Gracias a la lucha de ambientalistas y vecinos de la colonia Tlacoquemécatl del Valle, el árbol Laureano ya es patrimonio natural de la CDMX. Con ello, las autoridades capitalinas ahora tienen la obligación de garantizar la adecuada conservación del laurel de la India, que se encontraba en riesgo debido a la construcción de un desarrollo inmobiliario.
La copa del árbol, de casi 20 metros de ancho, ocupa espacio en uno de los predios donde se pretende construir un nuevo desarrollo inmobiliario en el cruce de las calles Miguel Laurent y Fresas, alcaldía Benito Juárez.
“Era un proyecto que, si lo hacían, tenían que apachurrar toda la copa de Laureano, porque entra en un gran porcentaje del predio”, cuenta a Chilango Dimitri Voulgaris, integrante de la organización de vecinos que emprendieron la defensa del árbol.
Por fortuna, el laurel de 35 años ya no corre ese peligro. A través de amparos, vecinos y ambientalistas lograron suspender las obras de la desarrolladora. Asimismo, impulsaron el reconocimiento de Laureano como árbol patrimonial.
Finalmente, el 4 de agosto de 2025 la jefa de Gobierno, Clara Brugada, firmó un decreto para reconocer a Laureano como patrimonio natural de la Ciudad de México. Así, la historia de este árbol y su rescate muestra que el desarrollo urbano sí puede ser compatible con el respeto al patrimonio natural de la CDMX.

“Laureano es nuestro pulmón”
En el número 48 de la calle Miguel Laurent, Laureano destaca entre otros árboles de la zona por sus 23 metros de altura, su copa frondosa y, sobre todo, por un tronco que está ‘abrazado’ por decenas de listones. Cada uno de estos listones representa el apoyo que cientos de vecinos y ambientalistas le dieron cuando su integridad estuvo en peligro.

La historia de la lucha por este árbol inició en mayo de 2025, cuando vecinos se percataron de que una obra inmobiliaria podría afectar su copa.
“Amigos y vecinos nos dimos cuenta de que empezaron a demoler dos predios en los que había dos casas separadas. Empezamos a investigar y nos juntamos para para ver qué estaba sucediendo. Queríamos asegurar el bienestar de Laureano”, recuerda Dimitri.
El activista detalla que la copa del árbol, que tiene 20 metros de ancho, ingresa a una parte del predio donde una desarrolladora inmobiliaria construirá un nuevo edificio. Ante esta situación, vecinos y vecinas solicitaron a la desarrolladora información sobre el proyecto ejecutivo de la obra. Sin embargo, los datos que aportaba la empresa eran “muy opacos”.

“Un día vino pues el encargado de la obra. Le pedimos información sobre sobre el proyecto, pero no nos la compartió. Tratamos de hacer una mesa de trabajo con la alcaldía, pero no nos recibieron”, recuerda. “Ya después por fuera nosotros pudimos conseguir el el proyecto y, evidentemente, no contemplaba Laureano”, agrega.
Fue entonces cuando se articuló todo un movimiento social para defender al árbol. El colectivo de vecinos y ambientalistas logró reunir más de 12,000 firmas en la plataforma Change.org. Asimismo, juntaron otras 700 más en formato físico para impulsar amparos y detener la obra.

“Se metieron en total dos amparos para hacer una suspensión provisional de la obra y al final se consiguió. El acuerdo que se logró es que no se va a desarrollar ningún tipo de obra hasta que no modifiquen el proyecto. La desarrolladora ya acordó modificar el proyecto”, explica Dimitri.
Durante todo el proceso de defensa de Laureano, el árbol se convirtió en un espacio de reunión y convivencia para la comunidad. Se colocaron al tronco listones que simbolizan el apoyo al laurel de la India, mientras que las láminas que sirven como muro provisional para delimitar el predio donde se construirá el edificio se convirtieron en una galería de arte. Allí se pueden observar dibujos, carteles y rótulos en referencia al valor histórico, ambiental y cultural de Laureano y de los árboles en general.
“Laureano es un pulmón. ¡Es nuestro pulmón!”, se lee en uno de los mensajes.

CDMX ya tiene tres árboles patrimoniales
Adicionalmente, el 4 de agosto de 2025 se emitió la declaratoria de Laureano como Patrimonio Natural del CDMX. De este modo, se suma a “El viejo del agua”, un ahuehuete en la alcaldía Azcapotzalco, como uno de los primero dos árboles que han sido declarados como patrimoniales por la actual administración capitalina, encabezada por Clara Brugada. Previamente, el árbol Eugenio de la Colonia del Valle también había recibido la delcaratoria correspondiente durante el gobierno de Martí Batres.
La importancia de esta declaratoria radica en que, a raíz de ella, las autoridades quedan obligadas a implementar medidas de protección. También deberán fomentar su cuidado adecuado, así como procurar la salud y estabilidad de estos árboles.

El programa de Árboles Patrimoniales es una iniciativa de la Secretaría del Medio Ambiente mediante la cual se busca “impulsar las declaratorias como Patrimonio Natural de la Ciudad de México de aquellos árboles que, por sus características excepcionales, representan un valor significativo para la Ciudad”. Por lo pronto, ya se cuenta con una lista de 13 árboles que serán declarados patrimoniales. Además a ellos se podrán sumar otros árboles que proponga la ciudadanía y que cumplan con ciertas características. Deberán distinguirse por “atributos como su origen biogeográfico, forma o estructura, valor ecológico, importancia paisajística, vínculo histórico, cultural o simbólico, rareza botánica o valor educativo y científico”.
Árbol Laureano recibirá protección
En el caso del árbol Laureno, la declaratoria indica que las autoridades deberán encargarse de elaborar y ejecutar un plan de manejo para su protección:
“La protección del árbol Laureano se apegará a lo establecido en el Plan de Manejo concertado por la Secretaría del Medio Ambiente, en conjunto con la Secretaría de Cultura y las personas promoventes de la Declaratoria”, se lee en el documento.
Asimismo, las autoridades deberán encargarse del reconocimiento, valoración, promoción y difusión de la importancia que Laureano tiene para el entorno y el medio ambiente.

Características, ubicación e importancia ambienteal del árbol Laureano
Laureano se ubica en el número 48 de la calle Miguel Laurent en la colonia Tlacoquemécatl del Valle, alcaldía Benito Juárez.
Es un árbol de la especie ficus microcarpa, mejor conocida como laurel de la India. Tiene una edad atribuida de 35 años. Su altura es de 23 metros y el ancho de su copa es de casi 20 metros. Además, tiene un tronco con diámetro de 90 centímetros.
Entre los criterios que el Gobierno capitalino consideró para declararlo como patrimonio natural, destaca el hecho de que la colonia donde se ubica formaba parte del antiguo pueblo de San Lorenzo Xochimanca. Se trata de un pueblo de origen prehispánico que destacaba como un paraje lacustre. En ese sentido, el árbol Laureano y la zona en general reflejan la transición de espacio agrícola a urbano que se ha vivido en el espacio público capitalino.
En cuanto a su valor ambiental, destaca el hecho de que Laureano:
- Captura y almacena dióxido de carbono equivalente a 9.98 kilogramos por año, contribuyendo a la mitigación del cambio climático.
- Contribuye a la remoción de contaminantes atmosféricos como monóxido de carbono (11.95 gramos), ozono (2,568.06 gramos), dióxido de nitrógeno (1,047.32 gramos), dióxido de azufre (853.6 gramos) y partículas finas PM 2.5 (104.41 gramos), mejorando la calidad del aire para la salud de las personas.
- Es generador de sombra.
- Modera el clima del espacio urbano.
- Sirve como hábitat para la fauna local.
- Es un elemento de la identidad paisajística de la CDMX.
Cortesía de Chilango
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