En México no importa dónde estés, seguramente te encuentras sobre algún vestigio escondido. Los canales de Tlatelolco en Ciudad de México, la “entrada al inframundo” en Oaxaca, el interior del Castillo de Kukulcán o hasta los más de 50,000 bienes descubiertos durante la construcción del Tren Maya son solo algunos ejemplos de la riqueza arqueológica del país.
Este es el caso de un habitante de Tecacahuaco, Hidalgo. Bajo la simple idea de querer ampliar su rancho, el vecino dio con un hallazgo significativo que captó la atención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Lo que le pareció una estructura un tanto extraña, resultó ser un edificio prehispánico.
Ubicada en la zona Huasteca hidalguense, la localidad cuenta con poco más de 1,200 habitantes. Fue en dicha comunidad que se descubrieron vestigios de un basamento de planta circular. Según un informe del instituto, se realizaron tres visitas en el lugar para verificar y certificar tal descubrimiento.
De acuerdo con Osvaldo José Sterpone, director del INAH en Hidalgo, la estructura parece haber tenido una vida útil con elementos que apuntan al periodo Posclásico mesoamericano. Entre el año 900 y 1521. Aunque su origen no ha quedado del todo claro, establece que pudo haber sido tan solo la base de una construcción mayor.
Con posibles 15 metros de diámetro en su base y cerca de tres metros y medio de altura, la obra fue construida con barro, arenilla y un pulido de cal. Según explica Sterpone, destacan algunos de los rasgos del edificio como una bien preservada escalinata y un paramento con forma en “V” en sus paredes.
Hasta el momento, solo se ha informado que el INAH se encuentra en proceso para registrar las características del hallazgo y establecer los protocolos adecuados para su conservación. Así, se estima que Tecacahuaco pudo haber sido un asentamiento bajo el control del señorío de Metztitlán.

Además, cerca del basamento, se halló también -bajo maleza vegetal- una cancha de juego de pelota de 18 metros de largo. A través de fotogrametría y análisis en la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas e Históricas, las investigaciones buscan documentar las características de la construcción.
A pesar de que este descubrimiento convierte a Tecacahuaco en un sitio arqueológico, es solo un hallazgo parcial. Lo anterior dado que ancianos de la comunidad relataron que un sacerdote mandó a destruir figuras de piedra. Por lo tanto, persisten elementos que no podrán ser recuperados por los investigadores.

Hasta ahora, según detalló en su momento Sterpone, se ha buscado trabajar en colaboración con las autoridades de Atlapexco, el gobierno estatal y federal. Todo ello para la una gestión óptima del lugar, así como los estudios correspondientes por parte del INAH.
Cortesía de Xataka
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