La economía mexicana inició el año con señales claras de debilitamiento. De acuerdo con cifras publicadas por el INEGI, la demanda agregada —que refleja la suma del consumo, la inversión y las exportaciones netas— registró una contracción de -1.1% en el primer trimestre del año, en términos reales y con ajuste estacional.
Esta caída también se reflejó en la oferta agregada, que mostró un crecimiento marginal de apenas 0.2% en el Producto Interno Bruto (PIB), mientras que las importaciones se desplomaron -4.3%.
Cortesía de Unomásuno.
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