El alto el fuego con Irán reaviva el pedido por terminar la guerra en Gaza

Un breve repunte en la popularidad del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se desvanece rápidamente tras la guerra con Irán, al tiempo que crecen las presiones internas para que ponga fin a la prolongada ofensiva sobre Gaza. Según reportó la cadena qatarí Al Jazeera, al menos 85 personas murieron este lunes por ataques israelíes en el enclave palestino, de acuerdo con fuentes médicas, en medio de reclamos por un nuevo cese de hostilidades que permita el retorno de los rehenes restantes.

La Defensa Civil de la Franja de Gaza confirmó la muerte de 51 personas a causa de bombardeos y disparos del Ejército israelí, aunque no se han podido verificar esas cifras de manera independiente debido a las severas restricciones para los medios en el territorio palestino. Rescatistas informaron que 33 personas fallecieron, entre ellas un periodista, y decenas resultaron heridas tras un bombardeo israelí en una cafetería de playa llamada Al-Baqa, en Ciudad de Gaza.

En otro hecho, 13 gazatíes murieron y más de 50 resultaron heridos cerca de un centro de distribución de alimentos de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF) en Rafah. Según fuentes médicas del hospital Naser, un tanque israelí y un dron abrieron fuego contra ciudadanos que aguardaban cerca del centro de la GHF en el barrio Saudí. Testigos también denunciaron que un mercenario estadounidense, encargado de la seguridad en estos puntos de ayuda, disparó en la cabeza a un joven que aguardaba asistencia, cerca del corredor de Netzarim, al centro del enclave.

Además, durante la mañana de este lunes, más de una decena de gazatíes fallecieron tras el ataque contra un almacén con alimentos en el barrio de Zeitún, en Ciudad de Gaza, según fuentes del Hospital Ahli Bautista. El Ministerio de Salud de Gaza informó que 56.531 personas han muerto desde el inicio de la ofensiva israelí, la mayoría civiles. La ONU considera estos datos como fiables.

Victoria sin consenso

Netanyahu, por su parte, aseguró el domingo que la “victoria israelí” en la guerra de 12 días contra Irán abrió “amplias posibilidades regionales”. El presidente estadounidense, Donald Trump, coincidió, augurando que más países en Medio Oriente normalizarán relaciones con Israel. “La prioridad ahora es liberar a los 50 rehenes que siguen en Gaza“, dijo Netanyahu durante una visita al Shin Bet en el sur de Israel, sin detallar si lo haría mediante la ofensiva o a través de un acuerdo. “Por supuesto, también tendremos que resolver la cuestión de Gaza, derrotar a Hamás. Pero estimo que lograremos ambas tareas”, añadió el mandatario

La popularidad de Netanyahu subió tras el declarado “alto el fuego” con Irán, el pasado 24 de junio, apoyado por bombardeos estadounidenses a instalaciones nucleares iraníes. Sin embargo, una encuesta posterior reveló que el 52 por ciento de los israelíes desea que deje el cargo, frente a un 24 por ciento que lo respalda. Casi dos tercios de los encuestados apoyan el fin de la guerra en Gaza, frente al 22 por ciento que prefiere continuarla, según el canal estatal Kan 11.

El analista israelí Assaf Meydani escribió en el sitio israelí Ynet que “el mundo despertó en una nueva era con un alto el fuego entre Irán e Israel, pero Netanyahu deberá rendir cuentas por no haber puesto fin a la guerra en Gaza“. Según Meydani, “Hamás está debilitado pero no destruido, y la guerra se ha convertido en una de desgaste”.

La paz ¿es una opción?

En una de las primeras manifestaciones tras el “fin de la guerra” con Irán, miles de personas salieron el sábado a pedir un alto el fuego que permita el regreso de los rehenes israelíes retenidos en Gaza. “Le pido al primer ministro Netanyahu y al presidente Trump que tomen una decisión valiente para detener la guerra en Gaza”, reclamó Liri Albag, exrehén liberada en enero durante una de las treguas del desbaratado cese de hostilidades.

Trump escribió el sábado en su plataforma Truth Social que “Netanyahu está negociando un acuerdo con Hamas que incluirá la liberación de los rehenes”. Y el domingo se mostró un poco más severo en su insistencia: “¡CIERRA EL ACUERDO EN GAZA. DEVUELVE A LOS REHENES!”.

Sin embargo, a pesar de los crecientes pedidos sociales e internacionales, Netanyahu ha rechazado hasta el momento cualquier cese de hostilidades que no implique la “derrota total” de Hamas. Su insistencia en continuar la ofensiva, aún a costa de prolongar la permanencia de los secuestrados en el enclave, fue señalada por diversos sectores como un obstáculo principal para su liberación.

Uno de los principales rivales de Netanyahu, el ex primer ministro Naftalí Bennett, del partido Nueva Derecha, concedió una entrevista a medios locales por primera vez desde el inicio de la guerra con Hamas. “Ante la incapacidad del gobierno para tomar una decisión, el espantoso estancamiento y la confusión política, yo propongo ahora alcanzar un acuerdo global que incluya la liberación de todos los rehenes“, declaró Bennett al canal 12.

Además, Bennett instó a Netanyahu a abandonar el cargo. “Lleva 20 años en el poder, es demasiado tiempo“, declaró el político, que no oculta sus intenciones de presentarse a las próximas elecciones generales previstas para finales de 2026.

Gaza sin respiro

Otra de las cuestiones por las cuales el gobierno israelí enfrenta crecientes presiones externas, y ahora también internas, es por su manejo frente al ingreso de ayuda humanitaria e insumos básicos al enclave. Cinco organizaciones de derechos humanos israelíes exigieron a Netanyahu, que permita el ingreso inmediato de combustible a la Franja de Gaza en “cantidades suficientes” para satisfacer las necesidades de la población civil y la “distribución segura” de las reservas existentes dentro del enclave.

Sin combustible, la infraestructura civil esencial no puede funcionar“, advirtieron las ONG en una carta dirigida también al ministro de Defensa, Israel Katz, y al coordinador de actividades gubernamentales en los territorios (COGAT), Ghassan Alian. La petición fue firmada por las organizaciones Gisha, Adalah, HaMoked –Centro para la Defensa del Individuo–, Médicos por los Derechos Humanos-Israel y la Asociación por los Derechos Civiles en Israel.

Entre los servicios afectados por la escasez de combustible en Gaza se encuentran el suministro y purificación de agua, el alcantarillado, los hospitales, ambulancias, equipos médicos, telecomunicaciones, distribución de ayuda humanitaria y vehículos de rescate y evacuación.

Por su parte, el Ejército israelí anunció este lunes una reorganización en la distribución de ayuda humanitaria en Gaza. Cerrará temporalmente el centro de Tel al Sultan, en el sur del enclave, y abrirá uno nuevo en las cercanías para “reducir tensiones” y “garantizar la seguridad de las tropas que operan sobre el terreno”.

Cuatro centros gestionados por la cuestionada GHF operan en coordinación con las fuerzas israelíes. Desde que comenzó este sistema, respaldado por Israel y Estados Unidos, más de 580 gazatíes han muerto y 4.000 han resultado heridos en las cercanías de estos puntos de ayuda, según fuentes médicas locales.

El diario israelí Haaretz reportó hace unos días que soldados israelíes gozan del visto bueno de sus comandantes para disparar a palestinos desarmados en estos centros, según una investigación basada en testimonios de soldados apostados en estas zonas, aunque el gobierno de Netanyahu lo niega.

Cortesía de Página 12



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