Necesitas los labios para hablar, para poner morritos cuando te haces un selfi, para besar a tus seres queridos. Por eso, cuando están secos y agrietados, no solo notas molestias e irritación, sino que no te gusta su aspecto. Aunque aplicarte con frecuencia cacao y bálsamos labiales puede que solo empeore las cosas.
Los bálsamos labiales solo ofrecen una solución temporal. Incluso, algunos pueden secar más todavía los labios. Eso es porque, en parte, cuando la fina capa de humedad del bálsamo se evapora, deshidrata la piel.
“Es un círculo vicioso”, apunta Leah Jacob, profesora de Dermatología en la Universidad Tulane (EE. UU.).

El círculo vicioso de humedad y deshidratación
Muchos tenemos que lidiar con este problema, sobre todo, en invierno y en los climas secos. Médicos y esteticistas nos recomiendan que nos cuidemos los labios, igual que el resto de la piel.
“Cualquier parte del cuerpo que no está cubierta durante el invierno sufrirá la agresión de las inclemencias”, dice Crystal Aguh, dermatóloga del Hospital Johns Hopkins (EE. UU).
“A muchas personas, se les secan las manos y los brazos no, porque solemos llevar siempre ropa de manga larga cuando hace frío, pero no siempre guantes”, señala Aguh.
La anatomía de los labios: más frágiles de lo que imaginas
Del mismo modo, rara vez nos cubrimos la cara en los meses de invierno, por lo que también se seca. Y, aunque los labios parezcan distintos, son bastante similares al resto de nuestra piel.
Están fabricados también por tres capas de células: la más externa o estrato córneo –con una mayoría de células muertas–, la epidermis y la dermis –el estrato más interno–.
La principal diferencia es que estas son mucho más finas en los labios que en el resto de la piel –sobre todo, el estrato córneo, que forma una barrera protectora sobre las otras dos–. Por lo tanto, la epidermis y la dermis son más vulnerables y sensibles a las agresiones.
“Las glándulas sebáceas de alrededor de los labios aportan a estos hidratación”

¿Qué ingredientes debes evitar en tu bálsamo labial?
Asimismo, los labios no poseen folículos pilosos ni glándulas sebáceas propias. Son las de alrededor las que se ocupan de aportarles hidratación.
Pasarse la lengua por la boca o aplicarte un poco de cacao, brillo o cualquier cosa que suplemente la hidratación natural puede parecer una buena idea. Sin embargo, es lo peor que puedes hacer, porque provoca más deshidratación, advierte Jacob.
Encima, algunos bálsamos labiales contienen ingredientes que pueden ser irritantes o desecantes. El mentol, el ácido salicílico, el cinamaldehído y los saborizantes mentolados son los culpables.
Por eso, Jacob aconseja usar un ungüento espeso y emoliente, y mejor aún si tiene factor de protección solar. La glicerina o la vieja vaselina de toda la vida son dos buenas opciones.
¿Por qué los labios se secan tan fácilmente? Lo que revela la ciencia
A diferencia de otras zonas del cuerpo, los labios tienen una estructura singular que los hace especialmente vulnerables a la deshidratación. Un estudio realizado en Corea del Sur, con la participación de 40 mujeres, analizó la fisiología específica de la piel labial y encontró que el estrato córneo —la capa más externa de la piel— es considerablemente más delgado en los labios que en otras partes del rostro.
Esta delgadez implica una menor protección frente a agresiones externas, como el viento, el frío o la radiación solar, y contribuye a una mayor pérdida transepidérmica de agua (TEWL, por sus siglas en inglés).
Además, el mismo estudio reveló que los labios presentan una capacidad significativamente reducida para retener la humedad. A esto se suma la ausencia de glándulas sebáceas propias, lo que significa que no producen su propio sebo, el aceite natural que en otras zonas del cuerpo ayuda a mantener la hidratación y reforzar la barrera cutánea. En los labios, esta función depende en parte de las glándulas sebáceas cercanas, lo que los deja expuestos si no se les cuida adecuadamente.
Otro hallazgo clave fue el perfil alterado de ceramidas en los labios secos. Estas grasas naturales son componentes esenciales de la barrera cutánea, y su desequilibrio se ha asociado con una menor capacidad de retención de agua y una mayor tendencia a las grietas.
Las personas con labios frecuentemente agrietados mostraban un perfil diferente de ceramidas respecto a quienes tenían labios más sanos. Esta diferencia sugiere que los tratamientos más efectivos podrían incluir ingredientes que restauren esta barrera lipídica, como los bálsamos ricos en ceramidas, para abordar no solo los síntomas, sino también la causa del problema.

Labios en forma: cuidados esenciales y protección solar
Aunque los labios ocupan una pequeña superficie del rostro, requieren una atención específica y constante. Su estructura delicada los hace particularmente propensos a la sequedad, las grietas y los daños ambientales. Para mantenerlos sanos, los dermatólogos recomiendan establecer una rutina sencilla pero efectiva.
Una exfoliación suave, una o dos veces por semana, elimina las células muertas del estrato córneo y facilita la penetración de productos hidratantes. Después, aplicar un bálsamo rico en ingredientes emolientes como manteca de karité, cera de abejas o vaselina ayuda a restaurar la barrera cutánea. La hidratación nocturna también es clave, ya que es durante el sueño cuando la piel se regenera con mayor intensidad.
Durante el día, además de mantener los labios humectados, conviene prestar atención a un enemigo menos evidente pero igual de dañino: el sol. A diferencia de otras zonas de la piel, los labios no contienen melanina, el pigmento que nos protege de los rayos UV. Esto los hace mucho más vulnerables a las quemaduras solares. De hecho, el cáncer de piel también puede desarrollarse en esta zona, en particular el carcinoma de células escamosas, que afecta con frecuencia al labio inferior por su mayor exposición al sol. Por eso, es fundamental elegir un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 y reaplicarlo con frecuencia, sobre todo tras comer o beber.
No todos los bálsamos son iguales, y algunos pueden incluso empeorar la situación. Los expertos advierten que conviene evitar productos con fragancias, mentol, alcanfor o ácido salicílico, ya que pueden irritar aún más la piel sensible de los labios. En su lugar, es preferible optar por fórmulas hipoalergénicas, sin alcohol y con activos humectantes, como la glicerina o el ácido hialurónico. Combinando una rutina de cuidado diario con una protección solar adecuada, es posible mantener los labios suaves, flexibles y saludables durante todo el año.
Referencias
- Kim, Jongwook et al. Relationship between lip skin biophysical and biochemical characteristics with corneocyte unevenness ratio as a new parameter to assess the severity of lip scaling. International journal of cosmetic science. (2021). doi:10.1111/ics.12692
- Tamura E, Ishikawa J, Naoe A, Yamamoto T. The roughness of lip skin is related to the ceramide profile in the stratum corneum. Int J Cosmet Sci. (2016). doi:10.1111/ics.12335
Cortesía de Muy Interesante
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