Inversionistas tomaron distancia para entender los cambios, pero regresarán: BlackRock

Los inversionistas están tomándose un tiempo para identificar el impacto que tendrán los cambios en la política económica que están presentándose en México. Esto parece explicar una parte del estancamiento que se observa en las inversiones y que se ha reflejado en el nulo crecimiento de la economía desde hace varios meses, explicó Axel Christensen, director de estrategia de inversiones para América Latina en BlackRock.

“Una vez que conozcamos hacia donde van esos cambios, seguramente identificaremos las oportunidades de inversión. En el momento que entendamos cómo será el nuevo sistema, podremos retomar las oportunidades de inversión que prevalecen”, señaló.

Entrevistado por El Economista, tras la divulgación del “Panorama de Medio año” que hizo BlackRock Investment Institute, acotó que “los cambios estructurales y de sistemas” como la reforma al Poder Judicial “no son procesos ajenos” entre las economías emergentes.

“Los mercados suelen anticiparse a ese tipo de cambios, sobre todo si fueron previamente anunciados o esperados. Y quizá eso lo recogen muy bien las cifras de actividad económica de los últimos años. El crecimiento ha estado bastante bajo, entre otras razones por una inversión disminuida que refleja factores como el cambio que se ha presentado”, comentó desde Nueva York.

Cifras del Banco de México muestran que la Inversión Extranjera Directa (IED) que llegó a México en flujos trimestrales, alcanzó su pico en el primer cuarto del año 2022, cuando representó 1.6% del PIB, un año después resultó equivalente a 1.4% del Producto.

Y para el tercer trimestre del año pasado, justo después del triunfo del partido Morena en la elección presidencial y del Congreso, el flujo de IED cayó significativamente hasta representar 0.2% del PIB.

El primer paso para mejorar
es dejar de empeorar

En el último trimestre del año pasado, se confirmó que el Congreso mexicano avanzaría en la iniciativa para reformar al Poder Judicial, de la que emanó la elección popular de jueces y magistrados. Un cambio que según el entrevistado, “ha sido una decisión de México, del gobierno”.

Para ese momento, la IED que fluyó siguió bajando hasta representar 0.1% del PIB.

El estratega de BlackRock explicó que “una vez que los inversionistas nos ajustemos a cómo es el nuevo marco, seguro veremos un repunte de la inversión. Así sucedió en Chile, cuando anunciaron su intención de modificar la Constitución, lo que al final no sucedió”.

En aquel momento, entre el 2022 y el 2023, “se presentó un freno en las inversiones hacia el citado país y después se retomó el crecimiento económico”.

La información del Banco de México muestra que para el primer trimestre de este año, el flujo de la IED registró un repunte hasta representar 1.2% del PIB.

“El primer paso para mejorar es dejar de empeorar. Probablemente la economía mexicana ya tocó fondo y podríamos ver un crecimiento más marcado para lo que resta del año, lo que puede suceder si se alinea bien la negociación del acuerdo comercial y el panorama de las tarifas de Estados Unidos”, señaló.

México sigue atractivo
por el T-MEC vigente

El experto de BlackRock, descartó hablar sobre el nearshoring. “Podemos decir que no hay un país mejor posicionado que México para atraer inversiones, por su posición geográfica y por la integración comercial que ya existe con los procesos de Estados Unidos y Canadá”, aseveró.

Hemos pasado en muy poco tiempo de un mundo hiperglobalizado a uno fragmentado, un entorno que trae desafíos y oportunidades para la región y para México, comentó.

“Los inversionistas estarán identificando oportunidades y calibrando riesgos. Y es aquí donde destacan los mercados de América Latina, particularmente México”.

Señaló entonces que América Latina destaca con los procesos de mayor integración con Estados Unidos y el rediseño de las cadenas productivas, la cercanía que existe en América del Norte, será una importante ventaja.

Transformaciones industriales
e inversión privada

Christensen enfatizó que las transformaciones industriales ayudan a acelerar los procesos de atraer inversiones. Y para que se materialice al máximo el potencial la economía mexicana, se requiere capital privado.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha calculado que América Latina y el Caribe requieren una inversión de más de 2.2 billones de dólares en infraestructura para el año 2030, equivalente al 3.1% del PIB anual de toda la región.

“Son requerimientos que no se lograrán sin el capital privado, pues los gobiernos están muy limitados con los programas sociales y no tienen la flexibilidad para distraer recursos en inversiones de largo plazo. Esto sucede en México como en el resto de Latinoamérica”, indicó.

En consecuencia observó que sería pertinente que los países abran el espacio para una mayor participación de la inversión privada y es ahí donde puede contribuir una gestora como BlackRock.

“Los clientes nos confían sus recursos para participar en estas oportunidades como elemento central para conectar las oportunidades con los cambios estructurales que se están presentando”.

Cortesía de El Economista



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