La Cancillería brasileña convocó este viernes al encargado de negocios de la embajada estadounidense en el país para que explique un mensaje divulgado por esa delegación, en el que hace nuevas amenazas al Tribunal Supremo, instancia en la que se juzga al expresidente Jair Bolsonaro por golpismo. Fuentes oficiales dijeron a la agencia de noticias EFE que Gabriel Escobar, responsable de la delegación diplomática en ausencia de un embajador, fue citado después de que el jueves esa embajada publicara un mensaje en las redes sociales con amenazas a la máxima corte brasileña.
La publicación indica que los “aliados” del juez Alexandre de Moraes, instructor del juicio a Bolsonaro, “están avisados” para que no apoyen al magistrado, quien ya fue objeto de sanciones por parte del gobierno de Donald Trump. “Los aliados de Moraes en el poder judicial y en otras esferas están avisados para que no apoyen ni faciliten la conducta de Moraes. Estamos monitorizando la situación de cerca”, afirmó el mensaje de la embajada. El mes pasado, la Cancillería también convocó a Escobar para pedir explicaciones por mensajes difundidos por la embajada en apoyo a Bolsonaro.
El juicio a Bolsonaro
Las relaciones bilaterales entre Brasil y Estados Unidos se deterioraron por las represalias adoptadas por la administración Trump contra el país sudamericano, que Washington justifica por el juicio a Bolsonaro, denunciando una “caza de brujas”. Por ese motivo la Casa Blanca impuso aranceles del 50 por ciento a Brasil, los más altos aplicados a cualquier socio comercial en el mundo. También aplicó sanciones contra el juez Moraes, amparadas en la Ley Magnitsky, que permite sancionar a funcionarios extranjeros por violaciones a los derechos humanos.
El gobierno de Brasil afirma que está abierto a mantener las negociaciones comerciales para reducir los aranceles, pero al mismo tiempo rechaza toda presión extranjera sobre la situación judicial de Bolsonaro y sobre los tribunales. Bolsonaro, quien gobernó entre 2019 y 2022, cuando coincidió durante dos años con el primer mandato de Trump, está acusado de haber planificado, junto a jefes militares y antiguos ministros, diversos planes para impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva tras la victoria del líder progresista en las elecciones de octubre de 2022.
El lunes pasado, Bolsonaro fue detenido en régimen de prisión domiciliaria por orden del Tribunal Supremo, debido al incumplimiento de las órdenes cautelares que le impedían comunicarse con sus seguidores por medio de las redes sociales. Su defensa presentó el miércoles un recurso ante la Corte Suprema en el que solicita la revocación de la decisión, bajo el argumento de que no desobedeció las restricciones que le habían sido impuestas. Los abogados del exmandatario también solicitaron que el recurso sea analizado por la Sala Primera del Supremo, integrada por cinco magistrados, para que no quede exclusivamente en las manos de Moraes.
La disputa por los aranceles
El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, aseguró el jueves: “Queremos construir una pauta de asuntos no arancelarios que podemos negociar, como centros de datos, empresas de tecnología y minerales estratégicos, que nos permita superar este problema”. Por su parte el ministro brasileño de Hacienda, Fernando Haddad, ya había admitido la semana pasada la disposición de Brasil de incluir el acceso a tierras raras y minerales estratégicos, algo de gran interés para Estados Unidos, en las negociaciones entre ambos países para superar sus divergencias comerciales.
De acuerdo con los cálculos del gobierno brasileño, al anunciar la semana pasada una lista de cerca de 700 excepciones, que incluyen importantes productos de la pauta exportadora de Brasil como petróleo, aviones, celulosa y jugo de naranja, Estados Unidos excluyó de su sanción a cerca del 44 por ciento de las exportaciones brasileñas a la mayor economía mundial. Como el otro 20 por ciento de las exportaciones ya tiene un régimen especial, como es el caso del acero, aluminio y vehículos, el arancel adicional del 50 por ciento tan solo afecta al 36 por ciento de las exportaciones brasileñas a Estados Unidos, que el año pasado sumaron 40 mil millones de dólares.
Críticas a la actitud de EE.UU.
Mientras tanto, el Foro Permanente de Política Exterior (Foro PPE) expresó este viernes su “profunda preocupación” frente a lo que consideran el creciente intervencionismo de Estados Unidos en los asuntos internos de Brasil, y advirtió que esta actitud pone en riesgo los principios de convivencia democrática en el continente. En una declaración pública, la entidad compuesta por cerca de 75 personalidades del mundo diplomático y académico chileno, entre ellas el exsecretario general de la OEA José Miguel Insulza y el exsenador Carlos Ominami, alertó sobre las tensiones generadas por las recientes presiones políticas y económicas ejercidas por el gobierno estadounidense sobre Brasil.
El Foro PPE rechaza particularmente el uso de amenazas tarifarias por parte del Gobierno del presidente Donald Trump ligadas a decisiones judiciales brasileñas en el proceso abierto contra Bolsonaro. “Es inadmisible la forma como el gobierno del presidente Donald Trump está presionando con anuncios tarifarios extremos sobre asuntos del ámbito político, por ejemplo, los derivados del intento de golpe de Estado por el cual se juzga al expresidente Jair Bolsonaro”, manifiestan los firmantes.
Para el Foro PPE, lo que está en juego no es una simple diferencia bilateral, sino los principios consagrados en la Carta Democrática Interamericana. “Es inadmisible que se cuestione desde el exterior la esencia de la vida política de un país independiente y soberano”, subraya la declaración. La entidad llamó a reencauzar las relaciones hemisféricas en base al respeto mutuo, y a distinguir claramente los ámbitos económicos, políticos y de derechos humanos, siempre bajo el marco del diálogo.
Cortesía de Página 12
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