El ciclo de las rocas cambia para siempre: el planeta ya convierte basura humana en piedra sólida

A veces, el paseo por una costa aparentemente desierta puede esconder una historia que pone patas arriba siglos de conocimiento geológico. En el noroeste de Inglaterra, cerca de una antigua planta siderúrgica, un grupo de geólogos encontró formaciones que no encajaban con lo que esperaban. Entre las grietas de un acantilado de escoria industrial aparecieron objetos cotidianos, como una anilla de lata y una moneda de hace casi un siglo, atrapados en una roca sólida. Pero lo realmente desconcertante no eran los objetos, sino la velocidad con la que el propio material se había convertido en roca.

Un nuevo estudio publicado en Geology desvela que ciertos residuos industriales pueden transformarse en piedra en apenas 35 años. El hallazgo no solo es extraordinario por su rapidez, sino porque propone la existencia de un nuevo ciclo geológico inducido por los humanos, algo que hasta ahora se pensaba reservado a procesos naturales que ocurrían durante miles o millones de años. Esta nueva etapa ha sido bautizada como “ciclo de rocas antropoclásticas rápidas”, y sus implicaciones son tan geológicas como culturales.

Un descubrimiento surgido de la escoria

El hallazgo se produjo en Derwent Howe, una colina artificial compuesta por residuos de la industria del hierro y el acero, situada en la costa del mar de Irlanda. Esta escoria, acumulada durante décadas de actividad industrial, parecía haber sido moldeada por procesos naturales. Pero al examinar más de cerca esas formaciones, los científicos detectaron algo insólito: estructuras que se asemejaban a rocas sedimentarias, con capas, vetas y fracturas típicas de la litificación.

El equipo de investigación, liderado por Amanda Owen y John MacDonald, ambos de la Universidad de Glasgow, analizó muestras de 13 puntos distintos del yacimiento. Utilizaron técnicas como la microscopía electrónica, la difracción de rayos X y la espectroscopía Raman para confirmar que no estaban ante un simple apelmazamiento de residuos, sino ante un proceso completo de transformación en roca.

La sorpresa llegó cuando encontraron incrustados en el material un tapón de lata de refresco que no pudo haber sido fabricado antes de 1989, y una moneda de Jorge V fechada en 1934. Como explicó MacDonald en el artículo científico, “el proceso de litificación se completó en no más de 35 años”, lo cual “implica una velocidad sin precedentes en la formación de rocas en condiciones naturales”.

Moneda de Jorge V (1934). Fuente: Geology

¿Qué significa litificar… en tres décadas?

Litificar es el proceso mediante el cual los sedimentos se compactan y se cementan hasta convertirse en roca sólida. Normalmente, esto ocurre bajo tierra, a lo largo de miles o incluso millones de años, mediante presión, temperatura y la acción del agua mineralizada. Pero en este caso, todo sucede en la superficie, en contacto directo con el aire y el agua marina.

Según el estudio, los residuos industriales analizados contienen elementos como calcio, hierro, magnesio y manganeso. Estos elementos reaccionan con el ambiente costero, especialmente con la humedad del mar, para formar compuestos como la calcita, la brucita o la goethita, que actúan como cementos naturales. Estos compuestos se cristalizan entre los fragmentos de escoria, uniendo las partículas y generando una estructura rígida.

Como señalan los autores, este mecanismo “genera un conjunto de procesos de cementación que pueden llevar a una litificación efectiva en tiempos sorprendentemente cortos”. En otras palabras, la química del residuo y el entorno se alían para crear una roca en tiempo récord.

Fuente: CharGPT / E. F.

Rocas humanas, un nuevo tipo geológico

Las rocas identificadas han recibido el nombre de rocas antropoclásticas, un término que hace referencia a su origen humano (anthropos, hombre, y klastos, fragmentado). Estas rocas contienen componentes que no aparecen en la naturaleza de forma espontánea, como fragmentos de aluminio manufacturado, residuos metálicos y productos derivados de la industria moderna.

Este fenómeno no se limita a Inglaterra. El propio artículo científico menciona que procesos similares ya se han observado en la costa de Gorrondatxe, en el País Vasco. Sin embargo, la diferencia crucial es que en el caso de Derwent Howe sí ha sido posible establecer una cronología clara, gracias a los objetos atrapados en la roca. Esto permite afirmar con seguridad que la litificación ha ocurrido en menos de cuatro décadas.

Tal como explican los autores, “los hallazgos sugieren que este fenómeno podría estar produciéndose en cualquier vertedero de escoria situado en costas activas”. Es decir, allí donde las olas, el viento y la lluvia actúan sobre residuos industriales, existe el potencial para que se genere roca nueva.

Fuente: CharGPT / E. F.

El registro geológico del Antropoceno

Desde hace años, muchos científicos defienden que hemos entrado en una nueva era geológica: el Antropoceno, un periodo marcado por el impacto de la actividad humana sobre el planeta. La formación de rocas antropoclásticas es una de las evidencias más tangibles de este cambio. Estas rocas no solo existen, sino que formarán parte del registro geológico que estudiarán los científicos del futuro.

John MacDonald lo resume así en el artículo: “Este es un ejemplo en microcosmos de cómo toda la actividad que realizamos en la superficie terrestre acabará, eventualmente, registrada como roca en el registro geológico”. Pero lo más sorprendente es la rapidez con la que esto ocurre. Donde antes se hablaba de eras y periodos geológicos, ahora basta con unas décadas.

Este descubrimiento obliga a replantear la gestión de residuos industriales, sobre todo en zonas costeras. Si los residuos pueden transformarse tan rápido en roca, también pueden atrapar contaminantes, metales pesados y microplásticos que quedarán sellados durante siglos o milenios. El tiempo de reacción es, por tanto, mucho más corto del que se pensaba.

Una nueva mirada para la geología

Este tipo de hallazgos obliga a revisar conceptos que parecían consolidados. Hasta ahora, la formación de roca se entendía como un proceso exclusivo de la naturaleza, lento y progresivo. La idea de que la actividad humana pueda generar un ciclo geológico completo y detectable era más bien una hipótesis de ciencia ficción. Hoy, es una realidad.

La “aceleración sin precedentes del ciclo de rocas inducido por humanos”, tal y como lo describe el equipo de investigadores, nos recuerda que ya no somos simples observadores del paisaje: somos agentes geológicos activos. Y lo somos a tal velocidad que, en apenas una generación, hemos añadido un nuevo capítulo al libro de la Tierra.

A partir de ahora, cuando hablemos del ciclo de las rocas en los libros de texto, habrá que incluir también la acción de las industrias humanas, sus residuos y su interacción con el entorno. Lo que parecía basura, es ahora roca. Y lo que parecía efímero, ha quedado inscrito en piedra.

Referencias

  • Amanda Owen, John MacDonald, David Brown. Rapid anthropoclastic rock cycle recorded in industrial waste on a coastal site. Geology. 2024. https://doi.org/10.1130/G52262.1.

Cortesía de Muy Interesante



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