¿Y si los Beatles no hubieran existido? El impacto de una ausencia imposible en la historia de la música

En la película Yesterday(2019), el guionista Richard Curtis cuenta, en clave de comedia fantástica, la historia de un joven cantautor fracasado que, tras despertar de un misterioso accidente, descubre que el resto del mundo no ha oído jamás las canciones de los Beatles; simplemente, porque el cuarteto británico nunca ha existido.

De modo que él las va incorporando a su repertorio y provoca la admiración dondequiera que canta All you need is love o Something. El resto es una pastelada romántica sin mayor interés… si no fuera por los firmantes de la banda sonora: Lennon, McCartney, Harrison y Starr.

Irremplazables

Contemplados en retrospectiva, muy pocos artistas son irremplazables. Si Elvis hubiera nacido muerto en lugar de su gemelo, Jesse Presley, algún otro atractivo joven blanco habría revolucionado el rock and roll a golpe de cadera. Si los Tangerine Dream se hubieran estrellado en 1970 en un accidente aéreo, otros –Kraftwerk, Gary Numan– habrían explotado las posibilidades de la música electrónica. El progreso de la cultura popular habría sido diferente, sí, pero esos huecos se habrían cubierto de un modo u otro.

Los Beatles en una conferencia de prensa en el Aeropuerto JFK
Los Beatles (de izquierda a derecha: George Harrison, Ringo Starr, Paul McCartney y John Lennon) en una conferencia de prensa en el Aeropuerto JFK. Foto: Wikimedia Commons.

Los Beatles, en cambio, crearon su propio hueco. El periodista Rob Sheffield ha escrito en su libro Dreaming The Beatles (Harper Collins, 2017): “Ellos inventaron casi todo lo que hoy hacen las estrellas de rock. Inventaron las rupturas y las separaciones y las drogas. Inventaron el pelo largo, viajar a la India, el budismo pop, las gafas redondas, las carreras en solitario, las barbas y los bigotes, las ruedas de prensa multitudinarias y divertidas, las novias raras y divisivas, la autoría de las propias canciones, los baterías divertidos… Inventaron la idea de conseguir audiencias masivas globales y luego desafiar, confundir y decepcionar a esas mismas audiencias. Por lo que se refiere al resto del planeta, inventaron Inglaterra”.

A la lista podríamos añadir los álbumes conceptuales, los egos caprichosos, la psicodelia, los fans, la expresión “yeah”, los sellos discográficos propios, la autonostalgia, el homoerotismo, los vídeos musicales, las letras de las canciones incluidas en los discos, las personalidades diferenciadas y definidas…

El cruce de Abbey Road
Miles de turistas se fotografían cada año en Londres cruzando el paso de peatones más famoso del mundo, a la altura del número 3 de Abbey Road. De sus estudios de grabación salió el penúltimo disco de los Beatles, titulado como la propia calle. Foto: Shutterstock.

Es imposible sobrevalorar la influencia de los Beatles en la historia de la música, simplemente porque, en su caso, la hipérbole no existe: solo es un hecho. Al menos la mitad de la música pop simplemente desaparecería si los Beatles no hubieran existido. “El rock es hoy lo que es porque es lo que hicieron los Beatles”, escribe Sheffield, “del mismo modo que el teatro es cultura porque Shakespeare escribió piezas dramáticas”.

Un fenómeno cultural

¿Y David Bowie? ¿Y los Rolling? ¿Y James Brown? ¿Y Springsteen? Con la excepción de Bob Dylan, hay muy pocos artistas cuyos caminos no conduzcan de un modo u otro a los Beatles, la banda que hizo posibles innumerables cosas por primera vez. Tony Visconti, el productor de Bowie, declaró que, en los años sesenta, “a la sombra de The Beatles era difícil tener una idea original”. Cuando la industria musical estadounidense trató de recrear la fórmula en un laboratorio… ¡le salieron los Monkees!

¿Y las canciones? ¿Serían igual de irresistibles si estuvieran separadas de las personalidades de John, Paul, George y Ringo? Hay una gran diferencia entre una canción y un disco. Un gran tema musical conserva su magia incluso cuando es tocado por un aficionado con una guitarra; un gran disco se basa en la voz, los arreglos, la producción, la época y el contexto sociocultural en que se publica. Los temas de Serrat son canciones versátiles y versionables, mientras que los de Rosalía son, sobre todo, superproducciones discográficas.

Let it be o Yellow Submarine pueden ser cantadas en la guardería, o en una excursión escolar, pero no Help!, un grito de soledad prepunk en plena fiebre beatlemaníaca; tampoco Tomorrow never knows, A day in the life o Revolution 9. Incluso algunas de las canciones más fáciles de la banda fueron potenciadas por el hecho de que el mundo estaba permanentemente pendiente de ellos: The Long and Winding Road será siempre emocionante, pero interpretada por The Beatles en Let it be es su desgarrador canto del cisne apenas a un mes de la separación y ruptura del grupo.

Entrada a «The Beatles Story» en Albert Dock, Liverpool
Entrada a «The Beatles Story» en Albert Dock (Liverpool) con el mítico submarino amarillo. Foto: Wikimedia Commons.

Ellos sí podían

Por otra parte, sacadas de su contexto, las “bonitas” canciones de los Beatles esconden la realidad de que muchos de sus mayores logros musicales solo fueron posibles ¡porque se trataba de los malditos Beatles! Únicamente la banda de rock más famosa del mundo podría haber titulado en 1967 un álbum de un modo tan excéntrico, largo y confuso como Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band (o incluir en él una exótica raga india de más de cinco minutos de duración).

Cosas que nacieron con los Beatles

El eclecticismo musical

Hasta que llegaron, cada artista cultivaba un estilo y le era fiel. Los Beatles mezclaron la música sinfónica con la oriental; los cuartetos de cuerda con el sitar y la tambura. El jazz, la música dodecafónica, electrónica y atonal, la psicodelia, el folklore hindú y norteamericano pasaron a ser patrimonio del rock.

El fenómeno ‘fans’

Había empezado con Elvis, pero con la beatlemanía llegó al paroxismo: carreras, desmayos, cargas policiales, lágrimas y gritos. La prensa hablaba de histeria y sus dos conciertos en España (1965) fueron asunto de seguridad nacional para el régimen de Franco: “Pasaron los hermanos Marx de la era ye-yé… y no pasó nada”, tituló el Hola!.

La Beatlemanía
Fans de los Beatles, ejemplificando el furor por el grupo británico conocido como ‘Beatlemanía’. Foto: Getty.

Los conciertos en estadios

Los teatros se quedaron pequeños. El 15 de agosto de 1965, el Shea Stadium de Nueva York albergó por primera vez un concierto de rock: 55.000 personas. En la plaza de toros de las Ventas de Madrid fueron vistos por 10.000 españolitos. Las entradas iban de las 400 pesetas (2,40 euros) en silla de arena a las 75 pesetas (0,45€).

Los álbumes conceptuales

Desde Rubber Soul (1965) hasta Revolver (1966) y, sobre todo, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, los discos LP dejaron de ser una simple recopilación de canciones. Los Beatles también fueron pioneros en incluir las letras de sus temas en las fundas de los álbumes y en producir vídeos musicales.

Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band
Portada del disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967). Foto: ASC.

Cortesía de Muy Interesante



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