El dueño de Amazon contrajo nupcias con la exreportera Lauren Sánchez. Desde abril se reveló que la sede sería Venecia, aunque la fecha exacta de la ceremonia se había mantenido en secreto. No fue sino hasta este viernes que los invitados aparecieron junto con los novios. Se reveló que los festejos tendrán una duración de tres días y que el costo total de la boda llegó a los $50 millones de dólares.
Sin embargo, en medio de la champaña y las góndolas de lujo, decenas de protestantes alzaron la voz en rechazo al impacto que la llegada de Jeff Bezos, su ahora esposa y los cientos de invitados famosos dejarían en una ciudad ya de por sí sobresaturada por el turismo y cuya población se siente olvidada por su gobierno.
Desde hace varias semanas, entre las calles de Venecia se lee y escucha un reclamo: “No space for Bezos” (“no hay espacio para Bezos”). Se lee en postes, puentes, plazas públicas y se escucha en la mayoría de las conversaciones de los locales. Se trata de algo más que una frase de protesta. Es el nombre de una campaña promovida por la población veneciana y al menos doce grupos diferentes, entre los que están defensores de las viviendas, grupos anti-cruceros y colectivos universitarios se han unido.
Incluso Greenpeace e integrantes del movimiento inglés “Everybody hates Elon” (Todos odian a Elon Musk) han realizado actos de protesta para mostrar su rechazo a que la boda de uno de los cinco hombres más ricos del mundo se realice en Venecia. Las razones no tienen que ver con una oposición específica a la felicidad del magnate tecnológico, sino directamente al impacto que el evento tendrá en la vida de los venecianos, quienes ya sufren diariamente por encontrar un medio de transporte que no haya sido acaparado para el turismo.
El lujo: ellos lo traen y ellos se lo llevan
Durante los anuncios de planeación, se aseguró que solo habría unos 200 invitados. En la ceremonia de este viernes pudieron ser vistos personajes como Oprah Winfrey, Leonardo DiCaprio, las Kardashian, la hija de Donald Trump, e incluso Bill Gates. Modelos, cantantes, ex deportistas y toda clase de famosos. Todos ellos abordaron botes-taxi en dirección a la isla de San Giorgio, en donde se llevaría a cabo la ceremonia. Lady Gaga y Elton John serán los encargados del entretenimiento.
Desde abril, cuando se anunció, a través de Variety, que Venecia sería la sede, los wedding planners realizaron comunicados de contención para las personas que exigían respuestas respecto a las implicaciones éticas y sociales de un evento de esta talla.
“Desde el inicio, las instrucciones de nuestro cliente (Jeff Bezos) y nuestros principios rectores fueron completamente claros: minimizar cualquier perturbación a la ciudad, respetar a sus residentes es instituciones y dar empleo en su mayoría a los locales para la organización del evento”.
-Lanza & Baucina Limited, wedding planners
Como parte de los rumores en torno a la boda, se mencionaba que la sede de la ceremonia de entrega de anillos sería en la Scuola Grande della Misericordia del siglo XIV, una armería escolar convertida en lugar de eventos. También fue común el rumor de que la fiesta sería en el yate de lujo de Bezos, cuyo valor supera los $500 millones de dólares.
El consejero de Turismo de Venecia, Simone Venturini, aseguró para el portal NPR que la ciudad estaba honrada de ser sede de esta boda que “resalta el atractivo internacional de nuestra ciudad y su capacidad para recibir eventos de alto perfil con discreción y eficiencia”.
Lo que dejan a los venecianos
Las declaraciones del representante de la ciudad no terminaron ahí:
“Las objeciones expresadas por unas pocas docenas de protestantes profesionales, cuyo motivo es únicamente el deseo de atención mediática, no representan el espíritu de Venecia; no demuestran más que envidia social […]. Venecia siempre ha estado y aún está abierta a recibir a todos los visitantes que honren el patrimonio de nuestra ciudad”:
-Simone Venturini, consejero de Turismo de Venecia
La intensa campaña para combatir la celebración no tuvo su origen en un evento reciente. Deriva de un agotamiento por parte de los locales de las condiciones en que la ciudad se encuentra para ellos, pues reclaman que mientras Venecia mantiene una imagen de destino ideal para el romance y el glamour, el costo de viviendas se ha encarecido abruptamente debido a grandes empresas que las compran por montones para convertirlas en alojamientos de corto plazo. Esto deriva en un progresivo desplazamiento de residentes que realmente son originarios de Venecia.
Greenpeace, junto con otras asociaciones desplegaron una manta de protesta en Venecia.
Junto con ello, la ciudad flotante se está hundiendo a causa del aumento del nivel del mar, aunque la excesiva afluencia de turistas en prácticamente todo el año colaboran a esta situación, además de que recibir un promedio de 100,00 turistas al día impacta drásticamente en los niveles de contaminación de las aguas que la rodean.
El sobrecogedor recibimiento al evento por parte de las autoridades tanto municipales como estatales enardeció al sector de la población que más sufre con estas condiciones. La idea de que un multimillonario podría exigir a toda una ciudad reorganizar su logística para un evento privado prevaleció.
Desde la perspectiva de los locales, el turismo ya les ha quitado viviendas, transporte y servicios, y con el arribo de cientos de celebridades, la ciudad podría verse rebasada. Los opositores actuaron para minimizar dicho impacto. Durante el auge de las protestas, y a través de su cuenta oficial, el movimiento “No space for Bezos” anunció que Jeff Bezos había modificado la sede de su ceremonia, además que su yate no podría atracar en la ciudad.
Cartel de protesta contra la boda de Jeff Bezos
Aunque el día de la boda ya haya llegado, las acciones de protesta continúan, pues los locales reclaman a sus autoridades haber permitido que los multimillonarios vuelvan a usar a Venecia como su patio de recreo o salón privado de fiestas a cambio de una suma de dinero de la cual el beneficio nunca se ve reflejado para ellos.
Cortesía de Xataka
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