Un estudio publicado en el International Journal of Obesity que analizó 15 investigaciones recientes sobre el ayuno intermitente, confirmó que este régimen alimenticio es muy efectivo para reducir la grasa corporal. Sin embargo, los investigadores también descubrieron que para lograr los mejores resultados debe ir acompañado de ejercicio físico.
En concreto, el estudio se basó en una dieta con una ventana de alimentación limitada a ocho horas, es decir ayunar durante 16 horas al día. Los investigadores observaron que de esta forma era posible una pérdida de grasa que estadísticamente era “pequeña, pero significativa“. Según los autores, quienes combinaron el ayuno con ejercicio regular no sacrificaron masa muscular.
Ejercicio y restricción de horarios, la clave
Nadeeja Wijayatunga, coautora del estudio, explicó en una nota de prensa que los resultados mostraron una diferencia clara entre quienes solo hacían ejercicio y quienes también limitaban su horario de comida: “Observamos una mayor reducción de grasa y un menor porcentaje de masa corporal en el tiempo”.
Una de las fortalezas del estudio es que no se centró en un solo experimento, sino que realizó un meta análisis: un tipo de investigación que combina y analiza datos de múltiples estudios anteriores para detectar patrones consistentes. En este caso, el equipo revisó 15 trabajos científicos sobre el efecto combinado del ayuno intermitente y el ejercicio físico, con participantes adultos y sanos.
Los resultados fueron consistentes: quienes seguían el patrón de ayuno más ejercicio mostraban una reducción significativa en la grasa corporal sin sacrificar músculo. Y lo más interesante es que factores como la edad, el tipo de ejercicio o el índice de masa corporal inicial no parecieron alterar este efecto, lo que sugiere que la combinación puede ser útil para un público amplio.
¿Una alternativa más sencilla que contar calorías?
Una de las razones por las que el ayuno intermitente ha ganado tantos seguidores es su simplicidad. Mientras que otras dietas requieren contar calorías o leer etiquetas nutricionales con lupa, aquí basta con mirar el reloj. Comer durante un lapso de tiempo determinado y ayunar el resto del día. Eso no significa que sea una solución mágica. El estudio señala que los beneficios aparecen solo cuando se complementa con ejercicio físico.
Además, seguir un ayuno de forma saludable también implica aprovechar bien las horas en las que sí se come: con alimentos variados, nutritivos y adecuados a nuestras necesidades. Existen varios tipos de ayuno intermitente, desde patrones diarios hasta esquemas más extremos. Cada uno puede funcionar de forma distinta, y los resultados dependen también de factores como la calidad del sueño o los niveles de estrés.
Cortesía de Xataka
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