BYD, el gigante chino de autos eléctricos, detuvo sus planes de construir una planta en México. Según un reporte de Bloomberg, la decisión responde a tensiones geopolíticas y a la incertidumbre generada por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. El proyecto quedó en pausa tras evaluar posibles ubicaciones. La compañía había decidido esperar las acciones de Estados Unidos antes de tomar una decisión de inversión definitiva. Sin embargo, nada camina desde entonces.
Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD, confirmó en entrevista desde Brasil que la compañía sigue interesada en América, pero sin un calendario fijo para abrir nuevas fábricas. Allí, BYD avanza con su primera planta fuera de Asia. En contraste, México se ha convertido en una pieza difícil del rompecabezas. La presidenta Claudia Sheinbaum señaló en marzo que no hay una propuesta formal de inversión por parte de la empresa. Y según el Financial Times, el Ministerio de Comercio de China también puso en pausa el plan ante el riesgo de que Washington acceda a tecnologías sensibles.
“Las cuestiones geopolíticas tienen un gran impacto en la industria automovilística. Ahora todo el mundo está replanteándose su estrategia en otros países. Queremos esperar a que haya más claridad antes de tomas una decisión”.
Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD, para Bloomberg.
Para BYD, el momento no podría ser más delicado. Su estrategia global de expansión choca contra los muros del proteccionismo norteamericano. Aun así, no ha dado marcha atrás en sus planes de fortalecer su presencia en Latinoamérica. México sigue en su radar, aunque la posibilidad de una planta ensambladora, por ahora, se congela. La situación podría cambiar.
A esta incertidumbre se sumó el anuncio de Trump de imponer aranceles a productos de decenas de países, lo que incluye automóviles importados. General Motors advirtió que estas medidas costarían miles de millones en producción. La misma GM ya anunció la mudanza de parte de su producción desde México hacia Estados Unidos, como forma de anticiparse al nuevo escenario comercial.
Planta de BYD en China.
BYD en México: nuevos modelos, menos socios
A pesar de este frenazo, la marca no se retira del país. El 26 de junio presentó la nueva M9 en México, una minivan híbrida enchufable con autonomía total de hasta 945 kilómetros. Es un modelo con capacidad para siete pasajeros, motor turbo de 1.5 litros con 154 caballos de fuerza, y un sistema eléctrico de 268 caballos. Juntos, entregan fuerza suficiente para acelerar de cero a cien en 8.1 segundos, con consumo promedio de 17.8 kilómetros por litro. Se posiciona como un producto de lujo y eficiencia pensado para el mercado familiar.
El diseño apuesta por líneas limpias, parrilla cerrada y tecnología LED envolvente. El interior incluye pantallas de alta resolución, materiales suaves al tacto, sistema de sonido envolvente y comandos por voz. La M9 parece diseñada para abrir una nueva etapa en la historia de BYD en México, justo cuando la marca también redefine su red de distribución. Tras finalizar su alianza con Liverpool, BYD ahora explorará un modelo comercial directo.

BYD M9 en México.
Mientras la planta se queda en pausa, la estrategia de productos continúa. Parece que BYD no se detiene, solo cambia de carril. En lugar de ensamblar, el nuevo enfoque es consolidar las ventas y presencia con modelos avanzados en el país. Por ahora, la geopolítica se convierte en el principal obstáculo para el fabricante que ya domina el mercado eléctrico en China.
Cortesía de Xataka
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