Las muertes de Brian Jones y Jim Morrison, en un día como hoy, abrieron el estúpido y trágico “Club de los 27”

Club de los 27 es un término que se utiliza para describir a la lista de músicos que curiosamente murieron a los 27 años. Hay una canción de Charly García que se llama así. Está en su último disco, La lógica del Escorpión donde, según el ex Serú Girán, un día de estos él se colará: “Voy a ver a mis amigos Brian Jones y Kurt Cobain. Brian Jones será testigo que los Stones siguen igual”.

Jim Morrison y Brian Jones, en ese orden de importancia, murieron el 3 de julio, con dos años de diferencia. El guitarrista fundador de los Rolling Stones, en 1969, y el líder de The Doors, en 1971. Día maldito para el rock: el 3 de julio se inauguró el estúpido “Club de los 27”. Brian Jones es el primer mártir moderno, alguien proveniente de un movimiento en ascenso llamado rock. Los dos fallecieron sumergidos en el agua. Tenían, claro, 27 años.

Los Seis Grandes del Club son Brian Jones (Rolling Stones), Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison (The Doors), Kurt Cobain (Nirvana) y Amy Winehouse.

Jones apareció ahogado en la piscina de su mansión en Hartfield, Inglaterra. Jim Morrison fue encontrado en la bañera de un departamento alquilado en París. Todavía sigue siendo confuso un contexto lleno de declaraciones contradictorias que quedaron raramente inconclusas, quizás para alimentar las vigencias y los mitos. “Un accidente” y “un infarto”. Según los forenses esas fueron las causas de sus muertes.

Tales conclusiones siguen nutriendo otras hipótesis que parecen tener más sustento que las pericias. Se dirá “homicidio” en el caso del Stone y “sobredosis” cuando se habla del fallecimiento parisino de Morrison.

Brian Jones. En la historia quedará que fue quien bautizó a la banda como Rolling Stones, por una canción de un disco de Muddy Waters,

El que tocaba todo en los Stones

Jones sirvió como punto de partida del cadáver exquisito. Su figura se agrandó aún más, aunque Mick Jagger y Keith Richards, pragmáticos, hayan decidido seguir adelante (lo mismo hicieron cuando, por otras razones, murió Charlie Watts).

De Jones se escribió que era uno “multinstrumentista que logró darle a la banda un perfil creativo que, lejos de desvirtuar su espíritu rhythm & blues, embelleció su música”.

Tocó el potente slide en I Wanna Be Your Man (tema de Los Beatles), fue el rockero al piano en Let’s Spend The Night Together y también el ejecutante del sitar de Paint It Black. Entre sus versatilidades se lo asocia a la marimba de Under My Thumb. Mucha creatividad, pero no firmó ninguna composición del grupo.

El imprescindible de The Doors

Jim Morrison había dejado a The Doors y se había ido a París con su novia, donde murió a los 27 años.Jim Morrison había dejado a The Doors y se había ido a París con su novia, donde murió a los 27 años.

Jim Morrison nació el 8 de diciembre de 1943, en Melbourne, estado de Florida. Si los Stones siguieron como si nada, Los Doors no pudieron continuar pese al talento del tecladista Ray Manzarek. Jim era cantautor, poeta, fachero. Estaba convencido de que el lenguaje no está asociado a la emoción y que la mayor parte de las veces vamos encontrando las palabras en el camino. Todo ese combo -y en cuero- armaba una personalidad atrapante. Ah, encima tenía un coeficiente intelectual muy por encima de la media.

“Creativo”, “carismático”. Sus líricas y sus actuaciones en vivo lo situaron en un podio de lo más influyente del rock. Voz perfecta, escándalos, detonante adictivo de groupies. Lástima que no supiera controlar su consumo de alcohol, LSD, marihuana y peyote. Decía que las sustancias le daban “equilibrio espiritual y paz interior”.

Volviendo a Jones, cuando murió ya era un ex Rolling Stones. Había sido echado y deambulaba entre intentos de armar un proyecto con Jimi Hendrix y lanzarse como solista. No pudo ser.

Brian Jones, al frente de los Rolling Stones. No llegó a firmar ninguna canción en la banda. Foto: AFPBrian Jones, al frente de los Rolling Stones. No llegó a firmar ninguna canción en la banda. Foto: AFP

Morrison había dejado los Estados Unidos. Venía de ser declarado culpable de “exhibición indecente y blasfemia” y estaba en libertad condicional luego de pagar una fianza. Había terminado de grabar el disco L.A. Woman y decidió seguir a su novia, la controversial Pamela Courson, a París, donde se dedicó a ser un poeta maldito como sus musas.

Un mes después de su abrupta salida de los Stones -problemas con las drogas, comportamiento errático-. Jones fue hallado sin vida en la pileta de su casa. Lo encontraron flotando en el agua. Las versiones preliminares hablaban de una sobredosis, pero la autopsia reveló que tenía algo de alcohol, aunque no lo suficiente para perder el conocimiento y un vasodilatador por su asma en sangre.

La noche había sido calurosa. Jones, su novia Anna Wohlin y el constructor y amigo Frank Thorogood fueron a darse un chapuzón. Así debería empezar una biopic. Mil años después, a fines de los ’90, Thorogood confesó haber matado accidentalmente a Jones durante un juego en la pileta. El constructor le hundió la cabeza en el agua por demasiado tiempo y lo ahogó. No obstante, todo quedó ahí, en un sencillo mea culpa que no trajo consecuencias.

En la mañana del sábado 3 de julio de 1971, Pamela, novia de Jim Morrison, encontró al cantante muerto en la bañera. “Insuficiencia cardíaca”, determinó un médico. La noche del 2 de julio Pamela y Morrison habían ido a Rock’n’Roll Circus, donde el cantante habría estado consumiendo heroína. Las versiones son infinitas y hasta una de estas señala que confundió cocaína con heroína.

El tecladista de The Doors, Ray Manzarek (1939-2013), definía a Pamela “como la otra mitad de Jim”. Pamela también murió a los 27 años: heroína.

El funeral de Brian Jones brilló por ausencias. Las crónicas de la época dicen que sólo Charlie Watts y el bajista Bill Wyman estuvieron por parte de los Stones, junto al entonces manager de la banda Andrew Loog Oldham.

La tumba de Jim Morrison, en el cementerio parisino de Pere Lachaise, sigue siendo lugar de peregrinación de sus fans.Foto: SygmaLa tumba de Jim Morrison, en el cementerio parisino de Pere Lachaise, sigue siendo lugar de peregrinación de sus fans.Foto: Sygma

Morrison sigue siendo una atracción del cementerio Pere Lachaise, de París, donde también están Oscar Wilde y Edith Piaf.

Cortesía de Clarín



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