Fuente de la imagen, Leire Ventas / BBC News Mundo
- Autor, Leire Ventas y Max Matza
- Título del autor, BBC Mundo y BBC News
- Informa desde Oxnard, California
Dos mujeres permanecen tumbadas e inmóviles entre dos interminables hileras de moreras.
Al notar nuestra presencia en el invernadero, se yerguen apenas un palmo del suelo de tierra y nos observan con temor.
“¿Es usted del ICE?”, pregunta una de ellas, cubierta por una gorra y un paliacate morado que solo le deja los ojos a la vista.
La respuesta de que no somos agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos sino periodistas no termina de tranquilizarla, y revisa con sospecha el carné de prensa, mi perfil en las redes sociales y los artículos firmados que le muestro en mi celular.
“¿Y ha visto alguna camioneta de la Migra? ¿Andan patrullas por ahí afuera?”, pregunta.
Mexicana indocumentada, lleva dos años recogiendo zarzamoras, frambuesas y otros frutos de seis de la mañana a dos de la tarde en Oxnard, un municipio de California que se jacta de ser “la capital mundial de la fresa”.
Pero terminada su jornada, hoy espera a que la recojan para no correr la suerte de otros en su misma condición migratoria que la víspera terminaron detenidos cuando iban de camino a casa.
Y es que esta semana se extendieron hasta este valle en el corazón agrícola de California las redadas de deportación coordinadas que llevan varios días registrándose en el estado, sobre todo en áreas urbanas del condado de Los Ángeles.

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Operativos que se han encontrado con rechazo ciudadano en las calles, con protestas mayoritariamente pacíficas pero en las que también se han resgitrado algunos disturbios.
40% del sector indocumentado
Desde que Trump regresara a la Casa Blanca en enero con la promesa de llevar a cabo “la mayor deportación de la historia del país”, las detenciones de indocumentados se han multiplicado.
Estas han tenido lugar en calles, iglesias, escuelas, tribunales y, cada vez más, en lugares de trabajo.
Hasta esta semana, el sector agrícola parecía haberse librado de ellas.
Conforman el 4% de toda la fuerza laboral indocumentada del país, calcula el Center for Migration Studies.

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Sin embargo, este martes la alarma por la presencia de agentes de migración se extendió por los fértiles campos californianos, desde la costa central hasta el valle de San Joaquín.
Aunque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) no confirmó en qué áreas se centraron los operativos, grupos en defensa de los migrantes aseguran que recibieron llamadas, videos y mensajes de texto al respecto desde múltiples condados.
En Oxnard, entre hectáreas y hectáreas de sembradíos e invernaderos a unos 100 km al noroeste de Los Ángeles, los agentes de ICE accedieron a al menos a nueve granjas y arrestaron a 35 personas.
Así se lo confirma a la BBC Lucas Zucker, codirector ejecutivo de CAUSE, una organización que trabaja defendiendo los derechos de los trabajadores agrícolas.
“Pareció una operación increíblemente indiscriminada, como si hubieran ido granja por granja tratando de agarrar al que se encontraran”, asegura.
Según Zucker, otros tantos negocios de la zona no permitieron a los agentes el ingreso a las instalaciones al no portar órdenes judiciales.
“Eso muestra que no tienen órdenes de arresto contra personas determinadas. Simplemente están barriendo comunidades buenas como la de Oxnard, en una búsqueda indiscriminada para cumplir con sus cuotas (de detenciones) establecidas”, añade.

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Stephen Miller, asesor de la Casa Blanca y uno de los principales arquitectos de las políticas migratorias más duras de la administración Trump, confirmó durante una entrevista en mayo con la cadena Fox News que el nuevo objetivo era llegar “a un mínimo de 3.000 detenciones del ICE diarias”.
En esa línea, el “zar de la frontera” de Trump, Tom Homan, adelantó que habría más redadas “que nunca antes en la historia” en los lugares de trabajo.
Sin embargo, durante una reunión de gabinete el 10 de abril, Trump había sugerido que los dueños de granjas podrían solicitar al gobierno federal la posibilidad de retener a algunos de sus trabajadores, siempre que salieran primero del país para luego regresar de forma legal con el apoyo de sus empleadores.
“El trabajador agrícola vendrá con una carta firmada por ciertas personas en la que dirán: ‘Es genial, trabaja duro’. Así que vamos a aflojar (la situación) un poco para ellos y al final los vamos a traer de vuelta. Van a salir y van a regresar como legales”, dijo.
Ante las redadas de esta semana en Oxnard, el mandatario matizó ese presunto plan.
“Nuestros grandes agricultores y personas en la industria hotelera y de ocio han estado afirmando que nuestra muy agresiva política muy de inmigración está quitándoles a trabajadores muy buenos y que llevan mucho tiempo con ellos, y que son casi imposibles de reemplazar”, escribió Trump este jueves en su plataforma de redes TruthSocial.
Añadió que en muchos casos son “los criminales a los que se les permitió entrar al país por la muy estúpida política de fronteras abiertas” los que están ocupando esos trabajos.
“Eso no es bueno. Debemos proteger a nuestros agricultores, pero sacar a los criminales de EE.UU. ¡Los cambios están llegando!”, agregó.
“Con los pelos de punta”
De entre las redadas registradas en Oxnard, los funcionarios de migración trataron de ingresar a una empacadora de Boskovich Farms.
Raquel Pérez relata cómo vio pasar “dos camionetas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) y otra sin marcas” en dirección a la empresa desde su restaurante, Casa Grande Café, situado a escasos 30 metros.
Al tiempo que le muestra un video del momento a la BBC, recuerda que al cruzar la mirada con los agentes se sintió “muy intimidada”, asustada a pesar de ser ciudadana estadounidense por nacimiento.

Fuente de la imagen, Leire Ventas / BBC News Mundo
Más miedo debió pasar una amiga suya que no tiene documentos y trabaja en la recogida de la fresa.
Al escuchar que andaban patrullas en la zona, los encargados cerraron el acceso a los campos para impedir cualquier redada. Pero como para poder ir a casa tenía que salir a la carretera y atravesar la ciudad, llamó al restaurante para pedir auxilio.
El padre de Raquel, Miguel Pérez, fue a verificar si en el cruce indicado había o no un control del ICE, y al no encontrar nada, le fue abriendo camino hasta dejarla sana y salva en su hogar.
“Se ha pedido todos los días libres que le corresponden seguidos para quedarse en casa. No quiere ni llevar a los niños a la escuela”, le cuenta Raquel a la BBC sobre su amiga.
Ese temor generalizado en la comunidad también está teniendo impacto en el restaurante de los Pérez, donde sirven chilaquiles, huevos divorciados, caldo de res o pollo, “flan casero” y otras delicias mexicanas.
Cuando lo visitamos al mediodía, está completamente vacío.
“Aquí tenemos clientes fijos, pero hoy no vino nadie”, explica Paula Pérez, la matriarca. “Estamos todos con los pelos de punta”.

Fuente de la imagen, Leire Ventas / BBC News Mundo
El negocio de pallets que está unos metros más allá y desde el que les suelen llegar comensales también luce desierto. Apenas hay carros en el aparcamiento de enfrente y los talleres mecánicos a la vuelta de la esquina no abrieron sus puertas.
“Llevamos 18 años aquí (al frente del restaurante) y nunca habíamos visto algo así”, dice Raquel.
En la puerta del negocio han pegado un papel que recuerda algunos de los derechos constitucionales y resume los pasos a seguir a la hora de interactuar con agentes migratorios.
Y en la barra reposan una serie de panfletos de la organización 805 Immigration Coalition con un número de teléfono al que poder reportar la presencia de patrullas.
Según varios mensajes e imágenes que la organización comunitaria colgó en Instagram, el miércoles seguía habiendo presencia del ICE en Oxnard.
“No se dan cuenta del efecto dominó que esto va a tener”, dice Raquel Pérez sobre las redadas.
“Si no se recogen las fresas o los vegetales, las empresas no tendrán nada para empacar. No vendrán camiones a llevarse la carga. No va a hacer producto en las tiendas. Los precios se dispararán”, adelanta.

Fuente de la imagen, Leire Ventas/ BBC News Mundo
De momento, Óscar, quien vende fresas a pie de carretera, ya a empezado a notar algunos efectos.
“Está saliendo menos gente a pasear, y me compran menos”, se lamenta.
Originario del estado mexicano de Tlaxcala y con hijos nacidos en EE.UU., sigue siendo indocumentado.
“Estoy en proceso de regularización”, le dice a la BBC.
Ahora, en vista de que las redadas han llegado a las puertas de los tribunales de migración, duda qué camino seguir.
“Es que ya no quedan muchas vías para conseguir estar legal aquí”.

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Cortesía de BBC Noticias
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