El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alertaron este martes que los indicadores sobre nutrición y alimentación en la Franja de Gaza han alcanzado “niveles alarmantes”, superando los umbrales de hambruna. Trabajadores de diversas ONG operando en Gaza señalaron que el hambre amenaza con “borrar generaciones” de gazatíes y aseguraron que todos los niños actualmente malnutridos morirán a menos que haya una intervención “inminente” para revertir la crisis.
“Gaza se enfrenta a un riesgo inminente de hambruna, ya que el consumo de alimentos y los indicadores de nutrición han caído a los niveles más bajos desde que comenzó el conflicto“, señalaron las agencias de la ONU, citando datos de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC), una autoridad reconocida en la materia, respaldada por la ONU y diversas organizaciones humanitarias. Tras 22 meses de guerra de Israel contra Hamas, con más de 60.000 muertos palestinos, el IPC indicó que la crisis humanitaria alcanzó “un punto alarmante y mortal“.
Según el informe, la situación en Gaza es ahora “el peor escenario posible de hambruna” que se podría proyectar. “Los últimos datos indican que se han alcanzado los umbrales de la hambruna (…) en la mayor parte de la Franja de Gaza”, según el reporte que señala que “una de cada tres personas pasa varios días sin comer nada“.
Un panorama desolador
Las agencias de la ONU advirtieron que, en algunas partes del territorio, ya se han superado dos de los tres umbrales de hambruna establecidos por el IPC. Más de 500.000 personas (casi una cuarta parte de la población de la Franja) están en condiciones cercanas a la hambruna, mientras que el resto enfrenta niveles extremos de inseguridad alimentaria, según difundió UNICEF en sus redes.
Desde el domingo, Israel estableció un sistema de “pausas humanitarias” y permitió el envío de ayuda aérea, aunque las organizaciones denuncian que esta sigue siendo “insuficiente” para cubrir las necesidades básicas de la población gazatí. Según informan, deberían ingresar “al menos 500 camiones diarios” con suministros para satisfacer las demandas de los habitantes de Gaza, que ven limitado su acceso a suministros básicos a ciertos puntos del enclave.
Para contraarrestar la situacion, las principales agencias humanitarias solicitaron una “inundación” inmediata de ayuda alimentaria en Gaza, destacando que “el tiempo se agota” y que el enclave palestino está “al borde de una hambruna masiva“. La directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain, hizo un llamado urgente: “Necesitamos inundar Gaza con ayuda alimentaria de manera inmediata y constante, sin obstáculos, para evitar una hambruna a gran escala”.
Por su parte, Rachael Cummings, directora humanitaria de Save the Children International en Gaza, describió la situación como “extraordinaria“, señalando que todos los niños y adultos que ha visto en las clínicas están desnutridos, algunos de forma extremadamente grave.
Un esfuerzo “insuficiente”
A pesar de las “pausas humanitarias” anunciadas por Israel, los trabajadores humanitarios insisten en que no ha habido un “aumento significativo” en la cantidad de ayuda, subrayando que “sin un alto el fuego real, no es posible brindar asistencia adecuada“.
“Lo que estamos viendo con los lanzamientos aéreos es una farsa“, afirmó Bushra Khalidi, portavoz de Oxfam. “Es una distracción costosa y de bajo impacto que no resuelve la hambruna. Si los gobiernos realmente quisieran salvar vidas, abrirían los cruces terrestres”, agregó.
El secretario general de la ONU, António Guterres, reaccionó a los informes de IPC y destacó que los datos confirman que Gaza está “a un paso de la hambruna”. “Esto no es solo una alerta, es una realidad que está ocurriendo ante nuestros ojos”, señaló, instando a una acción inmediata para poner fin a la pesadilla humanitaria en la región.
Por su parte, Philippe Lazzarini, máximo responsable de la Agencia de ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), afirmó que Gaza enfrenta ya una hambruna generalizada, “totalmente provocada por el hombre“. La UNRWA era la organización a cargo de distribuir la ayuda humanitaria en el enclave hasta que, en marzo, Israel detuvo su funcionamiento por considerar que estaba ayudando a Hamas a controlar los suministros que ingresaban.
En sus redes, Lazzarini hizo un llamado a una ayuda masiva, subrayando que la única forma de revertir esta catástrofe es “inundar Gaza con ayuda alimentaria y médica sin restricciones” lo antes posible. “Déjenos hacer nuestro trabajo sin restricciones, de forma segura y digna“, zanjó el representante
En medio de esta situación, manifestantes palestinos e israelíes se reunieron en Beit Jala, cerca de Belén, para protestar contra la guerra y la hambruna en Gaza, participando en una huelga de hambre. Yvonne, una israelí de 51 años, explicó que se unió a la protesta porque sentía impotencia ante la violencia y las bombas que escuchaba a diario. “Vine por la paz“, dijo.
Tariq, un joven palestino de 25 años, vio en la huelga una forma de alzar su voz contra el genocidio que está ocurriendo en Gaza: “Creo que cada pequeña acción tiene un efecto. Y veo que más personas se unen cada día”, afirmó.
Violencia y hambre
A pesar de la apertura parcial del bloqueo, las autoridades sanitarias locales informaron que las muertes relacionadas con el hambre aumentaron en los últimos días. Este lunes, los registros del Ministerio de Sanidad de Gaza reportaron 122 muertos y 637 heridos debido a los ataques israelíes, entre ellos 22 muertos y más de 199 heridos mientras se dirigían a los puntos de distribución.
Trabajadores de diversas organizaciones humanitarias, como Ghada Al Haddad, que trabaja para Oxfam en el enclave, reclamaron la insuficiencia de estas medidas para resolver la creciente hambruna. “La llegada de unos pocos camiones de ayuda no debe desviar la atención de la catástrofe humanitaria que aún persiste en Gaza”, explicó en una rueda de prensa virtual desde el enclave.
AlHaddad criticó la actual estrategia de distribución de ayuda, a cargo de la controvertida GHF y respaldada por Israel, subrayando que “no es un sistema humanitario funcional, sino un goteo diseñado más para calmar la indignación pública que para salvar vidas“. La trabajadora alertó que Gaza está “al borde de una hambruna tan rápida e intencionada que amenaza con borrar generaciones, no solo físicamente, sino también de la memoria colectiva“.
Este martes, al menos 20 personas murieron y 45 resultaron heridas por disparos israelíes cerca de dos puntos de distribución de alimentos en el centro de Gaza. Según informaron fuentes de los hospitales Al Awda y Al Nasser a la agencia EFE, las víctimas fueron alcanzadas por fuego israelí cuando intentaban obtener ayuda.
De las 20 víctimas mortales, trece se registraron en la calle Salah al Din, en el centro de la capital gazatí, cerca del centro de distribución SDS4 de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), mientras que las otras siete murieron cerca de otro punto de distribución en Rafah, al sur de la Franja.
Maher Al Hattab, un palestino que acudió al SDS4, relató a EFE que escuchó disparos cuando se acercaba al punto de distribución. “Tres personas murieron a mi lado y unas diez resultaron heridas en las manos y las piernas. Fue una escena realmente aterradora”, explicó.
A pesar de los disparos, Al Hattab logró acceder al punto de distribución, donde obtuvo una caja con alimentos básicos: seis kilos de harina, dos de garbanzos, un tarro de pasta de sésamo, dos bolsas de pasta y una botella de aceite. Sin embargo, destacó que la cantidad de personas en busca de ayuda provocaba peleas violentas, algunas incluso con cuchillos. “Los que llegaron primero agarraron la ayuda, y los demás no. Incluso mientras regresábamos, los israelíes nos volvieron a disparar“, señaló.
Cortesía de Página 12
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