No es lo mismo Maduro que podrido


No es lo mismo maduro que podrido. Cuando un fruto se pasa de maduro, cae. Cuando un presidente, como es el caso de Nicolás Maduro en Venezuela, se excede en el uso y abuso de poder, tarde o temprano también cae. Son pocos, muy pocos, los dictadores que mueren en el poder. Francisco Franco murió siendo aún jefe de Estado, aunque ya había dejado la presidencia en manos de un incondicional, Carlos Arias Navarro, y Fidel Castro, que dejó el poder en manos de su hermano, son la excepción. La gran mayoría muere destronada o asesinada.

FERIA DE SAN FRANCISCO

La hora de Maduro parece acercarse. Después de un proceso electoral en el que no pudo demostrar que había ganado, pues nunca mostró las actas, el gobierno de Donald Trump ha decidido declararle la guerra: primero lo nombró non grato, luego lo vinculó con el Cartel de los Soles, lo designó como terrorista, acto seguido aumentó el precio por su cabeza a 50 millones de dólares y finalmente incautó propiedades, presuntamente pertenecientes a Maduro o a su entorno, por 700 millones de dólares: dos aviones, casas y mansiones, varias de ellas en Florida, una granja de caballos, nueve vehículos, millones de dólares en joyas, dinero en efectivo y una mansión más en República Dominicana, que no está muy claro cómo el gobierno estadounidense la incautó en territorio ajeno.

Más allá de las dudas razonables sobre la veracidad o no del monto y la propiedad efectiva de lo incautado, el golpe es demoledor. No están acusando a Maduro de ser un presidente espurio o antidemocrático (eso es lo de hoy en todo el mundo), sino de crimen organizado, de ser parte de una mafia, de acuerdo con las palabras de la fiscal estadounidense Pamela Bondi. Si gran parte de la comunidad internacional lo había ya aislado tras las fraudulentas elecciones del año pasado, este golpe lo convertirá en un apestado.

¿Cuál será la reacción del gobierno mexicano, uno de los pocos que lo reconoció como presidente y envió una representación a su toma de posesión? Seguramente los grandes “amigos” mexicanos de Maduro, como Fernández Noroña, Rocío Nahle, Cuitláhuac García, Layda Sansores, Raquel Bonilla y un largo etcétera, comenzarán, como buenos políticos, a aplicar el “moonwalk”, a hacerse discretamente para atrás y lo negarán tres veces antes de que cante el gallo. El verdadero problema lo tienen la presidenta Sheinbaum y el canciller de la Fuente, pues no hay que olvidar que, como publicó Raymundo Riva Palacio hace un par de años, el FBI investiga la triangulación de Segalmex, en la que parte del fraude en la paraestatal (14 mil millones de pesos) fue justamente para enviar maíz a Venezuela a cambio de petróleo que terminó en Cuba. Si esta investigación vuelve a salir a la luz en medio del escándalo de un Maduro ya podrido, va a salpicar a más de uno en México. El gobierno de Sheinbaum quedará literalmente entre la espada y la pared.

¿Ya se pudrió Maduro? Por lo pronto, algo huele ya muy mal.

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de El Informador



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