Israel propone confinar a los gazatíes en una “ciudad humanitaria” en Rafah

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, anunció este lunes, en una rueda de prensa para medios locales, que ordenó al Ejército la elaboración de un plan para crear una nueva “ciudad humanitaria” en las ruinas de Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, con el objetivo de concentrar allí a toda la población palestina. El anuncio coincide con una filtración de la agencia Reuters, que señala que la propuesta habría sido originada por la controvertida Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés).

Según el ministro, la nueva zona albergaría inicialmente a unos 600 mil palestinos que residen en la zona costera de Al Mawasi, una “zona humanitaria” cercana a Rafah, adonde llegaron en los últimos meses tras ser desplazados por las fuerzas israelíes desde otras partes de la Franja. El plan de Israel contempla la creación de estas zonas humanitarias, que estarán bajo custodia del Ejército israelí “a una distancia segura”, y serán gestionadas por organizaciones internacionales. Además se agregarían cuatro nuevos puntos de distribución de ayuda humanitaria.

Se presume que la GHF, respaldada por Estados Unidos e Israel, se encargará de la distribución de alimentos en esta nueva ‘ciudad humanitaria’, utilizando nuevos puntos de reparto militares. Sin embargo, en los centros que ya administra se reportaron múltiples muertes de gazatíes debido a disparos del Ejército mientras esperaban ayuda. Según un reporte de la agencia palestina de noticias Wafa, al menos cinco personas murieron este lunes cerca de uno de los centros de distribución en Rafah. El ministerio de Salud de Gaza confirmó que más de 750 personas fallecieron cerca de estos centros, y más de 5 mil resultaron heridas.

El ministro de Defensa Israel Katz también reiteró que la intención israelí es concentrar a toda la población de Gaza, que supera los dos millones de habitantes, en estas zonas. Además animó a los palestinos a “emigrar voluntariamente” a otros países, haciendo eco de la propuesta realizada por el presidente estadounidense, Donald Trump, a principios de año. El anuncio de Katz coincide con la visita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a Washington, donde discutió con Trump una propuesta de alto el fuego, que contempla 60 días de tregua en los que se realizarían intercambios de rehenes por prisioneros palestinos.

Una “ciudad humanitaria” pero vigilada

Katz explicó que, en caso de llegar a un acuerdo de cese al fuego con Hamas, la construcción de la nueva ciudad comenzaría durante este periodo inicial de dos meses. Según el ministro, los palestinos que opten por ingresar a esta “ciudad humanitaria” deberán someterse a un control de seguridad para determinar si son “agentes de Hamas”, una condición excluyente para poder ingresar. “Una vez dentro, no podrán salir”, subrayó el ministro israelí.

El Ejército se encargaría de custodiar esta “ciudad humanitaria”, pero su gestión recaería en organizaciones internacionales, aunque Katz no detalló cuáles. Esta propuesta surge tras la filtración por parte de Reuters de un plan de 2 mil millones de dólares elevado a la administración de Trump, que describe la creación de “Zonas Humanitarias de Tránsito” en Gaza, cuya finalidad sería alojar a la población palestina para ser “desradicalizada” antes de su posible reubicación.

El documento, que describe los campos como lugares “voluntarios donde los gazatíes podrían residir temporalmente”, señala que la medida es un buen modo de “ganar la confianza de la población local” y facilitar la “visión” de Trump para el enclave. Sin embargo expertos en humanitarismo expresaron su preocupación por los detalles de este plan. “No existe tal cosa como el desplazamiento voluntario entre una población que ha estado bajo bombardeos constantes durante casi dos años y que ha sido aislada de la ayuda esencial”, afirmó Jeremy Konyndyk, presidente de la organización Refugees International.

Una distribución “inherentemente insegura”

El plan, supuestamente elevado por la GHF, menciona que la organización “supervisaría y regularía todas las actividades civiles necesarias para la construcción, desradicalización y reubicación temporal voluntaria” de la población. Estas zonas serían la siguiente fase de la operación que llevó a la GHF a encargarse de la distribución de ayuda humanitaria en el enclave, en coordinación con el Ejército israelí y empresas privadas de seguridad y logística estadounidense.

La administración Trump prefiere esta gestión frente a la ayuda de la ONU vigente hasta marzo, argumentando que las agencias internacionales no pudieron evitar que los militantes desvíen la asistencia humanitaria. Por su parte, Hamas negó las acusaciones y denunció que Israel utiliza el hambre como arma de guerra.

Desde que la GHF asumiera la distribución de ayuda en Gaza a finales de mayo, los incidentes violentos y el caos en los nuevos puntos de distribución han sido prácticamente diarios. Actualmente se instalaron solo cuatro centros de reparto, custodiados por el Ejército israelí, dos de ellos en el centro de Gaza y dos en el sur. La ONU califica la operación de GHF como “inherentemente insegura” y en violación de las reglas de imparcialidad humanitaria.

Sin embargo, la GHF desmintió su implicación en la creación de estas Zonas Humanitarias de Tránsito. “El documento que citan ciertos medios de comunicación no es un documento de GHF y no tiene nada que ver con nuestra organización ni con nuestra misión. Es perturbador que hayan dado esta información errónea a pesar de los reiterados desmentidos de la GHF sobre su supuesta implicación”, señaló el organismo en un comunicado.

Cortesía de Página 12



Dejanos un comentario: