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Un año ha pasado tras la controvertida elección presidencial en Venezuela en la que el Consejo Nacional Electoral proclamó, sin presentar evidencia alguna, a Nicolás Maduro como ganador de la contienda.
La oposición venezolana, que había recopilado las actas de votación, se dio entonces la tarea de demostrar que en realidad era su candidato, Edmundo González, quien había obtenido un amplio triunfo con el 67% de los votos.
El 29 de julio de 2024, un día después de la elección, miles de venezolanos de todos los sectores del país salieron a las calles para defender el triunfo de su candidato, un hombre que en un par de meses se ganó no sólo el voto, sino también el corazón de muchos en la nación sudamericana.
Todo eso generó una crisis política y diplomática que un año después parece no tener fin.
Exiliado en Madrid desde septiembre, Edmundo González Urrutia (75 años, La Victoria, estado Aragua) es hoy considerado como el presidente electo de Venezuela por una decena de países del mundo, entre ellos Estados Unidos, Argentina y Perú.
Es también el presidente para millones de venezolanos que le votaron y que habían puesto todas sus esperanzas de cambio en él y en María Corina Machado, la líder opositora -actualmente en la clandestinidad- cuyo apoyo fue clave para impulsar la candidatura de González.
Con motivo del aniversario de la jornada electoral del 28 de julio, González habla con BBC Mundo de su decisión de llamar a abstenerse en las elecciones regionales de mayo, en las que el chavismo se hizo con 23 de los 24 estados del país, y a las municipales de este domingo, en las que el chavismo afirma haber ganado en 285 de los 335 municipios del país.
Además, afirma que sigue trabajando y “llevando la voz de la Venezuela democrática” con la misma fuerza que hace un año y habla sobre un futuro regreso a su país.

Tras las elecciones de hace un año, la oposición que usted lidera junto a MCM decidió llamar a la abstención. Eso se ha traducido en que el oficialismo consolida y aumenta su poder institucional. Y además hay una parte de la oposición que se desmarca de su estrategia y participa, pero sin apenas chances. ¿Cómo sale la oposición de este dilema en el que ya estuvo en el pasado? ¿En qué beneficia la abstención? ¿No sería mejor seguir insistiendo, como demostraron en 2024, que hay fraude?
Bueno, la denuncia de fraude nunca la hemos parado, en todas partes, (ni) dentro ni fuera del país.
Nosotros hemos llevado el mensaje del robo que se hizo, del megafraude que se hizo, en las elecciones del 28 de julio del año pasado.
Eso está allí y no va a ser fácil borrarlo porque todo el mundo conoce y todo el mundo sabe que las actas reflejan la realidad, unas actas que están guardadas en el Banco Central de Panamá y que en algún momento haremos públicas.
Pero ya todo el mundo sabe lo que ocurrió allí.

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Fue un robo descarado del gobierno, que se siente cada vez más aislado por la comunidad internacional y hasta por sus propios seguidores.
¿Cómo beneficia la abstención a la oposición y no sería mejor seguir presionando y mostrando que, como ustedes han dicho, no se puede confiar en el sistema electoral venezolano?
No, es que una cosa no tiene que ver con la otra.
Nosotros hemos llamado a la abstención porque estamos conscientes de que el CNE es un apéndice del gobierno.
Pero eso no impide que nosotros continuemos haciendo la denuncia dentro y fuera del país y llevando el mensaje que cada vez más gente reconoce y admite: que lo que hubo en Venezuela fue un robo descarado de la voluntad popular de los venezolanos.
¿Qué lecciones aprendió la oposición el 28 de julio y por qué parece haberse desviado de esa estrategia de presionar en las urnas y en la calle?
Nosotros no hemos dejado de presionar, hemos mantenido el comportamiento y el mensaje de denuncia permanentemente, tanto en Venezuela como en el exterior.
En el exterior es un mensaje que he llevado a un número importante de gobiernos extranjeros y de organizaciones internacionales.
Apenas uno habla, ellos ya saben lo que ocurrió. Es una confirmación de lo que ellos ya sabían.
Dicen que Maduro está solo, pero más allá de la retorica de Trump y de Marco Rubio, Washington negocia con Maduro un canje de presos y permite que Chevron siga operando en Venezuela. ¿No es esto un golpe para la oposición y un reconocimiento claro de que Maduro detenta el poder en Venezuela?
No. Nosotros estamos claros.
(Sabíamos) cuando se iniciaron esas conversaciones y que fue gracias a ellas que se liberó un grupo importante de presos venezolanos, doscientos y tantos, que estaban y (muchos de ellos) siguen estando (detenidos), porque el número es mucho más alto, son como cerca de 900 presos políticos que hay ahorita en Venezuela.
Y para liberarlos, ¿con quién vas a hablar? Tienes que hablar con quien los tiene.
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Seguimos con la misma fuerza, el mismo empeño, las mismas estrategias, perfeccionándolas, llevando la voz de la Venezuela democrática a muchos países”.
Ante ese planteamiento pragmático que tiene Trump en busca de los intereses de Estados Unidos, ¿teme usted que haya un acercamiento entre Maduro y Trump, así como con otros gobiernos regionales y que, por ello, su causa quede en el olvido?
Mira, lo dudo. Lo dudo porque cada vez está más claro. Ayer hubo unas declaraciones del propio Trump, que decía que Maduro continuaba enviando droga a Estados Unidos.
O sea que eso es una realidad que no se puede borrar fácilmente y las desigualdades del sistema electoral tampoco.
Mucha gente en el exterior, gobiernos, organizaciones internacionales, conocen esa realidad y saben que lo que ocurrió ese día fue un robo descarado de la voluntad popular de los venezolanos.
Petro y Lula parecían ser figuras clave en una negociación. Presionaron a Maduro, pero al final no pasó nada. ¿Cuál es su conclusión? ¿Qué pasó allí en su opinión?
Bueno, lo que siempre hemos dicho, que Maduro no tiene ninguna voluntad para negociar nada, lo que le interesa es aferrarse al poder y utiliza cualquier subterfugio para lograrlo.
Pero (no hay que) pensar que con él vamos a lograr (algo).
La presión internacional tiene que seguir. Gracias a ella se han conseguido algunas ventajas, pero más allá de eso poco.
Usted está en el exilio, María Corina Machado en la clandestinidad, muchos de sus seguidores están detenidos, atemorizados o decepcionados también. ¿Cómo sigue la oposición a partir de ahora?
Seguimos con la misma fuerza, el mismo empeño, las mismas estrategias, perfeccionándolas, llevando la voz de la Venezuela democrática a muchos países.
De no haber sido así, quizás no se hubiera logrado lo que se ha logrado hasta ahora.
¿Tiene una nueva fecha para volver a Venezuela?
Nunca fijamos una fecha (para volver a Venezuela), la fecha iba a estar dada en función de las condiciones necesarias para regresar.
Todavía eso no ha ocurrido y, por supuesto, nosotros no nos vamos a arriesgar a (tomar) una decisión de ese tipo.

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Cortesía de BBC Noticias
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