La inflación en México fue ligeramente superior a lo esperado en junio de 2025, con una tasa anual de 4.32%, por encima del 4.31% previsto por analistas consultados por Reuters.
Aunque el ritmo de crecimiento general de los precios muestra una desaceleración respecto al año pasado, el componente subyacente, que elimina los precios más volátiles, siguió acelerándose y se ubicó en 4.24%, su mayor nivel desde abril de 2024.
En junio de 2025, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un incremento mensual de 0.28%, con lo que la inflación anual se ubicó en 4.32%, de acuerdo con datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Aunque la inflación general muestra una trayectoria descendente respecto al mismo mes del año pasado, cuando se ubicaba en 4.98%, la inflación subyacente (que excluye productos de alta volatilidad como energéticos y agropecuarios) mostró una aceleración.
Dicho componente subyacente subió 0.39% a tasa mensual, con lo que su variación anual alcanzó 4.24%, superó la estimación previa de 4.22% y marcó su mayor nivel en 14 meses.
Los precios de las mercancías dentro del índice subyacente aumentaron 0.41% mensual, mientras que los de servicios lo hicieron en 0.38%.
Por su parte, el componente no subyacente bajó 0.10% en el mes, debido a caídas en los precios de frutas y verduras (-1.39%) y energéticos (-0.30%). A tasa anual, este índice se ubicó en 4.33%, por debajo del 7.67% observado en junio de 2024.
Entre los productos con mayor incidencia en la inflación mensual destacan la vivienda propia, las loncherías y taquerías, la carne de res y el transporte aéreo. En contraste, disminuyeron los precios de la papaya, el chile serrano y la calabacita.
A pesar de que el índice general muestra señales de moderación, la aceleración de la inflación subyacente mantiene la presión sobre el Banco de México, cuyo objetivo inflacionario es de 3%, con un rango de tolerancia de +/- un punto porcentual.
Cortesía de Expansión
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