Brasil recurrió este miércoles a la Organización Mundial del Comercio (OMC) para denunciar los aranceles del 50 por ciento impuestos por Estados Unidos a muchos de sus productos, algunos de gran importancia como el café y la carne, en una nueva escalada entre Washington y la primera economía latinoamericana. Estados Unidos exporta más a Brasil de lo que importa, pero el presidente republicano Donald Trump retó al mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, por lo que considera una “caza de brujas” contra su predecesor ultraderechista Jair Bolsonaro, juzgado por un presunto intento de golpe en 2022.
Estados Unidos subió del 10 al 50 por ciento las tarifas aduaneras a muchos productos brasileños a partir de este miércoles. Otorgó un plazo adicional a los productos cargados en barcos antes del 7 de agosto y que lleguen a Estados Unidos antes del 5 de octubre. Trump excluyó de los nuevos gravámenes importaciones clave para Brasil como el jugo de naranja, la energía, las aeronaves civiles y sus componentes, los fertilizantes, los metales preciosos o la pasta de celulosa, entre otros. Pero incluyó el café y la carne.
“Violan compromisos de forma flagrante”
Según Brasilia, el 36 por ciento de las exportaciones del país a Estados Unidos se verán afectadas por impuestos suplementarios, una situación que exaspera a Lula. Brasil no se quedó de brazos cruzados. Este mismo miércoles presentó un pedido de consultas ante la misión de Estados Unidos en la OMC. El ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil señaló en un comunicado que los gravámenes comerciales “violan de forma flagrante compromisos centrales asumidos por EE.UU. en la OMC”, como los techos arancelarios negociados en el marco de la organización.
A su vez Cancillería reiteró la “disposición” de las autoridades brasileñas a negociar y dijo esperar que las consultas “contribuyan a una solución”. Se trata de la primera medida que toma el gobierno de Lula tras la imposición de los aranceles, aunque la parálisis de este organismo internacional pone en cuestión la efectividad de la medida a largo plazo. El proceso de resolución de disputas entre estados miembros de la OMC prevé un periodo de 60 días para la celebración de las consultas bilaterales para tratar de resolver las diferencias de una manera no judicial.
Estados Unidos debe responder al pedido en diez días a partir de su recepción y empezar a participar en el proceso en no más de 30 días. Si el país norteamericano no responde al pedido o si Brasil no se da por satisfecho con el resultado de las discusiones, el gobierno de Lula puede solicitar el establecimiento de un panel externo para dirimir la disputa, lo que puede desembocar en la imposición de compensaciones.
“Verdaderos traidores a la patria”
El martes en el palacio Itamaraty, sede de la cancillería, Lula declaró: “Creo que nosotros los brasileños estamos a prueba”. Durante la sesión del Consejo para el Desarrollo Económico y Social Sostenible, el mandatario aseguró: “Nuestra democracia está siendo cuestionada, nuestra soberanía está siendo atacada, nuestra economía está siendo agredida (…) En ningún tarifazo aplicado a otros países hubo intento de injerencia sobre la independencia de los poderes del país“.
El dirigente de izquierda, que prevé presentarse a la reelección en 2026, arremetió, sin mencionarlo, contra Eduardo Bolsonaro. El diputado e hijo del exmandatario brasileño mantiene vínculos estrechos con líderes trumpistas y encabeza desde Estados Unidos una campaña en defensa de su padre. “Esta interferencia en temas internos contó con el apoyo de verdaderos traidores a la patria”, dijo Lula.
El enojo de Trump, plasmado en julio en dos cartas, una contra el Brasil de Lula y otra en solidaridad con Bolsonaro, tensó la relación entre los dos países. Atrás queda la cordialidad escenificada por Lula y el expresidente demócrata estadounidense Joe Biden (2021-2025) en una visita del brasileño a la Casa Blanca en 2023, cuando ambos se erigieron en guardianes de los valores democráticos.
Trump golpeó a su vez al sistema judicial, con sanciones al juez de la Corte Suprema de Brasil Alexandre de Moraes, a cargo del juicio contra Bolsonaro, por “autorizar detenciones arbitrarias” y “suprimir la libertad de expresión”. Esta presión creciente no impidió a Moraes ordenar el arresto domiciliario a Bolsonaro por violar una prohibición de uso de redes sociales en el marco de su juicio.
Aranceles en cadena
Brasil adelanta por unas horas a decenas de socios de Estados Unidos sujetos a aumentos de tarifas aduaneras. Le siguió India. Trump firmó este miércoles un decreto que asuma 25 por ciento de aranceles sobre los productos indios “en respuesta a la compra continua de petróleo ruso”. Esta nueva tarifa aduanera se empezará a aplicar dentro de tres semanas y se suma a otra del 25 por ciento que debe entrar en vigor este jueves.
En abril Trump ya impuso un mínimo universal del 10 por ciento de aranceles, que es lo que seguirán pagando los productos de muchos de sus socios, incluidos la mayoría de los latinoamericanos. Pero a partir del jueves otros muchos tendrán que abonar recargos de hasta el 41 por ciento. La mayoría pagarán un 15 por ciento adicional, como Costa Rica, Bolivia, Ecuador y Venezuela.
México tiene un plazo de 90 días para negociar, aunque ya enfrenta aranceles adicionales del 25 por ciento a los productos que no estén protegidos por el Tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC), del que forma parte con EE.UU. y Canadá. Además Trump impuso recargos específicos a sectores, como el 50 por ciento al acero, al aluminio y al cobre, y el 25 por ciento a automóviles y componentes que no entren en el T-MEC.
Cortesía de Página 12
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