En el marco del 20.º aniversario de los Premios a la Investigación Biomédica de la Fundación Banco Sabadell, el Dr. Óscar Marín y el Dr. Eduard Batlle protagonizan una nueva edición de “Conversaciones con Ciencia”, donde reflexionan sobre el presente y el futuro de la investigación biomédica, y comparten una visión común: que cada avance científico llegue a transformar la vida de las personas.
Lo que podría parecer un diálogo entre dos expertos de campos alejados -la neurobiología del desarrollo y la investigación del cáncer- se convierte en un intercambio lleno de puntos en común, donde la curiosidad, la pasión por comprender y la necesidad de colaborar emergen como hilos conductores.
Trayectorias que se cruzan con la casualidad y la curiosidad
El Dr. Eduard Batlle, premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Biomédica en 2010, jefe del programa de Ciencia del Cáncer del IRB e investigador ICREA, confiesa que llegó al estudio del cáncer casi por azar: de investigar gusanos con capacidades regenerativas pasó a centrar su carrera en el cáncer colorrectal. Con el tiempo, su laboratorio ha desplazado el foco hacia el mayor desafío clínico: entender y frenar las metástasis, la parte de la enfermedad que más vidas arrebata.

Por su parte, el Dr. Óscar Marín, premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Biomédica en 2008, catedrático de Neurociencia y director del Centro de Neurobiología del Desarrollo en el King’s College London, recuerda cómo sus intereses cambiaron desde la zoología y la inmunología hasta desembocar, casi por accidente, en la neurobiología. Hoy lidera investigaciones clave para comprender cómo se forma el cerebro y cómo se originan enfermedades neuropsiquiátricas.
Disfruta la charla completa
A continuación puedes disfrutar de la conversación íntegra entre el Dr. Óscar Marín y el Dr. Eduard Batlle. Este diálogo forma parte del ciclo “Conversaciones con Ciencia”, una serie de siete encuentros en los que investigadores galardonados por la Fundación Banco Sabadell comparten, de forma cercana y didáctica, sus descubrimientos, trayectorias y reflexiones sobre el impacto de la ciencia y la biomedicina en la sociedad.
De gusanos y retrovirus al cáncer y el cerebro

Ni Batlle ni Marín planearon ser referentes mundiales en sus áreas. Ambos llegaron por caminos poco rectos, movidos por la curiosidad. Batlle, quien lidera hoy uno de los grupos de referencia en metástasis de cáncer de colon, cuenta que:
“Cuando era estudiante, investigaba la regeneración en planarias. Luego surgió la oportunidad de irme a otro instituto a estudiar cáncer, y desde entonces sigo en ello”.
Marín, por su parte, confiesa que
“Quería ser zoólogo, después me obsesioné con los retrovirus en plena pandemia del SIDA y, casi por accidente, acabé en neurobiología. Lo importante no es tanto el tema, sino la pasión por entender cosas nuevas”.
Explorar fuera de la zona de confort

Ambos coinciden en que el sistema científico actual premia la especialización, pero penaliza salirse del guion. Aun así, reivindican la importancia de atreverse. Marín señala que:
“Intento explorar fuera de mi área de confort. Ahí, en la frontera donde nadie es especialista, ocurren cosas interesantes”.
Batlle añade:
“Los temas con demasiada gente investigando se vuelven una pesadilla de competición. Es importante abrir nuevas fronteras, donde puedas desarrollarte sin tanta presión”.
Hacia una ciencia con impacto real

Con el tiempo, ambos investigadores se han ido acercando cada vez más a los pacientes. Batlle lo resume así:
“Empezamos estudiando cuestiones muy básicas, pero entendimos que investigar cáncer significa querer curarlo. Nos enfocamos en la metástasis, porque ahí es donde podíamos tener un impacto real”.
Hoy, su laboratorio trabaja en terapias contra la enfermedad metastásica que están cerca de llegar a la clínica: “Si conseguimos curar la metástasis, me puedo jubilar tranquilo: ya habremos hecho algo muy especial“, bromea.
Marín explica que en neurobiología, en cambio, el reto sigue siendo entender las bases más fundamentales:
“Seguimos haciendo investigación muy básica porque aún sabemos muy poco de cómo se desarrolla y funciona el cerebro humano. Ahora, por primera vez, tenemos modelos celulares humanos que nos permiten contrastar lo que vemos en ratones. Eso nos va a acercar a entender mejor enfermedades complejas del desarrollo”.
Reconocer la excelencia para impulsar el talento

Ambos destacan lo que significó recibir el Premio Fundación Banco Sabadell. “Fue un impulso enorme“, recuerda Marín.
“Aportó visibilidad y reforzó la moral del equipo, porque hoy la ciencia es un trabajo de equipo”.
Batlle coincide:
“Fue una inyección de energía en un momento clave. Además, formar parte del jurado después me ha permitido contribuir a reconocer nuevos talentos”.
Retos y oportunidades para la ciencia en España

Aunque ambos celebran la evolución de la ciencia en España y Cataluña en los últimos veinte años, también coinciden en que queda camino por recorrer, sobre todo en retener talento, fomentar la transferencia tecnológica y aumentar el mecenazgo. Marín propone:
“Necesitamos comunicar mejor nuestro impacto para que la sociedad se sienta parte de la solución”.
Batlle añade:
“Desde el descubrimiento al producto final hay un camino muy largo, y necesitamos más experiencia para recorrerlo. Hay que intentarlo, equivocarse y volver a intentarlo”.
Un cierre con optimismo

La conversación termina con una mirada al futuro: una ciencia flexible, abierta, colaborativa y siempre anclada a su propósito último: mejorar la vida de las personas.
“Investigamos porque queremos resolver problemas reales”, concluye Batlle. “Y aunque parezca lento, cada pequeño paso cuenta. La ciencia necesita tiempo, paciencia y apoyo, pero su impacto es imparable”.
Cortesía de Muy Interesante
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