de los españoles Javier Ambrossi y Javier Calvo, que lleva una década en la cartelera madrileña), y ahora llega al teatro Astros, todos los martes a partir del 15 de julio con un elenco tan explosivo como diverso que reúne a artistas como Flor Jazmín Peña, Leticia Siciliani, Juli CastroMariano Saborido.

De grandes gafas, impecable campera de cuero (bien rockero de los ’80) y jeans; el artista elige una mesa donde aparece de fondo un retrato del cantautor Facundo Cabral. “Con él vinimos muchas veces a charlar de la vida acá y nos pasábamos horas”, revela “Banana” mirando el retrato del colega fallecido, mientras comienza la charla con Clarín.

Está emocionado y se nota. Su entusiasmo parece no sólo por su debut actoral luego de medio siglo con la música, sino por el papel que le toca. Se puede decir que si para Borges “Dios es un libro”, en la calle Corrientes en los próximos días, el rostro del Creador, será el de uno de los cantantes más queridos por la cultura popular argentina. Y eso es un detalle hermoso del destino.

“Creo que mi perfil les cerraba, porque buscaban a alguien con ciertas características: Que sea grande, que pueda cantar de forma expresiva, que pueda hacerlo en Inglés. Por ahí viene mi elección, no tanto por mi popularidad, aunque eso obvio que ayuda”, señala el compositor que hará temas de Whitney Houston sobre el escenario.

-Las sensaciones previas al estreno no son novedosas para vos. Pero esta vez no están relacionadas a la salida de un disco o de una gira, sino algo totalmente distinto.

-Sí, claro. Igual te digo que no lo siento tan distinto. No es algo tan lejano el mundo del teatro musical. Aunque nunca lo había hecho, me ha llamado mucho y he ido a ver mucho. Mi hija también es fanática y nos hicimos muy amigos de la producción. Y ellos desde el año pasado que me decían: “Tenemos algo para vos”.

Alguna vez ya me habían hablado para Come From Away y no lo podía hacer porque eran muchas funciones y yo tenía muchos recitales y cosas pactadas que me hacían imposible llegar a todo, pero esta vez no me quería quedar con las ganas.

A los 72 años, César A los 72 años, César “Banana” Pueyrredón hará su debut actoral en una comedia musical, “La llamada”. Foto: Ariel Grinberg

Banana, ten piedad de nosotros

-Y no es cualquier papel el que haces, sino que interpretás a Dios. Pensaba que tu imagen, tu música, están tan metidas en la gente, que construir un personaje que nos haga ver que ahí no está Banana, sino un personaje de la historia, debe ser todo un desafío.

-Es verdad lo que decís. Vos pensá que siempre que me tocó actuar, hice de mí mismo. Hace poco se estrenó una película Mensaje en una botella, con Luisana Lopilato y Benjamín Vicuña, en la que hacía de Banana.

Esta vez hago un personaje completamente distinto, hago de Dios que con canciones en inglés llama a elevarse. Un personaje que está marcado magistralmente por los autores y la dirección. Es un hermoso desafío salir un poco de esa imagen que tiene el público de mí y que en ese momento vean solamente una interpretación.

-Me imagino que es un reto enorme para vos. Después de tantos años de ser parte de la vida de todos decir: “Che gracias, por el cariño, pero también quiero hacer algo nuevo”

-Tanto no puedo salir de esa imagen, porque en un momento cantan una canción mía, Cuando amas a alguien. Me tuvieron que convencer, porque yo les preguntaba si no podía ser que la canción absorba el interés por si misma. Y ellos me decían que la letra de la canción le va “perfecto a la escena” y la verdad que tenían razón.

Houston, tenemos un desafío

César César “Banana” Pueyrredón y una luz celestial para encarar su nuevo desafío: ser actor e interpretar a Dios. Foto: Ariel Grinberg

-Y en cambio hacés canciones de Whitney Houston.

-La verdad es que hacer temas de Whitney Houston me encanta. Es una artista que amo. Y poder hacer tres de sus canciones es un gusto enorme que me estoy dando. Es una cantante con la cual soñé hacer un dueto alguna vez. Hubiese llorado de emoción. Es un guiño que me hace un poco el destino.

Pero hay una razón por la cual están esas canciones en la historia, un guiño que es espectacular. La gente me dice: “¿No cantás temas tuyos?”. Y yo digo que no, que hay una canción mía, pero que la hace otro personaje.

-Hay algo genial que es el cruce de mundos del elenco. Te toca compartir cartel con chicos que hoy son muy populares en el país. Que la rompen en redes y en los streamings y los siguen millones de personas, y vos hace 50 años que tenés hits que cruzan generaciones.

-Te iba a decir que “me llevé una linda sorpresa”, pero no es así, porque no fue algo sorpresivo. Sino lo lindo de confirmar personalmente el profesionalismo, el talento y el respeto de estos chicos. Me sentí siempre muy cómodo. Te escuchan, te acompañan. Son pibes que prenden el celular y tienen millones de seguidores y en ninguno vas a encontrar ni media mirada de divo, más bien todo lo contrario.

Por eso te digo que no hubo colisión de universos, sino encaje armónico . Está bien, mi forma de ser es que yo no soy un cantante que no da bola y vive en una torre de marfil. Soy un tipo que labura de músico, de hacer shows, giras y vivo de subirme al escenario.

“Esta es la luz de Cristo…”. César “Banana” Pueyrredón asegura que nadie va a salir de ver “La llamada” de la misma forma que entró: “Es un gancho al mentón”. Foto: Ariel Grinberg

-Quizá funciona esta mezcla porque se encontraron en “tierra neutral”, el teatro musical que los acerca a todos, pero no es lo que hace la mayoría.

-Está muy bien lo que decis. Son muchos idiomas que se juntan para hacer un idioma nuevo. Hace unos días estábamos leyendo el primer acto y pedí permiso para acotar algo al director. Cuando me dejó, le digo a las chicas con las que estaba ensayando en ese momento: “Chicas, están perfectas. Lo de ustedes es perfecto”, lo dije de corazón, lo hacen tan bien que realmente necesitaba decirlo.

Es increíble lo bien que eligieron el elenco. Lo que canta Juli, con quien ya le dije que voy a hacer varias cosas. Flor no se puede creer como baila, que talento tiene. Pero principalmente quiero destacar que son todos muy profesionales. Que le decís que estén a las 4 y están ahí a las 4. Cómo cumplen todo lo que se les pide, cómo escuchan, cómo prestan atención, son un mimo para mí a esta altura de mi carrera.

La pasión, a través de los años

-Se te ve con una emoción que te desborda. Y después de semejante carrera podrías hacer las cosas de taquito, ¿cómo haces para no perder la pasión?

-Es que amo lo que hago profundamente. Y no puedo dejar de amarlo. A veces estoy en casa mirando una peli con mi mujer y digo: “¡Uy me tengo que levantar porque tengo un show!”. Y no te digo que no me da fiaca, pero cuando llego al lugar y veo que está la gente esperando y grito: “Buenas noches: Cuando amas a alguien”, y la gente explota, en ese momento, me da un shock de vida y se me va todo el cansancio y me olvido de todo. Después de tantos años no sé cómo explicarlo, pero sigue siendo mágico.

El arte en general, pero la música en particular me cambió la vida. Siempre digo que el poeta está un escaloncito arriba del hombre corriente que soy. Yo soy el menor de ocho hermanos, tímido introvertido; y cantar me hace decir cosas que no me animo de otra manera. Por algún lado tiene que salir el mundo interior, y me modo es este. Me pasa que estoy acá hablando con vos y soy un tipo normal, pero me pongo a componer y el poeta tiene una capacidad de percepción que yo personalmente no tengo.

A veces veo los afiches y admiro al tipo de la foto. Yo no soy todo el tiempo ese tipo, no soy todo el tiempo Banana Pueyrredón. Lo soy cuando escribo, cuando canto.

Un adelantado. César Un adelantado. César “Banana” Pueyrredón cuenta que ya en 1991 hizo una versión de “Conociéndote” con el rapero Jazzy Mel.
Foto: Ariel Grinberg

Banana canta lo que César calla

-¿A veces te gustaría ser todo el tiempo Banana Pueyrredón y tener la seguridad del tipo que le dice a una mujer “No quiero ser tu amigo”?

-Esa historia la escribí por algo que me pasó. Me había enamorado de una amiga y nunca me animé a decirle. En la canción yo digo lo que no pude hacer. Aunque la escribí mucho tiempo después, cuando a la hija de un amigo le pasó algo similar y yo hice link con mi pasado y dije: “Ahora sí voy a escribir esta canción”, pero la verdad que jamás me animé.

-¿Se enteró alguna vez esa amiga que era para ella?

-No lo sé. Supongo que sí. Ella supo después que a mí me gustaba, pero no sé si se enteró que esa canción era para ella. Pero por eso te digo que el artista arriba del escenario parece estar en un plano superior que el hombre. Cuando el artista se corporiza hace emocionar, cantar, expresar, y todo el mundo siente esa especie de comunión. Cuando ese duende se va, no queda nada. Queda el tipo de todos los días que soy.

-Bueno entonces, y que se entienda la metáfora, no es tan nuevo para vos simular ser Dios.

-(Ríe con fuerza) Exacto, muy bien. Está muy bien lo que decis. Hay mucho del artista, de transformarse es un ser superior que trasmite y conmueve. Obvio que lo entendemos como un chiste, pero está muy bien ese paralelo, tan pintoresco.

-¿En la vida del artista pasa mucho que hoy sos Dios y mañana un hombre común?

-Sí, claro. Es un sube y baja constante, el ida y vuelta de la popularidad es continuo. Hay un frase famosa de Fidel Pintos que es “El artista un día como faisán y al otro día se come las plumas”. Cuando tenés éxito siempre crees que va a ser así, y después te la das contra la pared.

Yo entre el ’87 y el ’92, hacia decenas de Óperas, discos vendidos, popularidad, no podía caminar por la calle… Y en un momento desaparecí. La compañía no me pudo apoyar más y perdí presencia en los medios. Seguía laburando, pero mucho menos En el 2000 aparecí fuerte de nuevo y ahora me mantengo. Muchos me dicen: “Vos ya sos clásico y el clásico nunca se va”.

Las canciones de amor de César Las canciones de amor de César “Banana” Pueyrredón se convirtieron en clasicos: “No quiero ser tu amigo”, “Cuando amas a alguien”, “Felicidad no tienes dueño” y muchas más. Foto: Ariel Grinberg

-Bueno, es que tus canciones para muchos son la historia de sus vidas o el recuerdo de una mamá o su infancia

-A veces de una abuela eh, muchas veces me piden videos para las abuelas (sonríe). Pero sí, es verdad lo que decís y a mí me sigue sorprendiendo. Una vez una pareja me contó que estaba a punto de separarse, en plena crisis, tirándose los platos de la cocina, cuando en la radio sonó Felicidad no tienes dueño. Se quedaron en silencio, escucharon la letra. Se abrazaron, lloraron los dos y ese tema les salvó el matrimonio.

Hoy tienen dos hijos hermosos y son felices hace años. Yo hago canciones, la verdad. No es que hago una canción pensando en eso, simplemente algo que quiero trasmitir, cuando estas cosas ocurren, uno solo las agradece.

Cuando le dijo no a Charly

-¿Le dijiste que no una vez a Charly García, puede ser?

-(Risas) No fue tan así. Yo estaba haciendo un shows en Pinamar contratado por una empresa. Era un espectáculo al aire libre y en uno de los edificios estaba Charly escuchando por el balcón. Alguien viene y me dice: “Está escuchando Charly y quiere venir a tocar con vos”. Yo si era un show mío lo voy a buscar, pero como era contratado por una empresa, sentía que no podía tomar esa decisión.

Es el día de hoy que me arrepiento de no pedirle que baje y haga lo que quiera. Después hable con él un par de veces de música y siempre la mejor. No somos amigos, pero obviamente una profunda admiración para una leyenda semejante.

-Hoy hablabas de que tus composiciones responden a la necesidad de decir cosas como artista. Pero qué pasa cuando en el medio te aparece una compañía y te dice “Banana, hacete otro Conociéndote”. Y vos por ahí tenés que explicar que sos un artista, no una factoría de un producto en serie.

-Sí. Además el gusto de la gente cambia, las cosas que me van pasando cambian. Yo siempre me mantuve fiel a mi estilo de baladas, que es lo que me gusta. Pero claro que trato de hacer canciones clásicas que no tengan que ver con la moda, para que sobrevivan: “Lo viejo funciona, Juan”, dice en El Eternauta (risas)

César César “Banana” Pueyrredón se suma a la muletilla de “El Eternauta” (“Lo viejo funciona”) y cuenta que le tocó escribir canciones que perduran, como “Toda una noche contigo”. Foto: Ariel Grinberg

-¿Tuviste esa discusión con las compañías, que te pidan de hacer un estilo de música distinta que mezcle urbano o hip hop?

Si claro, pero es como cuando hablo con mi sobrino y me pide que cambie a un celular más moderno. Y a mí me gusta el mío. Hoy todo se hace para el descarte rápido, no hay tiempo para una buena balada. Bueno, yo en eso no estoy de acuerdo. Si 50 años después me siguen pidiendo Toda una noche contigo, es porque me resultó hacer cosas que perduran, no que se extingan. Ese es el eje de mi camino. Es el eje conceptual de mi vida, los canciones hechas para trascender.

-De hecho, pensaba que vos hace 40 años ya hacías mezclas de canciones melódicas con rap, como la versión de Conociéndote que hiciste con Jazzy Mel en el ’91.

-Sí, es así. Yo les decía a los productores, cuando me piden ese tipo de colaboraciones que ya las hice antes que nadie. El tipo ese (Jazzy Mel) era un capo. Un adelantado. Estuvo bien ese crossover, como se dice hoy.

-¿Qué es lo que más te intereso de la obra La llamada?

-Además del elenco hermoso, la historia es espectacular. Hay música, baile, humor. Pero antes que nada hay una idea de transformación, de elevación. Está la idea de dejar lo efímero por lo trascendente. Dejar atrás lo banal. Dramáticamente, es un gancho al mentón. Va directo al punto, nadie va a salir igual que como entró, eso es buenísimo.

Cortesía de Clarín



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