California: más de cien arrestos en protestas contra las redadas migratorias

La tensión siguió escalando este lunes en Estados Unidos, tras un fin de semana marcado por protestas masivas en California contra las redadas migratorias ordenadas por el presidente, Donald Trump. La situación, particularmente crítica en ciudades como Los Ángeles y San Francisco, se agravó después de que el mandatario autorizara el despliegue de hasta 2.000 efectivos de la Guardia Nacional en el estado, sin contar con la aprobación del gobernador, Gavin Newsom.

Solo este lunes, se produjeron 42 arrestos en Los Ángeles y otros 60 en San Francisco durante manifestaciones de apoyo a las comunidades migrantes. La respuesta federal intensificó los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, dejando como saldo vehículos incendiados, decenas de detenidos, civiles hospitalizados y al menos cinco policías heridos en distintas ciudades.

Entre los heridos figuran al menos dos periodistas internacionales: Lauren Tomasi, de 9News Australia, alcanzada por una bala de goma mientras transmitía un móvil en vivo, y el fotoperiodista británico Nick Stern, quien debió ser intervenido quirúrgicamente tras ser impactado por una granada de esponja en el muslo. 

El epicentro de las manifestaciones fue el centro de Los Ángeles, donde se registraron actos de represión por parte de la policía local y federal. Durante el fin de semana, la policía reportó más de 56 detenciones y tres policías heridos. El domingo por la medianoche, el centro de la ciudad se declaró “zona de no reunión“, y se ordenó evacuar inmediatamente el área, como informó la Policía de Los Ángeles en sus redes sociales. 

Aunque las protestas más numerosas se concentraron en Los Ángeles, en San Francisco también se registraron disturbios. La policía local detuvo a unas 60 personas durante las manifestaciones del domingo. “SFPD respeta el derecho a protestar, pero no tolerará violencia ni destrucción de propiedad”, señaló el departamento en un comunicado.

En ambas ciudades, las fuerzas federales y la Guardia Nacional han establecido perímetros alrededor de edificios federales. Soldados armados con uniformes de camuflaje patrullan las calles, una imagen que ha generado alarma en la ciudadanía y críticas a nivel internacional.

Trump celebra el operativo

Pese a las críticas, Trump celebró el operativo en su red social Truth Social: “Sin nuestra intervención, Los Ángeles habría sido completamente destruida”. El presidente responsabilizó a “insurrectos y agitadores profesionales” de la “izquierda lunática” por los disturbios y acusó a Newsom y a la alcaldesa angelina, Karen Bass, de minimizar los hechos y no estar a la altura de la situación. “Deberían estar diciendo: ‘GRACIAS, PRESIDENTE TRUMP, USTED ES TAN MARAVILLOSO. NO SERÍAMOS NADA SIN USTED, SEÑOR’”, escribió.

Consultado sobre la posibilidad de una militarización más amplia, Trump pareció dar luz verde: “Estamos viendo tropas en todas partes. No vamos a permitir que esto ocurra en nuestro país”.

Desde la Casa Blanca, la vocera presidencial, Karoline Leavitt, también defendió la medida, afirmando que Trump actuó ante la “débil” respuesta del gobernador. “Newsom no hizo nada mientras los disturbios estallaban en Los Ángeles durante días. Los agentes federales fueron atacados por radicales violentos y delincuentes ilegales que ondeaban banderas extranjeras”, sostuvo en la red X.

Leavitt agregó que el jefe de Policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, advirtió que los disturbios estaban fuera de control, y que Trump actuó para “mantener la ley y el orden y proteger los edificios federales”. El propio Trump insistió en que el “altamente respetado” McDonnell expresó su preocupación y que tendría que “revalorar la situación en lo que respecta a involucrar a las tropas” en otra publicación en sus redes.

McDonnell, por su parte, intentó bajar el tono en una conferencia de prensa: “La mayoría de las protestas fueron pacíficas durante el día. La violencia llega con grupos encapuchados que aparecen por la noche. Algunos los llaman anarquistas”.

Desde el Departamento de Seguridad Nacional, se justificó el operativo afirmando que “las fuerzas del orden federales están protegiendo a los ciudadanos estadounidenses de inmigrantes ilegales delincuentes”. En una publicación en redes, la agencia cuestionó: “¿Por qué el gobernador de California se pone del lado de los delincuentes extranjeros?

Crisis institucional

El despliegue sin el aval del gobernador generó una crisis institucional. Newsom denunció que la medida es una “violación de la soberanía estatal” y anunció una demanda contra el gobierno federal. “Esto es exactamente lo que Donald Trump quería (…) Esto no solo aplica a California. Le permitirá hacer lo mismo en cualquier estado. Lo demandaremos”, publicó en X.

En entrevista con MSNBC, Newsom también respondió a amenazas de arresto contra funcionarios estatales hechas por aliados de Trump, como el “zar de la frontera” Tom Homan, quien apuntó a un eventual procesamiento de las autoridades locales por “exceder sus competencias” en su accionar: “Arrestame. Vamos, valiente”, desafió el gobernador.

La decisión del presidente republicano de pasar por alto al gobernador y ordenar el despliegue de 2.000 soldados de la Guardia Nacional para resguardar edificios federales en el centro de Los Ángeles, un hecho sin precedentes en los últimos 60 años, provocó críticas de activistas, defensores de las libertades civiles y organizaciones de derechos civiles.

Amnistía Internacional (AI) denunció este lunes la “militarización” del control migratorio en Estados Unidos y sostuvo que el despliegue ordenado por Trump en Los Ángeles “exacerba” las violaciones a los derechos humanos ya existentes. El director ejecutivo de AI en Estados Unidos, Paul O’Brien, publicó en un comunicado que ese despliegue de tropas es “enormemente alarmante” y muestra “que la Administración Trump está dispuesta a hacer lo que haga falta, incluso desplegar fuerzas militares, para castigar a quienes hablen en defensa de los derechos humanos”.

En ese sentido, consideró que el despliegue no trata de “proteger” comunidades sino de “aplastar la disidencia e infundir miedo“, y aseguró que la “militarización del control de la inmigración y en respuesta a personas que ejercen su derecho a la libertad de expresión” no tiene cabida en un país democrático.

Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum denunció que al menos 42 ciudadanos mexicanos fueron arrestados en las redadas y pidió evitar provocaciones y mantener la protesta pacífica. “La quema de patrullas parece más un acto de provocación que de resistencia. Debe quedar claro: condenamos la violencia venga de donde venga”, afirmó Sheinbaum en su habitual rueda de prensa.

También exigió respeto al debido proceso y la dignidad humana en los procedimientos migratorios. El canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, confirmó que cuatro detenidos ya fueron repatriados, dos con órdenes de deportación.

Cortesía de Página 12



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