Descubren en el corazón de un santuario ibérico un relieve único de hace 2.300 años: revela que las élites ya dominaban los códigos del poder mediterráneo

Durante décadas, los historiadores consideraron a la antigua Carpetania —una región del centro de la península ibérica, entre los valles del Tajo y el Jarama— como un territorio marginal, eclipsado por culturas mejor conocidas como la celtibérica o la vettona. Se asumía que su desarrollo cultural era el simple resultado de influencias externas, imitaciones pasivas de modelos mediterráneos más sofisticados. Sin embargo, un reciente descubrimiento arqueológico en el yacimiento de El Cerrón, en Illescas (Toledo), ha roto ese paradigma con contundencia.

El hallazgo central es un relieve de terracota que, a primera vista, podría parecer una pieza más del repertorio ibérico oriental o incluso de la Italia prerromana. Pero su localización, a más de 300 kilómetros del mar, y su cuidada ejecución con motivos mitológicos y procesionales típicamente mediterráneos, lo convierten en una rareza extraordinaria. La investigación publicada en Antiquity por un equipo dirigido por Pablo Sánchez de Oro y Fabio Saccoccio, con participación de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Complutense, no solo documenta este relieve, sino que plantea un argumento rotundo: las élites de Carpetania fueron agentes activos en las redes culturales y económicas del Mediterráneo durante la Edad del Hierro.

Un santuario en lo alto de la meseta

El relieve se encontraba encastrado en un banco de adobe dentro de una estructura rectangular, conocida como “Estructura 2”, que los arqueólogos identifican como un santuario o lugar de culto. Se trata de una construcción modesta en tamaño, pero cuidadosamente levantada en lo alto de un pequeño cerro que domina el paisaje circundante. Debajo de ella se descubrieron restos de otras dos edificaciones similares, todas marcadas por episodios de fuego y reconstrucción, lo que sugiere un uso continuado durante generaciones. La elección de este lugar elevado, unido al carácter ritual del edificio y los objetos hallados, apunta a que El Cerrón fue un punto de referencia sagrado para su comunidad.

El relieve, de 1,35 metros de largo, muestra una escena de procesión encabezada por un grifo —una criatura mítica— del que brota una flor de loto. Le siguen dos aurigas en carros tirados por caballos, y entre ellos se erige una figura humana, posiblemente una divinidad o una representación heroica. No es solo su iconografía la que llama la atención, sino su lenguaje artístico, claramente enraizado en tradiciones visuales del este y sur mediterráneo. Esta estética, con ecos de fenicios, griegos e incluso del arte etrusco del norte de Italia, indica conexiones culturales profundas y sostenidas.

Comparativas destacadas con otras representaciones similares al relieve de El Cerrón
Comparativas destacadas con otras representaciones similares al relieve de El Cerrón. Fuente: Sánchez de Oro et al., Antiquity (2025)

Lo más llamativo no es que los motivos del relieve provengan del Mediterráneo —eso ya lo sabíamos a partir de hallazgos costeros ibéricos—, sino que aparezcan en un lugar tan alejado de la costa, en un contexto aparentemente periférico. Este detalle cambia el enfoque por completo: lo que hasta ahora se interpretaba como imitación o aculturación, parece ser en realidad una estrategia consciente de apropiación cultural por parte de las élites locales.

La incorporación de motivos y estilos extranjeros no sería entonces un signo de dependencia, sino una herramienta de poder. Usar imágenes como el grifo o los carros procesionales no solo decoraba los santuarios, sino que vinculaba a sus promotores con el prestigio del mundo mediterráneo. Se trataba de crear una identidad visual propia, distinta, pero con resonancias de autoridad religiosa y estatus social. En este sentido, los paralelos con el fenómeno de los heroon, o santuarios de héroes de las polis griegas, son más que meras coincidencias estéticas.

El Mediterráneo llega por tierra

Además del relieve, en El Cerrón han aparecido otros objetos exóticos: fragmentos de cerámica ático, un exvoto de bronce ibérico, cuentas de vidrio y hasta una fíbula con forma de caballo que guarda un asombroso parecido con piezas del norte de Italia. Estos hallazgos sugieren la existencia de redes comerciales y culturales activas que conectaban la antigua Carpetania con el litoral mediterráneo, posiblemente a través de rutas terrestres como la llamada Via Salaria o por los cauces fluviales del Tajo y el Guadiana.

No se trata de simples importaciones ocasionales. Algunos de estos objetos muestran signos de haber sido reinterpretados localmente, como si hubieran pasado por un filtro de adaptación antes de ser integrados en el contexto ritual o doméstico. Esto sugiere un grado de sofisticación mayor del que tradicionalmente se atribuía a las comunidades de la meseta.

El periodo al que pertenece el relieve —en torno al siglo IV a.C.— coincide con un momento de especial inestabilidad en Carpetania. Las evidencias arqueológicas apuntan a una intensificación del poblamiento, una mayor complejidad social y conflictos internos por el control de recursos. En este contexto, las élites locales habrían recurrido a los símbolos del prestigio mediterráneo para consolidar su autoridad. El uso ritual de estos elementos no sería anecdótico, sino parte de un proceso más amplio de legitimación política.

Así, el hecho de que el relieve se reutilizara en varias fases constructivas —rescatado tras incendios, recolocado en nuevas estructuras— habla del valor simbólico que tenía para la comunidad. No era una simple decoración, sino un emblema de continuidad, de poder y de conexión con un imaginario común que superaba las fronteras regionales.

El relieve hallado en la Estructura 2 de El Cerrón
El relieve hallado en la Estructura 2 de El Cerrón, presentado en tres versiones distintas: una fotografía original (A), una imagen filtrada para resaltar detalles (B) y una recreación artística interpretativa (C). Fuente: Sánchez de Oro et al., Antiquity (2025)

Reescribiendo el mapa cultural de la península

Este estudio obliga a replantear el relato tradicional de la Edad del Hierro en la península ibérica. La antigua Carpetania ya no puede entenderse como una zona pasiva, una tierra de paso entre culturas más dinámicas. El Cerrón demuestra que sus habitantes, o al menos sus élites, sabían jugar en el tablero mediterráneo, adoptando símbolos ajenos para fines propios. Lejos de ser marginal, el centro de la península aparece ahora como un lugar donde se generaban nuevas formas de poder, de culto y de identidad.

El relieve de El Cerrón es, en definitiva, una ventana abierta a la complejidad de una sociedad que supo mirar más allá de su entorno inmediato. A través de él, los arqueólogos han reconstruido una historia de contactos, intercambios y adaptaciones que devuelve a la Carpetania el protagonismo que se le había negado durante siglos. Y, con ello, nos invitan a mirar el mapa cultural de la Hispania prerromana con ojos nuevos, más atentos a los matices y a las voces que hasta ahora habían sido silenciadas.

Referencias

  • Sánchez de Oro P, Saccoccio F, Torres Ortiz M, Berrocal-Rangel L. The relief of El Cerrón: insights into central Iberian elite identity in the Late Iron Age. Antiquity. Published online 2025:1-18. doi:10.15184/aqy.2025.48

Cortesía de Muy Interesante



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