Este fósil de reptil dejó a los científicos perplejos: no tenía escamas ni plumas, pero sí una extraña estructura jamás vista

La revista de ciencias Nature publicó el descubrimiento de un nuevo fósil con características completamente inesperadas. Vivió hace más de 247 millones de años, y algunos cree que su inusual apéndice podría ser un eslabón en la evolución a las plumas como las conocemos. Recibió el nombre de Mirasaura grauvogeli, que significa “reptil milagroso de Grauvogel” en honor a su descubridor, y fue hallado en el noreste de Francia.

Paleontólogos han declarado estar sumamente asombrados por el ejemplar, que combina características de varios animales modernos: cráneos en forma de pico como los de aves, pulgares oponibles y colas prensiles que recuerdan a los monos, ojos que apuntaban al frente e incluso una garra en la punta de sus colas. Su principal característica es una cresta unificada que recuerda a las plumas, pero con la forma de una única aleta dorsal en el lomo del animal.

Fue en 1939 que los fósiles fueron descubiertos por Louis Grauvogel, un coleccionista privado de fósiles. Louis exploraba el noreste de Francia cuando se topó una gran cantidad de figuras. En ese momento creyó que se trataba de aletas de peces fosilizadas, o tal vez las alas de algún insecto. También identificó el esqueleto de un reptil joven.

Fue hasta 2019, ochenta años después del hallazgo, que el Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart, en Alemania, recibió la colección de Grauvogel. Al momento de catalogar las muestras, uno de los investigadores del museo descubrió que pertenecían todas al mismo tipo de animal, y que lo que se creía eran aletas de algún pez, debía de ser parte del reptil.

Se estima que el Mirasaura grauvogeli podría haber alcanzado un tamaño de hasta 30 centímetros en su adultez, y los más de 80 ejemplares fosilizados ayudaron a identificar que el tamaño de la característica cresta debía oscilar entre los 5 y 15 centímetros. Lo más sorprendente del hallazgo no es solo la apariencia de la cresta, sino que data del periodo triásico, una época en la que las plumas de los dinosaurios aún no comenzaban a aparecer.

De esta manera, se descarta que la cresta de Mirasaura fuera un predecesor del plumaje, en su lugar se propone que se trataba de un camino evolutivo diferente que los genes de plumas tomaron.

“El hallazgo abre la posibilidad de que otros grupos de reptiles también pudieran desarrollar estas estructuras en el pasado, lo que podría significar que vivían y se comportaban de maneras mucho más diversas de lo que percibíamos anteriormente”

-Stephan Spiekman, paleontólogo del Museo de Historia Natural de Stuttgart

Los especialistas están seguros de que la cresta debía estar formada de queratina, el mismo material que las uñas y las plumas modernas, pues no se encontraron estructuras óseas ni vasos sanguíneos, aunque harán falta más estudios para confirmarlo. Con esto descartan que su función fuera regulatoria de temperatura o como herramienta para planear entre los árboles.

También se ha descubierto que las estructuras, a diferencia del resto del cuerpo, contenían altas concentraciones de melanomas, que causan pigmentación en la piel. Lo más probable es que fuera usada como un accesorio para intimidar o atraer pareja, un comportamiento poco común entre reptiles pues depende de una gran capacidad visual.

Un Reptil Del Triasico Aporta Nuevas Claves Sobre La Evolucion De Las Plumas

“Aquí tenemos un animal que es evolutivamente anterior a todos los grupos de reptiles vivos que tenía ojos grandes, un cerebro grande y llevaba un recubrimiento muy complejo. Los reptiles eran claramente mucho más diversos en el pasado de lo que son hoy, y tengo mucha curiosidad por saber qué descubrimientos futuros aparecerán”

-Stephan Spiekman, paleontólogo del Museo de Historia Natural de Stuttgart

Con la publicación de este hallazgo, los debates han comenzado. Por una parte hay quienes insisten en que la estructura del Mirasaura sí tiene una fuerte y directa relación con las plumas modernas, mientras que otros insisten en que la función debía de ser más práctica que estética. Las investigaciones revelan una mayor diversidad entre los reptiles del Triásico de lo que se creía.

Cortesía de Xataka



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