En Estados Unidos existe una micronación tan pequeña que cuenta apenas con 33 residentes, su propia bandera e incluso un presidente. Se trata de Molossia, una región que, si bien cumple con ciertos elementos formales del concepto de nación, no es reconocida por ninguno de los 193 Estados miembros de la ONU.
La historia de este curioso lugar comienza el 26 de mayo de 1977, cuando fue fundada por Kevin Baugh y James Spielman, inicialmente como un proyecto infantil. Su primer nombre fue República de Vuldstein, y se estableció en el estado de Oregon, bajo un modelo de monarquía con Spielman como Rey James I. Posteriormente, Baugh —quien tenía el título de Príncipe y Primer Ministro— fue nombrado sucesor y decidió trasladar la nación a Nevada, donde se autoproclamó presidente de la ahora llamada República de Molossia.
Actualmente, Molossia ocupa aproximadamente 11.3 hectáreas y cuenta con una estructura administrativa peculiar. Tiene perfiles oficiales en redes sociales y un sitio web donde relata su historia, entre ellos sus conflictos internacionales.
Uno de los episodios más curiosos es su “guerra” con Alemania del Este, declarada el 2 de noviembre de 1983, cuando aún se conocía como la Gran República de Vuldstein. Aunque Alemania del Este dejó de existir en 1990, Molossia continúa oficialmente en guerra debido a una disputa simbólica relacionada con la isla de Ernst Thälmann, entregada por Cuba a Alemania Oriental. Según Molossia, el conflicto persiste ya que la isla sigue bajo control cubano.
La frontera de Molosia
En 2006 se dio otro conflicto, esta vez con la micronación de Mustachistán, creada por un amigo de Molossia, el sultán Ali. Esta nueva nación reclamó como parte de su territorio la superficie ocupada por Molossia, lo que provocó tensiones. Tras negociaciones fallidas, Molossia declaró la guerra el 22 de mayo de 2006, y luego de cuatro enfrentamientos simbólicos (uno marítimo y tres terrestres), el conflicto concluyó con un tratado de paz el 6 de junio, en el que Molossia se declaró vencedora.
Pero eso no es todo. De acuerdo con el sitio oficial de Molossia, el 3 de julio de 1999, luego de que “fuerzas encubiertas de Estados Unidos” cruzaran la frontera y enterraran un perro muerto en territorio soberano, se desató el conflicto conocido como la “Guerra del Perro Muerto”. Durante esta peculiar guerra, Molossia afirma haber utilizado un “arma secreta”: el parloteo incesante de un niño hiperactivo.
Estatua conmemorativa de la Guerra del Perro Muerto
Tras dos semanas de conflicto, el incidente concluyó con una indemnización a Molossia consistente en un contenedor de basura de madera, y fue conmemorado con una estatua en honor al can en cuestión.
Una micronación que recibe visitas
Molossia está abierta al público, aunque solo se puede visitar entre el 15 de abril y el 15 de octubre de cada año, mediante acuerdo previo. Las visitas guiadas duran aproximadamente 45 minutos y son encabezadas por el propio Kevin Baugh, vestido con uniforme militar. Los visitantes deben llevar pasaporte y efectivo para ser admitidos.
El territorio de Molossia no es extenso. Incluye la residencia de Baugh, también conocida como la Casa de Gobierno, sus patios trasero y delantero, así como otras dos propiedades ubicadas en el sur de California y Pensilvania.
Las oficinas de la aduana de Molosia
Según la página oficial de Molossia, cualquier visitante extranjero puede permanecer en la micronación por un periodo de tres horas como turista, únicamente con permiso, de momento no se aceptan residentes nuevos ni ciudadanos, y están prohibidas armas de fuego, municiones, explosivos, drogas y tabaco, además de las bombillas incandescentes, bolsas de plástico, bagre, espinacas frescas, misioneros y vendedores, cebollas y morsas.
Eso no es todo. Entre otras curiosidades, Molossia organizó sus propios Juegos Olímpicos intermicronacionales en el año 2000. Según los resultados oficiales publicados por la nación, el propio presidente Kevin Baugh obtuvo una medalla de oro en lanzamiento de disco, usando un frisbee, y una medalla de plata en lanzamiento de peso, empleando una pelota de tenis.
Cortesía de Xataka
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