Nissan solicitó a varios de sus proveedores en Europa que acepten pagos fuera del calendario habitual, a cambio de una compensación adicional. La estrategia, revelada por correos internos obtenidos por Reuters, busca liberar flujo de caja en uno de los trimestres más complicados para la automotriz japonesa. La decisión proviene de la nueva dirección encabezada por Iván Espinosa, quien asumió el cargo de CEO en abril. La compañía intenta estabilizar su situación financiera sin cortar de tajo con los socios que le permiten producir.
La petición incluye dos alternativas para los proveedores. La primera consiste en conservar el calendario original, con HSBC al frente del pago que luego cobrará a Nissan con intereses. La segunda implica retrasar los pagos hasta agosto o septiembre, pero con una compensación económica extra. De fondo, el objetivo es liberar hasta 150 millones de euros en efectivo a corto plazo. Nissan lo ha descrito como un ejercicio para mantener liquidez disponible, necesaria tanto para pagar bonos como para continuar con su reestructura interna.
Los intercambios entre las áreas de compras y tesorería en las oficinas de Europa muestran que la iniciativa fue sugerida directamente por el equipo ejecutivo de más alto nivel. Un documento interno con fecha de octubre de 2024 ya anticipaba este tipo de medidas: hablaba de acuerdos de pago flexibles con empresas como ManpowerGroup y Mitsui OSK Lines, con ahorro estimado de 59 millones de euros. La acción pondría en evidencia una tensión creciente entre la necesidad de mantenerse operativo y la fragilidad financiera que arrastra Nissan desde hace varios años.
Nissan registró una pérdida neta de 4,500 millones de dólares en el último ejercicio fiscal y se encuentra en proceso de reducir costos por 3,400 millones de dólares según información de The Japan Times. El plan contempla el cierre de plantas y reducción del 15 por ciento en la plantilla global. De acuerdo con la empresa, el objetivo es volver a un flujo de caja libre positivo antes del cierre del año fiscal 2026. Sin embargo, el camino es incierto, en parte porque tres agencias calificadoras ya degradaron la deuda de Nissan a grado “basura”.
Además del recorte de personal y la reestructura operativa, Nissan planea actualziar su línea de productos, digitalizar sus procesos internos y ajustar su presencia comercial en mercados clave. A pesar del difícil entorno financiero, la compañía no ha cancelado por completo sus planes de inversión en vehículos eléctricos e hídridos conectables como el nuevo Nissan LEAF y la nueva Nissan Frontier Pro PHEV.
Nissan Frontier Pro PHEV.
Un futuro aún incierto para Nissan
La tensión entre avanzar en innovación mientras se recortan gastos podría generar contradicciones en el mediano plazo. No está claro si los proveedores clave aceptarán el trato sin consecuencias futuras. La medida de Nissan no es inédita, pero vuelve a poner en duda la viabilidad de su reestructura sin afectar su cadena de valor.
Parece que el verdadero desafío no es aplazar pagos, sino evitar que la confianza se rompa. Si los proveedores perciben debilidad prolongada, la recuperación podría ser más difícil y costosa. Mientras tanto, Nissan juega una partida milimétrica: asegurar liquidez inmediata para no detenerse, aun si el futuro financiero sigue lleno de curvas.
Cortesía de Xataka
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