Un hallazgo excepcional en el corazón de Melun
El legado histórico del antiguo Imperio romano sigue más vivo que nunca. La reciente campaña arqueológica llevada a cabo por el Institut national de recherches archéologiques préventives (Inrap) en la ciudad francesa de Melun, en el departamento de Seine-et-Marne, ha sacado a la luz un descubrimiento de gran relevancia: todo un barrio galorromano perteneciente a la antigua ciudad de Metlosedum. Esta excavación, que se inscribe dentro de una operación de arqueología preventiva, permitirá conocer en profundidad la organización urbana y la vida cotidiana de una comunidad romana fuera del centro monumental tradicional.
la excavación preventiva se ha desarrollado en la sede de la antigua École Normale d’Institutrices, un complejo que se edificó entre 1878 y 1880 y que, en la actualidad, se encuentra en una parcela destinada a la construcción de un nuevo centro educativo. Tras la realización de un diagnóstico que detectó vestigios antiguos en la zona, el Service Départemental d’Archéologie de Seine-et-Marne ordenó una intervención arqueológica de urgencia.
Metlosedum: la ciudad romana a orillas del Sena
Metlosedum, también conocida como Melodunum, fue un asentamiento importante en la Galia lionesa, situado estratégicamente a unos 50 kilómetros al sureste de Lutecia (la actual París) y englobado dentro del territorio de los sénones. Esta localización posicionaba a la ciudad en un punto de cruce entre las distintas tribus galas, como los meldos (Meaux), los parisii (París) y los carnutes (Chartres).
Cayo Julio César menciona a Melodunum en sus Comentarios sobre la guerra de las Galias, donde la describe como un oppidum fortificado. Su presencia está documentada también en la Tabla de Peutinger, donde su nombre aparece recogifo bajo la forma “Meteglum”. Durante el periodo del Alto imperio (del 30 a.C. al 275 d.C.), la ciudad experimentó un fuerte desarrollo urbano y económico.
El barrio descubierto recientemente por los arqueólogos se encuentra en la orilla norte del actual casco urbano de Melun, fuera del centro monumental y del recinto amurallado medieval. Tal posición lo identifica como un suburbio urbano, una zona de expansión residencial o artesanal vinculada de manera directa con la ciudad romana.

Un tejido urbano bien conservado
El equipo de arqueólogos del Inrap, dirigido por Solène Bonleu y Théa Vanti, ha descubierto una densa red de estructuras urbanas con muros de edificaciones, bodegas subteráneas, pozos de agua y espacios de almacenamiento. Las características constructivas permiten fechar estos elementos entre los siglos I y III d.C., momento de máximo esplendor de la ciudad romana.
El hallazgo más significativo es la existencia de varias construcciones conservadas en planta baja, algunas con estructuras hipogeas, es decir, cavidades excavadas bajo el nivel del suelo. Estas bodegas probablemente se utilizarin para conservar alimentos o almacenar productos en condiciones frescas y a temperatura constante.
También se documentaron pozos de agua asociados a las viviendas, lo que indica un nivel de organización urbana avanzado. Estos elementos, junto con los muros que definen los espacios privados y las vías de circulación, han permitido reconstruir de forma parcial el trazado de este barrio suburbano.

Objetos que cuentan historias
Junto con las estructuras arquitectónicas, los arqueólogos han recuperado una rica colección de objetos. Se trata de fragmentos de cerámica, elementos metálicos, objetos de uso personal y herramientas que ilustran la vida cotidiana de los habitantes de este sector.
La presencia de estos objetos confirma la función residencial del barrio, aunque no se descarta una dimensión artesanal o comercial vinculada a la ciudad. Las cerámicas halladas, además, han permitido tanto establecer cronologías precisas como detectar redes de intercambio con otras regiones del imperio.
Un registro histórico estratigráfico
El yacimiento se ha convertido en una fuente arqueológica preciosa por su estratigrafía. Los niveles documentados abarcan un largo período histórico, desde el periodo romano hasta la Edad Media e incluso la época moderna.
Sobre las estructuras romanas, se hallaron restos vinculados al periodo medieval, que sugieren la reutilización del espacio. Posteriormente, ya en el siglo XIX, el terreno fue ocupado por la École Normale d’Institutrices. Esta continuidad ocupacional convierte el sitio en un registro histórico de larga duración, con potencial para el desarrollo de estudios multidisciplinares.

Puesta en valor y difusión del hallazgo
El descubrimiento se anunció mde manera oficial el 5 de junio de 2025, coincidiendo con los preparativos de las Journées européennes de l’archéologie. Durante los días 13 y 14 de junio, el público pudo visitar el yacimiento, participar en visitas guiadas y conocer de primera mano los resultados preliminares.
Las actividades divulgativas fueron coordinadas por Pauline Maingre, encargada de comunicación de Inrap, y tuvo un impacto positivo en la comunidad local. Este tipo de iniciativas subrayan la importancia del patrimonio arqueológico como recurso educativo y cultural.

Un barrio suburbano que reconfigura la historia de Melun
Los hallazgos realizados permiten afirmar que el barrio descubierto formaba parte integrante del sistema urbano de Metlosedum. La calidad de las construcciones y la planificación de los espacios sugieren que sus habitantes gozaban de cierto nivel de bienestar y se estima que pudieron ser comerciantes, artesanos o funcionarios.
Este tipo de suburbios se han estudiado poco en la arqueología de la Galia romana, que tradicionalmente ha centrado su interés en los foros, los templos y las villas. Por ello, el barrio de Melun constituye una fuente de gran valor para estudiar la urbanización periférica y la vida doméstica cotidiana en una ciudad secundaria del imperio.
Un legado entre capas de tierra
La excavación de este barrio romano en Melun ofrece amplía nuestra visión sobre la estructuración de las ciudades más allá de los grandes centros monumentales. Gracias a la arqueología preventiva y a la voluntad de conservar el patrimonio, hoy podemos reescribir parte de la historia de la Galia romana, e incorporar voces y espacios que, hasta ahora, habían permanecido ocultos bajo tierra. Este hallazgo, además de enriquecer el conocimiento académico, también refuerza el vínculo entre la comunidad actual y su memoria histórica.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
Dejanos un comentario: