Este lunes, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) hizo públicas las primeras imágenes de su misión Proba-3. Se trata de una galería que captura un eclipse muy particular, pues no ocurrió en la tierra: Es el primer eclipse solar artificial, y solo pudo ser logrado en órbita satelital.
La misión Proba-3 consta de dos satélites sincronizados, que se comportan como si fueran una única nave. Fue lanzada al espacio en diciembre del año pasado, desde el Centro Espacial Satish Dhawan, en India. Ya en marzo hizo su primer ensayo en el espacio, cuando sus satélites volaron por más de 150 metros en perfecta sincronía.
La misión de la ESA es coordinada por la empresa española Sener, enfocada en desarrollo de tecnología y energía. Desde su concepción tenía un objetivo principal, poner a prueba la tecnología de punta respecto a vuelos coordinados, y el mejor examen no podía ser otro que un fenómeno espacial que requiere de completa sincronía y coordinación: un eclipse solar.
Recordemos que un eclipse solar es un fenómeno relativamente raro en el que la luz del Sol es obstruida en su camino hacia la Tierra por la Luna, nuestro satélite natural. Esta obstrucción solo dura unos pocos minutos debido a que el movimiento natural de los cuerpos celestes rompe esta sincronización. En el proceso se ha documentado la aparición de la corona solar, la región de la atmósfera solar en la que se producen las espectaculares llamaradas y erupciones del astro rey.
La Corona Solar vista a través de la misión Proba
Proba-3 fue lanzada desde Sriharikota, India, el 5 de diciembre del 2024. Fue necesaria la participación de 14 países a través de 29 compañías entre privadas y públicas. Tras poco más de un mes de vuelo unido, los dos satélites (el Occulter y el Coronagraph) se separaron y siguieron sus propias órbitas. Uno de los satélites cumple el papel de la Tierra, mientras que el otro emula a la Luna en su obstrucción de la luz solar.
Fue hasta inicios de marzo de este año que se realizó una prueba de sincronización. La tecnología desarrollada por Sener consiguió que los satélites lograran una coordinación perfecta con una distancia de 150 metros entre sí. Hoy se reveló que la misión principal del Proba-3 fue un éxito. Las imágenes obtenidas durante el eclipse artificial revelan información valiosa respecto a la corona solar.
Como muestra del grado de precisión alcanzado, los satélites usan su tiempo de formación de vuelo para generar eclipses solares en órbita: se alinean con el Sol para que el disco de 1.4 metros que lleva el Occulter cubra la luz solar que el Coronagraph recibe, proyectando una sombra de 8 centímetros dentro de su instrumento óptico ASPIICS.
“Nuestras imágenes del “eclipse artificial” son comparables con las que se toman durante un eclipse natural. La diferencia es que podemos crear nuestros eclipses cada 19.6 horas, mientras que los naturales ocurren en la tierra una o dos veces al año. Lo que es más, los eclipses naturales solo duran unos pocos minutos, mientras que Porba-3 puede mantener su eclipse artificial por hasta 6 horas.”
-Andrei Zhukov, principal investigador del artefacto ASPIICS, en el Observatorio Real de Bélgica.
Desde hace unos años, los coronagrafos, aparatos diseñados para monitorear el Sol y capturar imágenes se han instalado a lo largo del planeta, pero el problema con ellos era que solo podían ser usados durante un eclipse en la Tierra. Con Proba-3, la cantidad de información sobre el astro rey que se recopilará permitirá grandes avances en entender el comportamiento de nuestro sistema solar.
Cortesía de Xataka
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