Fuente de la imagen, Tim Coburn
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- Autor, Carla Rosch
- Título del autor, Equipo de Periodismo Visual de BBC Mundo
La periodista Olga Khazan se dedicaba a escribir sobre temas de bienestar, salud mental y ciencia, pero en su interior no se sentía bien. Después de investigar cómo nuestra personalidad afecta nuestras vidas para su trabajo en la revista digital The Atlantic, su curiosidad la llevó a diseñar un experimento para ver si podía cambiar y ser más feliz.
“Poseía una capacidad única para encontrar sufrimiento hasta en las mejores circunstancias”, dice Khazan.
La escritora de 38 años, que también ha colaborado con medios como The New York Times, Los Angeles Times y The Washington Post y otras publicaciones cuenta cómo sus sentimientos de ansiedad y enojo le descarrilaban el día fácilmente. Situaciones cotidianas como estar parada en el tráfico, un mal corte de pelo, o un comentario de su jefe la abrumaban por completo.
“Sabía que era menos víctima de las circunstancias que víctima de mí misma,” dice Khazan. Era su mente la que actuaba como su mayor enemiga, generándole reacciones y sentimientos negativos. Esta situación llegaba al punto de que su manera de ser le hacía cuestionarse si sería capaz de criar hijos.
A pesar de saber que la personalidad está en parte determinada por nuestra genética, Khazan argumenta que eso no significa que no se pueda modificar de alguna manera. Por eso decidió poner a prueba algunas de las cosas que había leído y diseñó su propio experimento para ver qué resultados le traerían.
Durante un año, se comprometió a probar diferentes actividades inspiradas en estudios científicos y habló con psicólogos para su proyecto.
En su último libro, “Yo, pero mejor: cambia tu personalidad y conviértete en quien te gustaría ser”, Khazan comparte cómo fue su experiencia personal, reflexiona sobre qué tan flexible es la personalidad y explica qué dicen los expertos.
Basándose en un modelo ampliamente aceptado de que personalidad incluye cinco grandes rasgos, Khazan tomó de manera regular pruebas de personalidad elaboradas por un psicólogo especializado en cambio de personalidad para ir midiendo el progreso contra cada uno de esos rasgos.
BBC Mundo habló con ella sobre su libro y sobre qué aprendió tras un año intentando cambiar su personalidad.

Tu libro trata sobre la personalidad. ¿Qué se entiende por personalidad? ¿Es algo que se pueda cambiar?
La personalidad son los pensamientos, sentimientos y comportamientos que nos vienen por reflejo, y los expertos que estudian el cambio de personalidad añadirían algo más: también nos ayuda a conseguir lo que queremos en la vida. Los rasgos de personalidad nos ayudan a cumplir nuestros objetivos.
Si tenemos la meta de tener más amigos o tener mejores amistades, la amabilidad puede ayudarnos. Si queremos conseguir un ascenso en el trabajo o hacer más cosas durante el día, la escrupulosidad nos ayuda a lograrlo.
Aunque usualmente la personalidad se mantiene estable en el transcurso de nuestras vidas adultas, también cambia con el tiempo en función de las situaciones en las que estamos y las experiencias que tenemos. Y entonces, de lo que trata mi libro es de cómo podemos intentar cambiar intencionalmente ciertos rasgos de nuestra personalidad en un corto período de tiempo.
¿Cambió tu idea de cómo entiendes la personalidad a partir del libro?
Sí. Antes de empezar a investigar sobre la personalidad, pensaba que se trataba más de los gustos y disgustos de alguien, como por ejemplo el que dice ‘no me gustan las fiestas, pero me gusta tejer’… Pero luego lo que me pareció interesante fue ver que la personalidad es mucho más que eso, ya que afecta a gran parte de nuestros comportamientos y el tipo de cosas que hacemos.
Y también vi que es más flexible de lo que pensaba, lo que tiene sentido si piensas en cómo actuabas en otras etapas de tu vida, por ejemplo en la escuela, la universidad o en tu primer trabajo, comparado con ahora, y ves como vas cambiando con el tiempo.
Es genial saber que podemos cambiarnos a nosotros mismos.

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El modelo de los cinco grandes rasgos de la personalidad presenta las principales dimensiones de las diferencias individuales en la personalidad:
- Apertura: se relaciona al nivel de apertura a nuevas experiencias estéticas, culturales o intelectuales.
- Escrupulosidad o consciencia: se relaciona al nivel de organización y responsabilidad y a la tendencia de ser laborioso.
- Extraversión: este rasgo se caracteriza por la orientación de los intereses y energía hacia el mundo exterior y otras personas.
- Amabilidad: se refiere a la tendencia a actuar de manera cooperativa y de manera no egoísta.
- Neuroticismo: se trata de una tendencia de tener una baja estabilidad emocional y de experimentar fácilmente emociones como ira, ansiedad y/o depresión que aumentan el sufrimiento psicológico.
Fuente: Asociación Estadounidense de Psicología
¿Por qué escribiste este libro?
Me di cuenta de que había cosas en mi vida que me hacían infeliz. Me sentía realmente abrumada por cosas pequeñas que pasaban, pequeños inconvenientes que mucha gente se toma con calma pero que a mí realmente me arruinaban el día o la semana.
Eso me hizo repensar mi vida, como si debería tener hijos, cosas así. Y también me di cuenta de que me sentía muy sola, que era muy introvertida y pasaba mucho tiempo a solas. Me sentía como si no tuviera ningún apoyo social o conexiones sociales.
Ambas cosas están arraigadas en la personalidad. Muchas de las cosas que nos afectan y que sentimos que no son ideales en nuestras vidas están relacionadas con rasgos de personalidad.
¿Qué era lo que más te molestaba de tu personalidad y que querías cambiar?
Quería ser menos ansiosa y estar menos estresada todo el tiempo, lo que implica ser menos neurótica.
El neuroticismo es uno de los cinco rasgos de la personalidad, y mide la tendencia hacia pensamientos ansiosos y depresivos. Hay evidencia de que una vez que se llega a niveles muy altos o bajos en las escalas de algunos de estos rasgos de personalidad es donde comienza lo que se podría considerar como un trastorno. Mucho de lo que consideramos enfermedades mentales están ligadas a extremos en los rasgos de personalidad.
Por ejemplo, los extremos más altos de neuroticismo, que es donde yo estaba, se relaciona con trastornos de ansiedad o depresión.*
[*El estudio que menciona Khazan es uno publicado en 2006 por autores afiliados al Departamento de Salud Mental e Investigación sobre el Alcohol del Instituto Nacional de Salud Pública de Helsinki, Finlandia.]
También quería tener más amigos, lo que sería un aumento del rasgo de extroversión. Además, quería tener mejores relaciones con las personas de mi vida, lo que supondría un incremento del rasgo de amabilidad.

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Hablas de tu proceso como un “experimento” y te apoyaste mucho en estudios académicos e investigaciones científicas. ¿Qué tan replicable es este experimento para otras personas?
Hay diferentes investigadores que han replicado esto de maneras diferentes. Lo que yo hice se basó en varios estudios, en especial uno de Nathan Hudson, un investigador que está haciendo muchos estudios de cambio de personalidad en Dallas, EE.UU., y también otro estudio similar en Suiza de Mirjam Stieger.
[*Nathan Hudson tiene un doctorado en psicología y se especializa en cómo se puede cambiar intencionalmente la personalidad. Actualmente es académico en la Southern Methodist University en Texas, EE.UU. y diseñó el test de personalidad utilizado por Khazan. Mirjam Stieger tiene un doctorado en psicología y estudia cambios de comportamiento y personalidad en la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de Lucerna, Suiza.]
Si alguien más trata de hacer algo similar, yo diría que va a depender de la cantidad de tiempo que le dedique. Yo le dediqué muchísimo tiempo a esto. Así que a otra persona, le diría que identifique y priorice los rasgos en los que quiere trabajar y luego elija comportamientos que se relacionen con esos rasgos. La mayoría de las investigaciones sugieren que se puede empezar a ver el cambio en el transcurso de unos pocos meses.
Lo importante es que tienes que mantener los comportamientos y ser constante con esos nuevos hábitos para lograr cambios duraderos. Creo que otras personas podrían replicar versiones de esto.
¿Cómo diseñaste tu propio plan para cambiar de personalidad?
Algunas de las estrategias básicas que usé fueron directamente del estudio de Hudson (como por ejemplo saludar a desconocidos) y luego agregué otros desafíos adicionales que quería intentar. Pero hay una variedad de cosas que puedes hacer para cualquiera de los rasgos que no tienen que ser exactamente lo que yo hice, o lo que cualquier otra persona hizo.
En paralelo, realicé frecuentes autoevaluaciones de personalidad en una página desarrollada por Hudson para ver cómo cambiaba mi personalidad.

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¿Cuáles crees que son las principales razones por las que la gente quiere cambiar su personalidad?
Hay muchas razones por las que alguien podría querer cambiar su personalidad. Por ejemplo si te sientes deprimido o ansioso, esa podría ser una razón para querer cambiar tu personalidad, para reducir el nivel de depresión y ansiedad que sientes.
Algunas de las personas con las que hablé sentían que no lograban hacer muchas cosas, o que sus casas estaban realmente desordenadas y nunca podían encontrar nada. Otras querían emprender un negocio, pero no lograban organizarse. Otras personas consiguieron un nuevo trabajo que implicaba hablar mucho en público, lo que requeriría un aumento en la extraversión para poder desempeñarse bien en ese rol.
Probaste muchas actividades diferentes como surfear, fiestas, viajes, terapia para el control de la ira, entre otras. ¿Cómo te fue y cuáles dirías que te funcionaron mejor?
En cuanto a la extroversión, diría que lo que mejor funcionó fue ir a clases de improvisación de comedia e intentar entablar amistad con gente con la que ya tuviera algo en común por medio de actividades de mi interés.
Lo que no me funcionó tan bien fue ir a eventos con un montón de extraños o hacer largas caminatas con desconocidos. Me resultaba muy difícil congeniar con gente que no conocía y con la que no tenía nada en común.
Después de concluir el experimento, ¿cuál dirías que fue el mayor cambio? ¿Hubo algo que querías cambiar pero no pudiste?
El mayor cambio lo vi por la extroversión, me volví mucho más extrovertida. Y también me volví mucho menos neurótica. Me hubiera gustado haber podido aumentar aún más mi amabilidad, pero la verdad es algo muy difícil de cambiar porque requiere cambiar la forma en la que piensas y te relacionas con otras personas.

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En tu libro explicas que la personalidad cambia naturalmente también a través del tiempo. Pero cuando se hace a propósito, como en tu caso, ¿crees que podemos llegar a cambiar nuestra personalidad a largo plazo y qué dicen los expertos sobre los resultados duraderos?
Sabemos que los cambios en estos estudios donde la gente está tratando de cambiar su personalidad duran al menos unos meses después de la intervención. Pero la razón por la que no sabemos si dura más tiempo es que no hay estudios de seguimiento para ver si dura varios años.
Yo imagino que sí, si les das seguimiento a esos nuevos cambios. He hablado con gente que sí ha cambiado su personalidad a largo plazo, pero es una de esas cosas de las que no tenemos datos. Así que no me siento cómoda diciéndolo, pero yo creo que si alguien sigue haciendo los hábitos que cambian ese rasgo de personalidad, entonces sí verían cambios en el largo plazo.
En tu libro comentas algunos de los miedos que tenías sobre tener hijos, especialmente por cómo tu personalidad podría no hacerte una buena madre. ¿Cómo te ayudó este experimento a tomar la decisión de formar una familia?
Creo que me ayudó a reducir mi neuroticismo. Yo tenía muchos nervios de ser madre, no estaba segura de si era lo correcto, pero empecé a sentirme mejor conmigo misma y a tener más autoconfianza.
La clase de meditación que tomé me ayudó a ver la incertidumbre de una manera diferente y creo que eso me ayudó a impulsarme, porque mi problema era la ansiedad sobre el futuro. No sabía si sería capaz de hacerlo. Creo que tenía que mentalmente llegar al punto en que llegué para estar en paz con el hecho de no saber cómo todo iba a resultar.

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¿Cómo crees que le afectó a tu personalidad el hecho de ser inmigrante?
Creo que definitivamente me afectó, especialmente a mi nivel de extraversión. No tengo forma de saberlo con certeza, pero tal vez si hubiera crecido en la URSS (ahora Rusia) donde nací, habría sido más extrovertida, porque no creo que sea una introvertida naturalmente.
Creo que me volví así porque sufrí mucho acoso de niña en EE.UU. donde crecí, y aprendí que si no hablaba con nadie, nadie podía molestarme. Creo que fue una respuesta aprendida al acoso en la escuela, y tal vez si no hubiera sido inmigrante, o al menos no hubiera crecido donde crecí, no me habrían acosado tan agresivamente y mi extroversión natural habría salido antes.
En tu libro mencionas que para poder cambiar hay que querer hacerlo, pero muchas veces sentiste resistencia. ¿Cómo lo superaste?
Eso es común en muchas personas que dicen que quieren cambiar, pero luego no lo hacen. En mi caso, me pasó especialmente cuando intentaba reducir mi ansiedad. Ser menos ansiosa requería que me relajara y que no tratara de controlarlo todo. Sentía que algo de ansiedad era útil y me ayudaba en el trabajo, entonces no estaba segura si quería perder esa parte.
Lo superé por medio de la clase de meditación que tomé, que no me presionaba para tratar de ser menos ansiosa, sino que era sólo meditar sin expectativas. Algo estaba trabajando en el fondo para disminuir mi neuroticismo sin que yo activamente tratara de hacerlo, porque creo que no estaba luchando intelectualmente contra eso todo el tiempo.

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Algunas personas se obsesionan con el contenido de autoayuda, que puede convertirse en una búsqueda sin fin de mejora. ¿Cómo se logra un equilibrio entre la autoaceptación y tratar de “arreglarse” a uno mismo, sin ir a un extremo que no es saludable?
Una cosa que me ha ayudado mucho es el concepto budista de que la vida tiene estaciones. Quizás hay temporadas en las que no trabajas mucho en ti mismo porque tienes otras obligaciones y he aceptado que hay algunas cosas que ya no hago porque no tengo tiempo.
En mi caso, tuve un bebé, pero quizás otra persona está muy ocupada con el trabajo o una nueva mudanza o lo que sea. Y entonces realmente no priorizas tratar de ser extrovertido o hacer actividades nuevas en ese momento y creo que eso está bien.
Está bien aceptar que no te vas a enfocar en este problema que tienes, sino que te vas a centrar en otra necesidad más urgente. Y tal vez cuando las cosas se calmen, puedes volver a tratar de hacer más amigos o lo que sea que quieras hacer. Eso ha sido un ritmo más manejable para mí, sin pensar que estoy atrasada para arreglarlo todo en este momento.
¿Y cómo te sientes hoy, después de terminar el experimento y publicar el libro?
Me he sentido bien, pero sí tengo que decir que estar de posparto realmente lo cambia todo. Tomé la prueba de personalidad otra vez cuando estaba de posparto y todas mis puntuaciones se desarreglaron; nada de extraversión y neuroticismo alto. Ya sabes, porque tus hormonas están locas, no estás socializando y es un momento de locos.
Por eso insisto en no ser demasiado duro contigo mismo si estás en un período de tu vida donde no puedes trabajar en algún rasgo de personalidad específico. El libro sólo te muestra una ruta para conseguir esas cosas, cuando sea el momento adecuado.
A menudo creo que podemos quedarnos atascados pensando que nuestra vida tiene que ser de cierta manera solo porque somos un cierto tipo de persona. Y lo que encontré realmente liberador acerca de todo esto es que no es cierto. Tienes la habilidad de cambiar tu vida en cualquier momento con simples hábitos y comportamientos diferentes.
Este artículo no debe considerarse un sustituto del consejo de un profesional de la salud. La BBC no es responsable de ningún diagnóstico realizado por un usuario basándose en el contenido de este artículo. Si tienes alguna preocupación sobre tu salud mental, consulta a un experto.

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Cortesía de BBC Noticias
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