
La Selección Mexicana sufrió una baja significativa en plena Copa Oro 2025 con la salida de Luis Chávez, quien quedó descartado del torneo tras sufrir una grave lesión durante un entrenamiento el pasado miércoles 25 de junio. El mediocampista de 29 años, que ya había disputado dos partidos en la competición, incluido uno como titular frente a Costa Rica, fue diagnosticado con una rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) en la rodilla derecha, confirmada mediante una resonancia magnética realizada al día siguiente.
Este tipo de lesión implica un proceso de recuperación largo y exigente, comenzando con una cirugía reconstructiva del ligamento dañado. Posteriormente, se inicia una etapa postoperatoria en la que se controla el dolor, se limita la carga en la pierna afectada mediante el uso de muletas y se aplican terapias para reducir la inflamación. A los pocos días, se incorporan ejercicios de movilidad y fortalecimiento muscular básico, con seguimiento médico constante para ajustar el programa de rehabilitación según el progreso individual.
Durante los siguientes meses, el proceso avanza hacia ejercicios más intensos, incluyendo actividades de bajo impacto como bicicleta estática o natación, fortalecimiento con bandas de resistencia, y trabajos de equilibrio y propiocepción. A partir del cuarto mes, se inician fases específicas orientadas al regreso a la actividad deportiva, incorporando progresivamente carreras, ejercicios de agilidad y movimientos técnicos, siempre bajo la supervisión de especialistas en medicina deportiva.
En total, la recuperación completa tras una rotura del LCA suele extenderse entre 9 y 12 meses, dependiendo de factores como la respuesta del paciente al tratamiento, su disciplina durante la rehabilitación y la ausencia de complicaciones adicionales. En el caso de Luis Chávez, esto significaría que su regreso a las canchas podría producirse a mediados de 2026, con el objetivo de alcanzar nuevamente su mejor nivel físico y competitivo.
SV
Cortesía de El Informador
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