Madre e hijo escenifican en el MUAC los conflictos de la precariedad y el trabajo

Por: Cultura UNAM

FERIA DE SAN FRANCISCO

El director, actor y dramaturgo Anacarsis Ramos sube al escenario y lo acompaña su madre Josefina Orlaineta. Aunque la pieza teatral ha comenzado, el público se enfrenta a la sensación de que es testigo de una conversación. Madre e hijo hablarán de los muchos trabajos que Josefina ha tenido, desde peluquera hasta tendera o fabricante de chorizos. Hablarán de precariedad laboral y de explotación, de opresión capitalista, de violencia. Y veremos que la vida del teatro no ha sido tan diferente para su hijo. 

Esta es una primera mirada a lo que ocurre en la obra teatral Mi madre y el dinero que se presentará los días 15 y 16 de agosto a las 18 horas en el Auditorio del Museo Universitario Arte Contemporáneo. 

Josefina Orlaineta no es actriz, o no lo era, o no lo era sobre un escenario, porque siendo vendedora en varios de los 40 trabajos que tuvo entre los años 1960 y 2020, en Campeche, algo aprendió de actuación. Por su parte, Anacarsis Ramos, quien emigró a la Ciudad de México para dar rienda suelta a su vida teatral, ha tenido que lidiar a lo largo de los años con la incertidumbre económica y la precariedad. Dos caras de un mismo mundo que se reúne en escena para hablar de Josefina y de su relación con el dinero y el trabajo. 

La madre y el hijo reproducen en escena algunos de los trabajos de Josefina mientras hablan de estos temas (embuten chorizos, ella le corta el cabello a él, por poner dos ejemplos). Pero esta es solo la piedrita que crea ondas expansivas en el agua, ya que el hecho escénico aborda también el trasfondo económico y social del mundo teatral (el apetito de los festivales por la pobreza latinoamericana y los personajes revelan cuánto les pagan por la función que el público presencia en ese momento) o los problemas del extractivismo en Campeche, históricos y tan actuales como en la antigüedad.

Foto: Cultura UNAM

“Yo estaba en una situación económica muy mala en la Ciudad de México y regresé a la casa de mi madre en Campeche, de donde me había ido hace 10 años para dedicarme al teatro”, revela Anacarsis. “Volví a trabajar con mi madre en uno de sus muchos negocios, el de los chorizos. En ese proceso, particularmente en la etapa de amarrarlos, que dura unas cuatro o cinco horas por las tardes, pasábamos mucho tiempo juntos. Ahí comencé a redescubrir su historia económica y todas las estrategias de trabajo que desarrolló, y cómo eso influía también en mi propio trabajo artístico. Fue como volver a explicarme mi vida, no solo desde la terapia, sino desde lo económico”.

Ramos le propuso a su madre hacer la obra y empezó a escribir lo que ella le decía. Invitado a escenificar como work in progress la obra en un festival, se lo propuso a Josefina, quien lo primero que le dijo fue ¿cuánto nos van a pagar? Madre hijo tuvieron negociaciones, que luego formaron parte de la obra, sobre lo económico, sobre el hecho de viajar o de pasar tiempo juntos. De hecho, una de las premisas conceptuales del proyecto fue que siempre se le pagara dignamente a ella, nos cuenta Anacarsis. 

Paradójicamente, esta obra sobre la precariedad, la explotación y diveros tipos de violencia, les ha permitido presentarse en Hamburgo, Bruselas y, para el año entrante, en otras sedes de Europa, Asia y Estados Unidos.

Foto: Cultura UNAM

“Para mí ha sido un proceso de mucho aprendizaje. Fue una forma de establecer un puente con mi pasado, con Campeche, con el dolor, con el trauma. Me ayudó a entender mejor la historia económica de mis padres, las historias de colonialismo e imperialismo, la violencia de mi infancia y adolescencia. Todo eso se manifiesta íntimamente, y el teatro me ayudó a entenderlo desde una perspectiva más amplia. Además, cambió nuestra forma de trabajar. En mi familia, como comerciantes, todo era una sola cosa: casa, tienda, bodega. La familia era también una empresa. No quería reproducir esa dinámica en los ensayos”.

Por otro lado, Anacarsis Ramos expone tambiénen esta obra, como se ha dicho, el trabajo artístico a la luz de la precariedad, la explotación y la violencia. 

“[La obra] nació del cansancio ante las instituciones y ante un sistema sin interés en reformarse, que se sostiene por el cariño que le tenemos a lo que hacemos, pero no ofrece protección. Durante la pandemia lo vimos: no tenemos seguridad médica ni derechos como artistas. Siempre somos trabajadores freelance. Y el arte, además, suele idealizarse como algo glamuroso o espiritual, pero las condiciones materiales son precarias, como cualquier otro trabajo. Lo peor es que incluso quejarse está mal visto”, concluye.

Mi madre y el dinero
  • Cuándo: 15 y 16 de agosto de 2025
  • Horario: 18:00 horas
  • Dónde: Auditorio del MUAC
  • Entrada: Gratis

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de Chilango



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