Donald Trump, presidente de Estados Unidos, busca cortar a toda costa los vínculos de su país con empresas relacionadas con China. Su último movimiento lo demuestra: la exigencia de renuncia para el actual CEO de Intel por sus vínculos con empresas chinas.
Trump realizó la exigencia en The Truth Social, su propia red social. Allí mencionó que el director ejecutivo de Intel, Lip-Bu Tan, estaba “conflictuado y debía dimitir de inmediato”, además de apuntar que “no había otra solución al problema”.
El origen del reclamo
Todo surge después de que el senador republicano de Arkansas, Tom Cotton, cuestionara los vínculos de Tan con empresas chinas. Tan fue nombrado CEO de Intel en marzo, en medio de una caída de ventas bajo la dirección de Pat Gelsinger. Cotton también señaló la relación del directivo con Cadence Design, empresa de la que fue director ejecutivo hasta 2021 y que estuvo involucrada en un caso penal.
Cotton le escribió a Tan para expresarle su preocupación por “la seguridad e integridad de las operaciones de Intel” y por su “posible impacto en la seguridad nacional de Estados Unidos”.
El senador también señaló que Intel debe administrar de forma responsable el dinero de los contribuyentes y cumplir con las regulaciones de seguridad aplicables. Según Cotton, las asociaciones del CEO plantean dudas sobre la capacidad de la compañía para cumplir con estas obligaciones.
Adicionalmente, Cotton cuestionó si la compañía le exigió a Tan que se deshiciera de sus participaciones en fabricantes de chips vinculados a entidades chinas preocupantes, como el Partido Comunista o el Ejército Popular de Liberación.
Los recientes cambios de Intel
Tan tomó el control de Intel en marzo, después de que Pat Gelsinger fuera destituido. Entre sus principales decisiones iniciales estuvo el recorte de presupuesto para la división de fundición de la compañía, que fabrica chips para otras empresas y que tuvo una pérdida operativa de 3,170 millones de dólares.
Además, se cancelaron proyectos de fábricas planeadas para Alemania y Polonia. En contraste, se consolidaron las operaciones de prueba y ensamblaje en Vietnam y Malasia, y se retrasó la construcción de otras instalaciones, como la fábrica de chips en Ohio.
Cortesía de Xataka
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