Carlos Ramírez Powell, in memoriam


A la comunidad de radio UdeG

Carlos Ramírez Powell (1957-2025) murió como vivió: a su aire. Un accidente en su inseparable bicicleta terminó con su vida el viernes pasado.

Carlos fue el gran transformador de Radio Universidad de Guadalajara. Convirtió una estación de música clásica, un perfil muy similar al que tenía en aquel entonces la radio estatal (XEJB), en una estación de radio hablada y de cultura juvenil. Comenzó la transformación con un programa, Dimensión del rock, y más tarde, cuando se convirtió en director de la estación en 1989, le dio un cambio radical.

Desde que tuvo en sus manos la barra de rock y, posteriormente, como director, Carlos abrió Radio UdeG a jóvenes talentos, la mayoría todavía estudiantes y muchos de ellos de la Escuela de Comunicación del Iteso, lo que le valió no pocas críticas. Con él llegaron las manifestaciones culturales juveniles de toda la ciudad y la otrora aburrida estación universitaria se convirtió en un hervidero de talento. Lo más destacable de ese primer periodo es la apertura política que Ramírez Powell le dio a la estación universitaria. En pleno conflicto entre el naciente grupo liderado por Raúl Padilla y la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), Carlos quedó atrapado entre sus afectos, en medio de su amigo Raúl y su tío Álvaro. El entonces joven director de la radio universitaria optó por abrir los micrófonos. La manifestación más memorable de aquella política fue el programa El Festín de los Marranos, en que Julio Haro, Trino Camacho y compañía desarrollaron una parodia de radionovela titulada “Rectoría, la pasión tras el poder”, en la que se reían y burlaban de un conflicto que dividía a la Universidad de Guadalajara. En los días posteriores a las explosiones del 22 de abril de 1992, Radio UdeG dio voz a la crítica y al análisis como ninguna otra radiodifusora en la ciudad.

Nieto del gobernador Margarito Ramírez e hijo del líder estudiantil y factótum universitario Carlos Ramírez Ladewig, Ramírez Powell fue formado para convertirse en líder universitario. Su gran formador fue el poeta nayarita Alí Chumacero, en cuya casa pasó parte de su infancia. El asesinato de su padre (12 de septiembre de 1975), cuando él era todavía muy joven, marcó fuertemente su forma de ver y entender la política. Atrapado entre su familia y sus amigos durante el conflicto universitario, Carlos decidió retirarse temporalmente de la Universidad de Guadalajara. Lo hizo en una tan extravagante como divertida rueda de prensa en la que llenó la mesa desde la que hablaba con dinosaurios de plástico y se autodefinió a sí mismo como un bebesaurio, como les llamaban a los descendientes de las familias priistas, y criticó fuertemente la forma de operar de la universidad.

Con la llegada de Trino Padilla a la rectoría en 2001, Ramírez Powell regresó a la dirección de Radio Universidad a culminar la tarea que había comenzado años antes. Dejó la dirección en 2007, pero nunca los micrófonos. Fue una voz constante en Radio UdeG, en algunas ocasiones en los horarios más incómodos y menos estelares, tenía programas los sábados y cerca de la medianoche, donde hablaba de sus obsesiones, una de ellas lo que él veía como un inevitable colapso del sistema capitalista. No vivió para narrarlo.

Descansa en paz, estimado Carlos.

Cortesía de El Informador



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