Qué país ganará la carrera cuántica global: el informe que revela el nuevo mapa del poder mundial

Desde hace décadas, la palabra “cuántico” ha sonado a ciencia ficción: un universo de partículas extrañas, estados imposibles y conceptos casi mágicos como la superposición o el entrelazamiento. Pero en 2025, ese universo está empezando a tomar forma en laboratorios, startups, aulas universitarias y gabinetes ministeriales. La revolución cuántica ha comenzado… y no tiene vuelta atrás.

La carrera cuántica es la nueva carrera espacial. Ya no se trata de llegar a la Luna, sino de construir computadoras que puedan resolver en segundos lo que a las mejores máquinas clásicas les tomaría miles de años. Se trata de transmitir información imposible de interceptar, de simular moléculas, materiales y reacciones químicas con una precisión inimaginable. Y como en toda carrera global, la pregunta es inevitable: ¿quién va ganando?

Todos los datos, tendencias y conclusiones de este artículo provienen del Quantum Index Report 2025, un informe oficial elaborado por el MIT en colaboración con Accenture. Este documento, considerado una referencia global, analiza de forma rigurosa y accesible el estado actual de la computación y las tecnologías cuánticas a nivel mundial, con base en patentes, inversiones, políticas públicas, educación, opinión social y avances técnicos. Es, literalmente, el mapa más actualizado del nuevo tablero tecnológico global.

Los grandes competidores: quién lidera la carrera cuántica

China ha apostado por el liderazgo total en comunicaciones cuánticas. Acumula el 39 % de todas las publicaciones científicas en este campo y ha desplegado la red de comunicación cuántica más extensa del mundo, con más de 12.000 kilómetros. Además, fue el primer país en lanzar un satélite cuántico —el célebre Micius— y controla el 60 % de las patentes cuánticas globales. Su estrategia es clara: invertir fuerte, controlar desde el Estado y establecer estándares propios. Como dice el informe, “el país ha adoptado un enfoque de desarrollo liderado por el Estado y centrado en la soberanía tecnológica”.

En el otro lado, Estados Unidos domina la computación cuántica. Tiene la investigación académica más influyente (H-index 104) y lidera en el número de publicaciones más citadas. Empresas como IBM, Google, Microsoft y startups como IonQ o Rigetti han sido pioneras en procesadores cuánticos. Además, el país ha invertido más de 2.700 millones de dólares en su National Quantum Initiative y ha firmado acuerdos bilaterales con más de diez países para cooperar en esta tecnología.

La Unión Europea avanza con más cautela pero con visión integradora. Alemania, Países Bajos, Francia y Finlandia son centros clave de innovación, y programas como Quantum Flagship o Quantum Delta NL demuestran una apuesta seria. Reino Unido, Canadá y Australia también se destacan por sus estrategias nacionales, centros de investigación y fuerte impulso a la formación.

España, aunque aún no es líder, ha dado un paso importante: en abril de 2025 lanzó su primera Estrategia Nacional de Computación Cuántica, respaldada por 800 millones de euros, según el informe.

Publicaciones cuánticas por país (2019–2023). China y EE. UU. lideran con más del 45 % del total global. Fuente: Quantum Index Report 2025 (MIT & Accenture).

Mucho más que ciencia: dinero, patentes y poder

El avance cuántico no es solo un hito científico, sino también una batalla geopolítica y económica. En 2024, las startups cuánticas recaudaron más dinero que nunca: 1.600 millones de dólares para computación cuántica y 621 millones para software cuántico. Aunque eso representa menos del 1 % del capital riesgo mundial, es un crecimiento récord. Y algunos acuerdos muestran el nuevo poder de lo cuántico: Australia, por ejemplo, invirtió 620 millones de dólares públicos en PsiQuantum, una empresa que desarrolla ordenadores cuánticos a gran escala.

A nivel corporativo, IBM, Google, NVIDIA, Microsoft y Amazon Web Services se han lanzado de lleno a esta carrera. Sus procesadores cuánticos —como Willow (Google), Ocelot (AWS) o Majorana (Microsoft)— no solo generan avances técnicos, sino también atención mediática y presión estratégica.

Como afirma el informe, “las menciones de computación cuántica en comunicaciones empresariales se han disparado” en los últimos dos años, con picos en notas de prensa, artículos, informes y llamadas de inversores. Esto muestra que el discurso cuántico ya no es solo de físicos, sino de directores generales.

Fuente: ChatGPT / E. F.

Educación y talento: la pieza invisible

La carrera cuántica no se gana solo con máquinas, sino con personas preparadas para crearlas, usarlas y regularlas. Y aquí también hay grandes diferencias entre países.

Alemania lidera en programas de máster con la palabra “cuántico” en el título, seguida por Reino Unido y Estados Unidos. En conjunto, estos tres países concentran el 45 % de toda la formación de posgrado especializada. En paralelo, el informe destaca que “las inscripciones en grados de física e ingeniería en EE. UU. se han estabilizado, pero las de informática —clave para lo cuántico— siguen creciendo”.

A nivel escolar, surgen iniciativas para acercar estos conceptos desde edades tempranas. En EE. UU., el programa Q-12 Partnership busca introducir la computación cuántica en primaria y secundaria. Y organizaciones como The Coding School, en colaboración con IBM y Google, ya han formado a miles de adolescentes en fundamentos cuánticos.

Pero el informe lanza una advertencia: “el sector podría enfrentar grandes desafíos laborales si no se amplía la cantera de talento local y se mantiene la atracción internacional”. Porque sin gente capacitada, ningún chip importa.

Calidad científica en computación cuántica (2019–2023). EE. UU. lidera claramente en impacto investigador según el índice H. Fuente: Quantum Index Report 2025 (MIT & Accenture).

Cómo cambiará tu vida la revolución cuántica

Puede que todo esto parezca lejano o técnico, pero la computación cuántica impactará directamente en tu día a día. ¿Cómo?

En ciberseguridad, los ordenadores cuánticos podrían romper los sistemas de cifrado actuales… pero también generar nuevos sistemas imposibles de vulnerar. Esto afecta desde tus conversaciones privadas hasta los secretos de Estado. Por eso gobiernos de todo el mundo ya están creando estándares de “criptografía postcuántica”.

En salud, los procesadores cuánticos permitirán simular el comportamiento de moléculas complejas, acelerando el desarrollo de fármacos y terapias personalizadas. El sueño de encontrar medicamentos en semanas en lugar de años empieza a ser factible.

En energía y materiales, se podrían diseñar baterías, paneles solares y superconducciones que hoy son imposibles de predecir con modelos clásicos. También será clave en optimización de tráfico, logística, finanzas o inteligencia artificial.

Y aunque aún no lo veamos, se está gestando una nueva red de comunicaciones: la internet cuántica, basada en testbeds (bancos de pruebas) que ya están activos en Europa y Estados Unidos. Esta red promete una seguridad sin precedentes y una conexión directa entre ordenadores cuánticos.

Retos, riesgos y preguntas abiertas

A pesar del entusiasmo, el futuro cuántico aún está lleno de incertidumbres. Las máquinas actuales no son lo bastante potentes para ejecutar aplicaciones comerciales a gran escala. Las tecnologías disponibles (iones atrapados, superconductores, fotones, átomos neutros…) aún compiten entre sí. Y ninguna domina claramente.

Además, hay un gran problema de comprensión social. El informe señala que la mayoría de ciudadanos se sitúan en dos extremos: o saben muy poco, o son expertos. Y eso dificulta el debate público sobre el uso ético, los riesgos y los límites de esta tecnología.

¿Debería usarse la computación cuántica para fines militares? ¿Qué pasa si solo unos pocos países controlan su desarrollo? ¿Cómo garantizamos que sus beneficios lleguen a toda la sociedad?

Una carrera que lo cambiará todo: ¿quién va a ganar?

No hay un único ganador aún, pero los bloques ya están definidos. China y EE. UU. están en cabeza, Europa avanza con solidez, y países como España se incorporan con decisión. La carrera cuántica no es lineal: no se trata solo de quién llega primero, sino de cómo se gobierna, se educa y se comparte esta revolución.

Y aunque no lo notes todavía, la computación cuántica marcará tu vida como lo hicieron la electricidad, el internet o los smartphones. No es una promesa lejana: ya está ocurriendo.

“La computación cuántica representa una tecnología compleja cuyo impacto final en la sociedad aún es incierto… pero profundo.” (Quantum Index Report 2025)

Cortesía de Muy Interesante



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