El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó este jueves su intención de controlar toda la Franja de Gaza, aunque aclaró que Israel “no se anexionará” el enclave palestino. Según detalló, sería un organismo gubernamental el que administraría temporalmente el territorio, aunque no especificó cuál. Estas declaraciones se conocieron poco antes de la reunión del gabinete de seguridad israelí convocada para debatir sobre el futuro del enclave, y generaron cuestionamientos sobre el avance de las negociaciones de alto el fuego.
Consultado por la cadena estadounidense Fox sobre si Israel pretende controlar toda Gaza “como hace 20 años”, Netanyahu respondió: “Eso pretendemos, con el objetivo de garantizar nuestra seguridad, erradicar a Hamás y permitir que la población se libere”. Señaló que su deseo es entregar la Franja a “gobiernos civiles que no sean Hamas ni apoyen la destrucción de Israel” como condición excluyente. “Queremos liberarnos nosotros y liberar a la gente de Gaza”, afirmó.
Sin embargo, aclaró que “no queremos quedarnos con Gaza“, sino que “queremos una zona de seguridad” en torno al enclave. “No queremos gobernarla. Queremos transferirla a fuerzas árabes que la administren adecuadamente, sin amenazas hacia nosotros y ofreciendo una vida digna a los gazatíes. Eso es imposible con Hamas”, enfatizó.
Estas palabras, recogidas por medios israelíes durante una conferencia improvisada con periodistas indios tras el encuentro que Netanyahu mantuvo con el embajador de India en Israel, J.P. Singh, en su oficina en Jerusalén. Previamente, la prensa israelí había informado sobre desacuerdos entre miembros del gabinete y el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, quien estaría en contra de una eventual reocupación total de Gaza.
El mismo día, al menos 29 palestinos murieron por bombardeos y tiroteos en el sur de Gaza, según informaron hospitales locales. Mientras tanto, la inquietud en Israel por el destino de los rehenes crece. En una acción simbólica, varios familiares de cautivos zarparon el jueves desde el puerto de Ashkelon con la intención de acercarse por mar a la Franja, en señal de protesta. Israel sostiene que aún quedan 50 rehenes en manos de las milicias palestinas, aunque estima que sólo una veintena seguirían con vida.
Un plan para Gaza
Netanyahu reunió este jueves por la tarde a su gabinete de seguridad, compuesto por ministros clave y parte de la cúpula militar, para discutir si se lanzará o no una ocupación total de Gaza. En los días previos, medios israelíes filtraron que el primer ministro planeaba proponer una expansión de la ofensiva, incluso hacia zonas donde se presume que hay rehenes, con el objetivo de ocupar completamente el enclave.
Zamir, como jefe del Ejército, habría advertido que ese plan también pondría en riesgo la vida de los rehenes y sobrecargaría aún más a las fuerzas armadas, que ya han estado bajo una intensa presión durante casi dos años de guerra, según reportes de prensa. Sus declaraciones revelaron una aparente fractura entre Netanyahu y el estamento militar.
Pese a las objeciones del Ejército, el canal 12 israelí informó este jueves que las tropas ya estarían preparando un plan de varias fases. La primera implicaría la ocupación de Ciudad de Gaza y el desplazamiento forzado de más de un millón de personas hacia la zona de Mawasi, en el sur del enclave, ya superpoblada por desplazados.
En una segunda fase del plan militar, Israel buscaría tomar control de los campamentos de refugiados del centro de Gaza, donde las incursiones hasta ahora han sido limitadas. Las autoridades israelíes creen que en estas zonas también se encontrarían rehenes vivos. Desde Naciones Unidas advirtieron que, de ejecutarse este plan, podría haber “consecuencias catastróficas” para la población gazatí.
En paralelo, el ministro de Finanzas y dirigente ultraderechista, Bezalel Smotrich, anunció la reconstrucción de la colonia de Sa Nur, en Cisjordania, desmantelada en 2005. “Estamos corrigiendo el error de la expulsión”, dijo al acompañar a familias que se preparan para instalarse nuevamente en las ruinas de la colonia, en el norte del territorio ocupado.
“Sabíamos que algún día volveríamos a todos los lugares de los que fuimos expulsados. Eso aplica a Gaza y más aún aquí”, agregó Smotrich, líder del partido Sionismo Religioso. En mayo, el gobierno de Netanyahu aprobó el desarrollo de 22 nuevas colonias en Cisjordania, entre ellas Homesh y Sa Nur, consideradas de alto valor simbólico.
Una piedra en las negociaciones
Hamas respondió a las declaraciones de Netanyahu sobre la expansión militar antes de que finalice la reunión de seguridad. Según el grupo islamista, los dichos de Netanyahu constituyen “un golpe” al proceso de negociación para un alto el fuego. A su vez, remarcaron que sus palabras demuestran su voluntad de sacrificar a los rehenes para satisfacer sus propios intereses políticos.
En un comunicado, Hamas advirtió que expandir la ofensiva en Gaza “no será pan comido” y costará muchas bajas al Ejército israelí. “Lo que planea el criminal de guerra Netanyahu es continuar con su estrategia de genocidio y desplazamiento, cometiendo más crímenes contra nuestro pueblo”, aseguraron.
Para el movimiento propalestino, el anuncio de que “fuerzas árabes” se harían cargo del gobierno en Gaza, sin presencia de su organización, representa un giro claro en las negociaciones. “Netanyahu busca deshacerse de los prisioneros y sacrificarlos para avanzar en su agenda extremista. Gaza resistirá cualquier intento de tutela externa”, subrayaron.
Por su parte, la Autoridad Palestina, a través de su cancillería, denunció “un ataque sistemático contra la solución de los dos Estados, en medio de un silencio internacional sospechoso”. También manifestó su preocupación por la intensificación de las colonias en Cisjordania ocupada: “Se profundiza la confiscación de tierras palestinas para expandir asentamientos ilegales”, indicó.
Presión por los rehenes
Mientras el gabinete de seguridad deliberaba sobre los próximos pasos en Gaza, cientos de personas se manifestaron frente a la oficina del primer ministro en Jerusalén. Los manifestantes exigieron un acuerdo de intercambio de rehenes con Hamas y rechazaron la ampliación de la ofensiva militar.
Según el diario israelí Haaretz, entre los presentes había tres ex rehenes liberados en acuerdos anteriores: Ilana Gritzewsky, Arbel Yehoud y Sharon Cunio Alony. Sus parejas, Matan Zangauker, Ariel Cunio y David Cunio, continúan cautivos.
En Tel Aviv, otro centenar de personas protestó frente a la sede del Likud, el partido del primer ministro. También se registraron pequeñas manifestaciones en otras ciudades como Haifa, Herzliya, Ness Ziona y Beerseba, de acuerdo a imágenes del movimiento Voces Contra la Guerra.
Ese mismo día, familiares de los cautivos zarparon desde el puerto de Ashkelon con la intención de acercarse lo más posible a la Franja de Gaza. Los organizadores de la protesta afirmaron que buscan “estar más cerca de sus seres queridos”.
Las familias de los rehenes también criticaron duramente el plan de Netanyahu. Yehuda Cohen, padre del soldado retenido Nimrod Cohen, dijo desde la embarcación que zarpó hacia Gaza que el primer ministro prolonga la guerra para satisfacer a los extremistas de su gobierno. “Netanyahu trabaja solo para sí mismo”, denunció, y pidió a la comunidad internacional presionar para detener la guerra y salvar a su hijo.
Cortesía de Página 12
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