¿No te motiva tu trabajo? Lo puedes rediseñar desde adentro

No necesitas renunciar. A veces, solo necesitas reencuadrarlo. Y eso tiene un nombre: job crafting.

El job crafting es una metodología de rediseño personal del trabajo que propone que las personas pueden modificar su experiencia laboral sin esperar cambios estructurales desde arriba. Es decir, la empresa no tiene que cambiar tu puesto para que tú empieces a cambiar tu forma de vivirlo.

Este concepto fue desarrollado por las psicólogas organizacionales Amy Wrzesniewski (Yale University) y Jane Dutton (University of Michigan) a principios de los años 2000. Ambas investigaban cómo las personas encuentran propósito en su trabajo y descubrieron que algunos colaboradores —incluso en roles muy rutinarios o poco valorados— lograban transformar su experiencia laboral a través de pequeñas acciones diarias:

  • Asumían tareas voluntarias que les daban energía
  • Se relacionaban con colegas que les inspiraban
  • Cambiaban la forma en que veían su contribución

Wrzesniewski y Dutton lo documentaron como un fenómeno emergente: personas que “moldeaban” su trabajo para alinearlo con sus valores, fortalezas y motivaciones, sin esperar que alguien más lo hiciera por ellas.

En 2001 publicaron el artículo académico “Crafting a Job: Revisioning Employees as Active Crafters of Their Work” (“Rediseñando el trabajo: repensar a los empleados como creadores activos de su experiencia laboral”) en el Academy of Management Review, y con eso, sentaron las bases teóricas del job crafting.

Desde entonces, este enfoque se ha convertido en una herramienta poderosa para la gestión del compromiso, el bienestar laboral y el liderazgo individual.

Las tres dimensiones del job crafting

Poner en marcha esta estrategia implica modificar tu trabajo en tres dimensiones clave:

1. Tareas: Rediseñar lo que haces en tu día a día. Por ejemplo:

  • Incluir tareas que te motivan más
  • Automatizar o delegar las que te desgastan
  • Buscar desafíos voluntarios que activen tu creatividad

2. Relaciones: Cambiar con quién te relacionas. Por ejemplo:

  • Buscar nuevos vínculos con personas que te inspiran
  • Colaborar con otras áreas en proyectos transversales
  • Mentorear o dejarte mentorear

3. Percepción o significado: Transformar la manera en que interpretas tu trabajo. Por ejemplo:

  • Recordar a quién ayudas con lo que haces
  • Verte como agente de impacto, no solo como ejecutor
  • Conectar tu labor con tus valores personales

Se aplica a través de tres ejes principales:

1. Crafting de tareas: Cambiar el qué haces o cómo lo haces.

Agregar tareas que disfrutes, reorganizar actividades, automatizar lo repetitivo o innovar en la forma de entregar resultados. Ejemplo: Una cocinera que empieza a crear nuevos menús o propuestas de platillos, más allá de la rutina establecida.

2. Crafting de relaciones: Modificar con quién trabajas o interactúas.

Buscar colaboraciones más significativas, evitar interacciones tóxicas o crear nuevas redes de apoyo. Ejemplo: Un docente que comienza a colaborar con colegas de otras materias para desarrollar proyectos interdisciplinarios que lo conectan con su propósito original.

3. Crafting cognitivo (de percepción): Cambiar el para qué haces lo que haces. 

Redefinir el sentido de tu trabajo, reconectar con tu impacto, reencuadrar tu rol. Ejemplo: Un camillero en un hospital que, en lugar de verse como un “transportador de pacientes”, se considera a sí mismo como una parte vital en la cadena de cuidado.

Empresas que han aplicado job crafting

Aunque el concepto nació en la academia (Yale University, University of Michigan), hoy es parte de los programas de transformación cultural de empresas como:

  • Google: ha promovido el job crafting como parte de su filosofía de autonomía. Se alienta a los empleados a rediseñar un 20% de su tiempo en proyectos que les apasionen (de ahí nacieron Gmail y Google Maps).
  • LEGO Group: a través de su iniciativa “My Playground”, los colaboradores definen cómo su rol puede alinear más con sus fortalezas y creatividad.
  • SAP: integró sesiones de job crafting como parte de su estrategia de bienestar y salud mental, enfocándose en colaboradores que mostraban señales de desmotivación.
  • Hospitales en Reino Unido: donde el personal de enfermería y limpieza ha utilizado esta técnica para reconectar con el propósito de su labor, mejorando su bienestar emocional sin necesidad de rotaciones o promociones.

¿Y en México? Aquí todavía predomina la idea de que el bienestar “viene de arriba”. Pero el job crafting propone lo contrario: que los colaboradores asuman el rediseño de su experiencia como un acto de liderazgo personal.

Tu trabajo no tiene que cambiar de nombre para que empiece a cambiarte a ti.

¿Cómo empezar?

  1. Haz un mapa de tus tareas actuales. ¿Cuáles te energizan? ¿Cuáles te drenan?
  2. Identifica tus fortalezas y motivaciones. ¿Cómo podrías usarlas más en tu día a día?
  3. Piensa en tus relaciones laborales. ¿Con quién te gustaría colaborar más?
  4. Redefine tu propósito. ¿Cómo impacta lo que haces en otras personas?

No necesitas pedir permiso. Necesitas iniciativa, reflexión y acción enfocada.

Confieso que tengo dudas sobre qué tanto estamos listos en muchas organizaciones para aceptar este nivel de autonomía. Pero también tengo esperanza.

Y si tú también la tienes, quizá sea hora de rediseñar tu lunes.

Cortesía de El Economista



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