En un momento crítico para el planeta, marcado por el avance del cambio climático y la creciente incidencia de fenómenos meteorológicos extremos, las grandes agencias espaciales del planeta se están coordinando para poner en órbita una constelación de satélites de nueva generación que prometen transformar nuestra capacidad para entender y proteger la Tierra. Durante el primer semestre de 2025, entidades de todo el mundo se han unido para lanzar misiones espaciales dedicadas específicamente a observar los procesos naturales que moldean nuestro clima y ecosistemas y, sobre todo, anticiparse y mitigar los riesgos que amenazan a las sociedades y al medio ambiente. En total, se estima que en los últimos años se han desplegado más de 320 satélites de observación de la Tierra. De estos, al menos una decena se han lanzado este año.
El último en sumarse a esta misión ha sido el satélite NISAR (NASA-ISRO Synthetic Aperture Radar), un proyecto lanzando en colaboración entre la NASA y la agencia espacial india ISRO y que ha despegado esta misma semana desde India. Este satélite combina dos tipos de radar de apertura sintética para proporcionar imágenes detalladas de la superficie terrestre, capaces de detectar desde movimientos tectónicos hasta cambios en glaciares y bosques. Según explican los impulsores de esta misión, la información que genere NISAR será vital para la gestión de desastres naturales y el seguimiento de ecosistemas en rápida transformación como, por ejemplo, es el caso de los glaciares en proceso de deshielo acelerado.
Estados Unidos e India han lanzado una misión conjunta para detectar desde movimientos tectónicos hasta cambios en glaciares y bosques
Hace justo un mes, a finales de junio, Japón reforzó su compromiso con la lucha climática con el lanzamiento de GOSAT-GW (Ibuki-GW), un satélite especializado en el seguimiento de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano, así como en la monitorización de la humedad del suelo. La agencia nipona afirma que esta misión aportará datos esenciales para entender las interacciones entre la atmósfera, la biosfera y el ciclo hidrológico, facilitando la elaboración de modelos climáticos más precisos y estrategias efectivas para reducir emisiones y adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
Japón ha lanzado un satélite especializado en el seguimiento de gases de efecto invernadero, mientras que Europa ha desplegado un aparato capaz de estudiar la habilidad de los bosques de absorber carbono
En abril también despegó desde la Guayana Francesa la misión Biomass de la Agencia Espacial Europea (ESA). Este satélite utiliza tecnología radar para mapear la biomasa forestal a nivel global, un indicador clave de la cantidad de carbono almacenado en los árboles. Este proyecto permitirá a los científicos comprender mejor el papel que juegan los bosques en el ciclo del carbono y cómo pueden ayudar a mitigar el calentamiento global. En su lanzamiento, el equipo científico detrás de este proyecto explicó que el satélite integra una tecnología pionera que abre una nueva ventana para medir con precisión los cambios en la masa forestal, tanto en regiones remotas como en áreas afectadas por deforestación o incendios.
Lanzamiento del satélite NISAR desde la India. / Ragul Krishnan / EFE
Monitoreo de desastres naturales
También destacan las misiones de Pakistán y Finandia. En enero, la agencia espacial de Pakistán (SUPARCO) lanzó su primer satélite óptico de observación terrestre completamente desarrollado en el país. El proyecto se bautizó como PRSC‑EO1 y, según sus impulsores, dedicará su trabajo a captar información que permita mejorar planificación urbana y la agricultura de precisión hasta ofrecer recursos para el monitoreo ambiental y la respuesta en tiempo real ante desastres naturales como inundaciones, deslizamientos o sequías. La empresa finlandesa ICEYE, por su parte, también ha lanzado cuatro nuevos satélites dedicados a tareas de observación y cuyo objetivo será captar imágenes de la superficie terrestre que permitan responder a catástrofes naturales, vigilancia marítima, y apoyar tanto usos civiles como de seguridad internacional.
Los expertos afirman que la precisión y rapidez con la que estos satélites pueden generar información clave permitirá anticiparse a los eventos extremos
Estas misiones forman parte de una avanzada red de observación terrestre que, junto a otros lanzamientos recientes tanto de agencias espaciales gubernamentales como de empresas privadas, están marcando un antes y un después en nuestra capacidad para observar el planeta desde el espacio. Los expertos afirman que la precisión y rapidez con la que estos satélites pueden generar información clave permitirán anticiparse a los eventos extremos, apoyar la toma de decisiones y fortalecer la resiliencia global frente a un clima cada vez más impredecible, cambiante y convulso. En definitiva, se trata de una nueva generación de tecnología espacial diseñada para proteger el planeta y todos sus habitantes.
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Cortesía de El Periodico
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