
Las vacaciones de verano iniciaron, y no sólo los estudiantes necesitan un momento de relajación, también los colaboradores y jefes. Tomar vacaciones reduce el estrés, fortalece el sistema inmunológico y revitaliza emocionalmente; sin embargo, cuando se tiene un cargo de liderazgo no siempre es fácil desconectarse.
Muchas veces los líderes sienten que su ausencia puede derivar en errores, retrasos o decisiones inadecuadas, pues suelen tener la necesidad de supervisar cada acción y creer que sin su visto bueno el negocio se detendrá.
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En realidad, si se aprende a delegar y se elimina esa mentalidad de la necesidad de supervisar cada paso, será más fácil que el líder, o que cualquier miembro de la organización, tome vacaciones; debido a que los procesos estarán definidos y se contarán con alternativas para solucionar los problemas, y no se dependerá de una sola persona.
Sin embargo, en muchas organizaciones no existe un plan de continuidad operativa ante la ausencia del líder, lo cual lleva a que los directivos prefieran no tomar vacaciones, pues temen que el equipo no esté listo para asumir decisiones clave.
Otro problema frecuente es la carencia de políticas claras que promuevan el descanso, sumado a la cultura de presentismo, pues suele ser mal visto que los lideres se tomen el tiempo libre, lo cual genera un ambiente en el que los colaboradores no quieren tomar vacaciones.
Consecuencias de no tomar vacaciones
Las largas jornadas, sumadas a la falta de descansos, puede generar consecuencias, como estrés, alteraciones fisiológicas y desencadenar diversas enfermedades, ya sean respiratorias, gastrointestinales hasta problemas de salud mental y terminar con burnout, destaca la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De hecho, el 82% de los mexicanos señala que el burnout tiene un impacto en su vida diaria y les puede ocasionar complicaciones para dormir y poca concentración, lo cual se ve reflejado en malas relaciones interpersonales, de acuerdo con el Reporte de Salud Mental de Grupo AXA e Ipsos.
En México, durante verano sólo el 40% de los profesionistas toma una semana o más de descanso, 21% no lo hace y 22% depende del flujo laboral, de acuerdo con una encuesta de OCC Mundial. Esto coincide con una caída de hasta 20% en compromiso y motivación durante esa temporada, según la American Psychological Association.
Prepárate (y prepara al negocio) para tomar vacaciones
Tomar vacaciones puede generar estrés previo, por eso es importantes crear un proceso para delegar tarea, establecer asuntos a realizar durante la ausencia y capacitar a los colaboradores, pero sin abrumar a quienes te cubrirán.
Por ello, Harvard Business Review comparte una guía para delegar tareas antes de tomar vacaciones.
» 1. Planifica con anticipación: Lo ideal es establecer las vacaciones con anticipación, sobre todo si son largas, y analizar si no se empalman con una fecha importante del trabajo o algún evento en el que sea importante tu presencia.
» 2. Resuelve pendientes: Antes de tomar vacaciones resuelve los asuntos pendientes que requieren de tu trabajo o supervisión y haz una lista de las cosas a realizar en tu ausencia, puedes redactarlo de mayor a menor importancia o establecer fechas de entrega.
» 3. Coordínate con tu equipo: Si hay una persona que se encargará de tus labores, coordínate con ella, pero si el trabajo diario se repartirá entre el equipo, es importante que te reúnas con ellos y definan qué acciones realizará cada uno. Puedes crear un documento con las acciones a realizar.
» 4. Comunica tu ausencia: Un día antes de tus vacaciones informa a clientes de tus vacaciones. Lo ideal es redactar un mensaje de correo automático que avise tu ausencia y comparta información de a quién contactar.
Por ejemplo: “Estaré de vacaciones de verano entre el 14 y 25 de julio. Cualquier asunto pueden contactar a mi compañero (nombre). Regresaré a la oficina el 28 de julio y le responderé lo antes posible.
Las vacaciones son un respiro, permiten mantener la mente en calma y tomar mejores decisiones. Un descanso adecuado también ayuda a aumentar el rendimiento, prevenir el burnout y problemas de salud.
Cortesía de El Economista
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