El talón de Aquiles de los F-35 y misiles de EE.UU.: un imán imprescindible fabricado en China

En lo que a tierras raras se refiere, China tiene la sartén por el mango, pues controla más del 90% de la producción de tierras raras a nivel mundial. Aunque otros países también producen algunos de estos 17 elementos, lo cierto es que los mayores depósitos localizados se encuentran en territorio chino. Por si fuera poco, procesar tierras raras es un proceso altamente costoso y contaminante; sin embargo, el gigante asiático ha logrado dominar, a lo largo de los años, tanto su extracción como su refinación y la manufactura asociada.

Por eso no es de extrañar que el bloqueo de Beijing a la exportación de tierras raras clave represente una amenaza para varias industrias a nivel mundial, especialmente a la industria de defensa de Estados Unidos. Y es que imanes hechos a base de minerales como neodimio, disprosio o itrio son esenciales para la fabricación de cazas de combate como los F-35, misiles balísticos guiados o drones eléctricos, ya que cumplen un papel fundamental en el funcionamiento de motores, mecanismos de guiado y sistemas de emergencia.

El talón de Aquiles

De acuerdo con The New York Times, la decisión de China de imponer restricciones a la exportación de minerales críticos es una advertencia directa para Washington, cuyas capacidades militares dependen en gran medida de estos minerales. Aunque la medida de China solo es un bloqueo parcial, un funcionario de la Fuerza Aérea estadounidense dijo al diario que podría fácilmente escalar a cuotas, aranceles e incluso la prohibición total. Aquello podría repercutir inmediatamente en los costes y la disponibilidad de tecnologías bélicas estadounidenses.

Lo cierto es que Estados Unidos ya tenía conocimiento de esta dependencia. En 2022, el Departamento de Defensa tuvo que suspender temporalmente las entregas del F-35 tras descubrir que uno de sus componentes contenía una aleación fabricada en China, lo que iba en contra de sus propias normativas. Aunque el material no representaba una amenaza directa, el incidente encendió las alarmas sobre la vulnerabilidad estructural de la industria militar estadounidense.

Ahora, con la obligación de que los exportadores chinos soliciten permisos especiales antes de enviar tierras raras a Estados Unidos, los expertos anticipan una subida de precios que afectará a toda la industria. Sí, la mina Mountain Pass en California ha retomado operaciones para tratar de revertir la dependencia, pero su producción dista mucho de competir con la de China. El Pentágono también explora alternativas como el fondo del Pacífico.

Precedentes históricos

A lo largo de la historia, Estados Unidos ha tenido que adaptarse a crisis de suministros en tiempos de guerra. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania hundía cargueros aliados que transportaban bauxita (esencial en la fabricación de aviones) desde Surinam. Esto obligó a Washington a explotar sus reservas domésticas en Arkansas.

Según The New York Times, voces del sector, como la del American Enterprise Institute, advierten que las reservas actuales apenas alcanzarían para sostener su producción armamentística por unos pocos meses. De mantenerse la restricción china, los precios se dispararían y la cadena militar-industrial podría tambalearse. A pesar de los esfuerzos de los gobiernos de Trump y Biden, la industria sigue siendo vulnerable.

Más que una cuestión comercial, esta es una batalla por la supremacía tecnológica y geoestratégica. Beijing no ha cerrado por completo la puerta a Estados Unidos, pero ha demostrado que puede hacerlo. Y en el contexto de una creciente rivalidad entre potencias, tener el control sobre estos minerales equivale, literalmente, a tener el control del campo de batalla.

Cortesía de Xataka



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