
Los periodos vacacionales de los estudiantes implican una doble labora para papás y mamás trabajadoras: el cuidado diario de los menores y por otro, continuar con la rutina en el trabajo, esto aumenta el estrés y generan deficiencia laboral, lo que se traducen en una baja productividad.
Ana María Flores, consultora en Género e Inclusión Económica para América Latina y el Caribe de la Corporación Financiera Internacional (IFC por sus siglas en inglés) para la Red CCE por la Primera Infancia, indica que uno de los retos para conciliar las vacaciones escolares con el trabajo es la falta de servicios de cuidado infantil.
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“Cuando los estudiantes están de vacaciones los padres deben buscar apoyo para su cuidado, como cursos de verano, lo que implica dinero. Entonces, comienza a ser un problema, porque las personas que trabajan se preocupan de temas financieros y de quién cuidará a sus hijos, eso comienza a traducirse en estrés laboral lo cual merma la eficiencia y productividad”, señala.
Por otro lado, Fátima Masse, cofundadora de la consultoría Noubi Advisors, apunta que con el aumento de las vacaciones de verano, no hay forma en que se compagine ese periodo con los días de descanso en el trabajo.
“Los niños tienen más de dos meses de vacaciones, no son equiparables con los 12 días que le dan a un trabajador cuando inicia un empleo. Para muchos colaboradores cuesta dinero, tiempo y productividad en el trabajo. El calendario escolar no está pensado en las implicaciones del mercado laboral, hay una desconexión total”, resalta.
En ese sentido, el informe Abordar el cuidado infantil: Guía sobre los servicios de cuidado infantil respaldados por el empleador, elaborado por IFC, señala que por cada dólar que invierten las empresas en servicios de cuidado de menores accesibles y de confianza, obtienen 9 dólares en retorno.
Además, destaca que los empleadores que invierten en servicios de cuidado favorecen a toda la comunidad empresarial a largo plazo, ya que los colaboradores tienen mejores condiciones para hacer más eficientes los procesos durante su jornada laboral.
Fátima Masse indica que las autoridades deben analizar el tiempo que duran las vacaciones escolares y que las empresas pueden apoyar a los colaboradores con flexibilidad laboral, incluyendo el home office o los horarios escalonados.
Sin embargo, no solo las empresas o patrones deben tomar medidas para ayudar a los trabajadores que se encuentran en esa situación, ya que los gobiernos tienen la responsabilidad de promover estrategias que abonen a los cuidados.
Al respecto, Ana María Flores, comenta que el rol del Estado es proveer centros de cuidado infantil, en la actualidad son escasos y no dan abasto a la cantidad de niños que existen, “se podrían hacer alianzas público-privadas para los padres de familia durante las vacaciones”.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) puntualiza que para mejorar los modelos de cuidado es necesaria la participación de todos los actores sociales, incluyendo el Estado, sector privado, comunidades y hogares.
“Son necesarias políticas que incentiven una distribución más equitativa del cuidado entre mujeres y hombres. También es urgente la ampliación de licencias de paternidad y maternidad, la implementación de horarios laborales flexibles y la creación de incentivos para empleadores que faciliten la participación equitativa en las tareas de cuidado”, destaca.
Fuerza laboral femenina, la más afectada
Ana María Flores resalta que en el país la participación laboral femenina es una de las más bajas por la carga de cuidados desproporcionada que tienen. “Hoy en día uno de los mayores obstáculos para la mujer en México que busca entrar al sector laboral formal son las tareas de cuidado”.
Mientras que Fátima Masse, señala que es necesario cuidar el tema de las evaluaciones que realizan las empresas, porque muchas veces en los periodos vacacionales el rendimiento baja por las presiones a las que se someten los trabajadores que tienen a cargo estos cuidados, “en especial las mujeres son quienes enfrentan en mayor medida estás situaciones y es necesario que se realicen cambios más funcionales”.
Según el informe La participación de la mujer en México realizado por el Banco Mundial, la implementación de servicios de cuidado infantil tiene un efecto positivo para que la fuerza laboral femenina pueda trabajar con mejores condiciones laborales.
“La barrera más importante a la oferta laboral de las mujeres es la necesidad de proveer cuidados y la falta de confianza en los servicios de cuidado infantil. Las normas sociales y de género pueden ser importantes barreras para la participación laboral”, detalla.
Por otro lado, la ONU apunta que en México las mujeres destinan en promedio 3 veces más tiempo que los hombres a tareas de cuidado.
Cortesía de El Economista
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