El tabaco ha sido, durante décadas, el principal sospechoso detrás del cáncer de pulmón. Pero a medida que el consumo de cigarrillos ha empezado a disminuir en muchas partes del mundo, los registros sobre el impacto de esta enfermedad han seguido aumentando. Sobre todo entre personas que jamás han fumado y que, por lo tanto, no han estado directamente expuestas a este factor de riesgo. ¿Entonces a qué se deben estos casos, que ya suponen entre un 10% y un 20% de los diagnósticos? Según apunta un nuevo estudio publicado este miércoles en la revista ‘Nature’, la contaminación atmosférica, es decir, el aire que respiramos, podría estar directamente implicado en esta epidemia silenciosa.
La investigación, liderada por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), la Universidad de California en San Diego y el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos, se ha centrado en el análisis del genoma de tumores pulmonares de 871 personas no fumadoras en 28 regiones de África, Asia, Europa y Norteamérica. Su conclusión, afirman los expertos, es tan clara como inquietante ya que, por primera vez, los datos corroboran que quienes viven en ambientes más contaminados presentan más mutaciones en su ADN tumoral. Algunas de estas alteraciones genéticas son las mismas que solemos asociar al tabaco.
“Nuestra investigación demuestra que la contaminación atmosférica está estrechamente relacionada con el mismo tipo de mutaciones del ADN que solemos asociar al tabaquismo”
“Desde hace unos años hemos estado observando esta preocupante tendencia de aumento de los diagnósticos de cáncer de pulmón entre quienes nunca han fumado y, hasta ahora, no entendíamos por qué”, explica Ludmil Alexandrov, científico de la Universidad de California y autor principal de este trabajo. “Nuestra investigación demuestra que la contaminación atmosférica está estrechamente relacionada con el mismo tipo de mutaciones del ADN que solemos asociar al tabaquismo”, comenta el investigador tras la publicación de los resultados de este trabajo.
Mutaciones genéticas
Según relatan los científicos encargados de esta investigación, los tumores de personas no fumadoras expuestas a altos niveles de contaminación presentaban 3,9 veces más mutaciones relacionadas con el tabaco y un 76% más de mutaciones ligadas al envejecimiento. Los análisis también demostraron que cuanta mayor fuera la exposición de un individuo a la contaminación, mayor era el número de mutaciones que presentaba. Asimismo, se detectó que estos individuos tenían telómeros más cortos, una región situada en los extremos de los cromosomas que se acortan con la edad y que, por lo tanto, se estudia como un indicador de envejecimiento celular prematuro. Los expertos afirman que este hallazgo refuerza la hipótesis de que la polución no solo daña directamente el ADN, sino que también acelera el deterioro biológico.
“Lo que vemos es que la contaminación atmosférica se asocia a un aumento de las mutaciones somáticas, incluidas las atribuibles al tabaquismo y al envejecimiento”
“Lo que vemos es que la contaminación atmosférica se asocia a un aumento de las mutaciones somáticas, incluidas las atribuibles al tabaquismo y al envejecimiento“, señala Marcos Díaz-Gay, jefe del nuevo Grupo de Genómica Digital del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y uno de los primeros firmantes del artículo, en el que también se ha hallado una nueva firma mutacional, presente en la mayoría de los tumores pulmonares de no fumadores, cuya causa es completamente desconocida y que, al menos por ahora, no se relaciona ni con el tabaco ni con la contaminación ni con ninguna otra exposición conocida. “Esto es algo totalmente distinto y abre un área de investigación nueva”, afirma Alexandrov.
Más allá de sus hallazgos, el estudio también marca un hito metodológico. “La mayoría de los estudios anteriores sobre cáncer de pulmón no diferenciaban entre datos de fumadores y no fumadores, lo que ha limitado la identificación de factores de riesgo en estos pacientes“, destaca Maria Teresa Landi, del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos. En un futuro, los investigadores explican que, por un lado, prevén ampliar estos estudios a otras regiones, como América Latina, Oriente Medio y más zonas de África y, por otro, pondrán el foco en nuevos factores de riesgo como el consumo de marihuana y cigarrillos electrónicos, especialmente entre jóvenes que nunca han fumado tabaco.
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Cortesía de El Periodico
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