Un pequeño cactus mexicano en peligro de extinción: lo trafican como si fuera oro y la Profepa lo acaba de detectar

Una denuncia ciudadana llevó a inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a realizar una visita extraordinaria a un domicilio en la Ciudad de México. Ahí encontraron un cargamento de 2,157 ejemplares de flora silvestre, entre ellos peyotillos, biznagas y ocotillos, todos sin autorización de importación ni documentación que demostrara su legal estancia en el país.

Según un comunicado de la Profepa, el hallazgo ocurrió el pasado 1 de julio. Entre las especies aseguradas destacan 1,873 ejemplares de Copiapoa cinerea, originarios de Chile; 72 Ariocarpus fissuratus, en peligro de extinción; 6 biznagas piedra (Aztekium hintonii), 16 biznagas piedra viva (Aztekium ritteri), una biznaga Aztekium valdezii y varios ejemplares más de Epithelantha micromeris y Fouquieria.

Ninguno de los ejemplares contaba con sistema de marcaje, como exige la normativa ambiental, y el propietario del domicilio tampoco pudo acreditar la legal procedencia ni mostrar registro alguno ante la Semarnat como prestador autorizado para comercializar vida silvestre. Por ello, las cactáceas fueron aseguradas de forma precautoria y quedaron bajo resguardo de la Profepa.

En peligro de extinción y bajo convenios internacionales

La Ariocarpus fissuratus, mejor conocida como peyotillo, está clasificada como “en peligro de extinción” en la NOM-059-SEMARNAT-2010 y en el Apéndice I de CITES, el tratado internacional que regula el comercio de especies amenazadas. Por su parte, la Aztekium hintonii está sujeta a protección especial, mientras que la Aztekium ritteri figura como especie amenazada, también regulada internacionalmente.

Todas estas plantas son tan codiciadas como frágiles y su comercio está estrictamente controlado. Según la Semarnat en otro comunicado, el tráfico ilegal de vida silvestre, que incluye tanto flora como fauna, es considerado uno de los delitos ambientales más graves y tiene un impacto irreversible en los ecosistemas del país.

Profepa también detectó insectos disecados rumbo a Corea y España

En otro operativo realizado el 17 de junio en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, inspectores de la Profepa interceptaron dos paquetes de exportación con destino a Seúl y Valencia. En su interior había 156 piezas de insectos en avanzado estado de descomposición y 32 piezas más, disecadas y montadas como si fueran objetos de colección.

Ambos paquetes carecían de documentación legal que acreditara la procedencia de los artrópodos, por lo que también fueron asegurados. Según el reporte, los envíos estaban registrados como “artesaníaspara pasar desapercibidos en aduanas.

México es un paraíso biodiverso y un blanco frecuente para traficantes

Según la Semarnat, México ocupa un lugar clave en el tráfico de especies por su riqueza natural y ubicación geográfica. Aunque la lista de animales más comercializados ilegalmente incluye pericos, guacamayas, monos e iguanas, las cactáceas también están entre las plantas más traficadas, sobre todo por coleccionistas y mercados en Asia y Europa.

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De acuerdo a la Profepa, el aseguramiento de estas cactáceas se enmarca dentro de un procedimiento administrativo. El responsable del domicilio cuenta con cinco días hábiles para presentar pruebas y desvirtuar las irregularidades encontradas. De no hacerlo, podría enfrentar sanciones administrativas e incluso penales.

Un problema ambiental, económico y de seguridad nacional

La Semarnat también advirtió que el tráfico de especies no solo amenaza la biodiversidad: también está relacionado con otras actividades ilícitas, debilita gobiernos, pone en riesgo la salud pública y frena el desarrollo de comunidades rurales.

Cortesía de Xataka



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