Quizás uno de los monumentos prehistóricos más famosos del mundo es Stonehenge. Esta estructura megalítica de Salisbury, Inglaterra, está, incluso ahora, rodeada de misterios y enigmas. Los expertos han pasado décadas tratando de explicarse no solo su significado y su función, sino de dónde provienen las enormes piedras que lo conforman este monumento y cómo llegaron hasta donde se encuentran actualmente.
Sobre esto último, en 2015 se descubrió que algunas de las llamadas bluestones o “piedras azules” que componen Stonehenge habían sido llevadas desde Gales. Esto luego de que los arqueólogos descubrieran una serie de piedras similares en las colinas del norte de Pembrokeshire. Sin embargo, una investigación más reciente encontró que la llamada Piedra del Altar, la más grande del monumento, provenía de Escocia, a 700 kilómetros de distancia.
¿Cómo llevaron las rocas hasta allí?
Según un comunicado de la Universidad de Aberyswyth de 2024, los científicos analizaron la edad y la química de los minerales de algunos fragmentos de la Piedra del Altar para crear una “huella digital” de su origen. Descubrieron una notable similitud con la antigua arenisca roja de la cuenca de Orcadian, al noreste de Escocia, lo cual la separa de las piedras azules ígneas provenientes de Gales, con las cuales se le asociaba.
El hallazgo, publicado en la revista Nature, implica que esta piedra recorrió al menos 700 kilómetros desde su ubicación original hasta Salisbury. Aunque se desconoce su procedencia exacta, por lo que pudo haber viajado incluso más de 1,300 kilómetros. El descubrimiento, sin embargo, deja una gran duda en el aire: ¿cómo hicieron para transportar una enorme roca de seis toneladas desde Escocia?
Pudieron haber sido transportadas en trineos
Como señala un artículo de Xataka, algunos expertos apuntaban a la posibilidad de que las piedras fueran desplazadas por un proceso de glaciación natural. No obstante, Nik Pearce, geólogo de Aberystwyth, cuestionó la validez de esa teoría. “Desde Orkney, no veo ninguna manera de que la piedra haya recorrido media docena de glaciares en el orden adecuado para terminar en Salisbury“.
Aunque el artículo de 2024 no responde concretamente a esa pregunta y en cambio descarta otras posibles explicaciones como la de que la Piedra del Altar fue transportada por vía marítima, la investigación de 2015 sí plantea una hipótesis sobre cómo pudieron llevar las otras piedras azules desde Gales. Según dijo el arqueólogo Mike Parker Pearson a CNN, “pensamos que las pusieron sobre trineos de madera que arrastraron sobre estructuras de madera a manera de rieles”.

¿Qué se ha descubierto sobre la función de Stonehenge?
Como señala un artículo de la BBC, hasta la fecha no se sabe quién construyó Stonehenge ni para qué se usó. Existen algunas teorías que apuntan a que fue un mausoleo, otros dicen que fue un sitio de curación e incluso que sirvió como un calendario celestial, puesto que los huecos en su anillo de piedra exterior están perfectamente alineados con el solsticio de verano e invierno.
No obstante, en 2023 Trevor Cox, profesor e investigador de acústica en la Universidad de Salford, encontró que Stonehenge actúa como una cámara de eco gigante. Es decir, que amplificaba los sonidos que se producían dentro del círculo para quienes estaban dentro, mientras que para quienes se hallaban fuera, las ondas sonoras del interior llegan muy débilmente.
Este nuevo enfoque, que le llevó a Cox una década de intenso trabajo, implica que el monumento pudo haber estado destinado a la celebración de rituales limitados a una pequeña élite. Pese a lo interesante de esta hipótesis, lo cierto es que en la actualidad el propósito real de Stonehenge aún continúa siendo un misterio para los investigadores.
Cortesía de Xataka
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