
Hasta finales del 2024, el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) era el organismo encargado de medir la pobreza en México. Tras su desaparición, a partir del 2025, el Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) asumió esta tarea.
En su más reciente publicación, el Inegi garantizó la continuidad y comparabilidad de las estadísticas sobre pobreza, manteniendo la metodología, confiabilidad y periodicidad establecidas por el extinto Coneval.
Una de las principales características de la metodología es el enfoque multidimensional, que permite tener un panorama más amplio sobre la situación de pobreza en México. El Inegi también conservó este enfoque en su más reciente publicación de resultados sobre la pobreza a nivel estatal y federal.
¿De qué va el enfoque multidimensional de la pobreza?
Desde 2008, México adoptó una metodología multidimensional para medir la pobreza, alineada con la Ley General de Desarrollo Social. Este enfoque reconoce que la pobreza no sólo se presenta cuando una persona no tiene dinero suficiente para costear la canasta básica, sino que la pobreza puede reflejarse cuando una persona no logra acceder efectivamente a derechos sociales básicos: alimentación, vivienda, servicios públicos, educación, salud y seguridad social.
El enfoque multidimensional considera dos factores:
- Bienestar económico: se analiza el ingreso corriente per cápita de los hogares y se compara con dos umbrales:
Línea de pobreza extrema por ingresos: costo monetario de la canasta alimentaria.
Línea de pobreza moderada por ingresos: costo monetario de la canasta alimentaria más bienes y servicios no alimentarios (transporte, educación, salud, higiene o vestido).
- Carencias sociales: indicadores permiten evaluar si las personas tienen garantizados derechos como educación, salud, seguridad social, calidad de vivienda, servicios básicos, alimentación nutritiva y suficiente, cohesión social, entre otros.
Bajo este modelo, una persona se considera en pobreza multidimensional si presenta al menos una carencia social y sus ingresos son insuficientes para costear la canasta básica.
Si acumula tres o más carencias sociales y su ingreso es insuficiente para costear la canasta básica sólo de alimentos se clasifica como pobreza extrema.
Además, la Medición Multidimensional de la Pobreza también permite observar y clasificar a quienes quizás no han caído en pobreza moderada o pobreza extrema, pero se encuentran vulnerables por la prevalencia de carencias sociales.
ENIGH, la fuente clave para medir la pobreza
Una de las cuestiones principales sobre la medición de la pobreza es su periodicidad; las cifras se actualizan cada dos años. Esto tiene una explicación metodológica, la principal fuente de información sobre la que se hacen las estimaciones de pobreza es la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), elaborada por el Inegi cada dos años.
Hasta que los resultados de la ENIGH no están listos, no se pueden realizar las estimaciones sobre pobreza.
La ENIGH es uno de los ejercicios estadísticos más grandes y representativos del Inegi. Recoge información detallada sobre los ingresos, gastos, características de las viviendas, acceso a servicios y condiciones de vida de la población.
La ENIGH es representativa a nivel nacional, estatal y para áreas urbanas y rurales. Su diseño muestral es probabilístico, estratificado y por conglomerados, lo que permite extrapolar resultados a toda la población del país. La encuesta se aplica directamente en los hogares, con cuestionarios extensos que requieren entrevistas presenciales y revisión documental de ingresos y gastos.
La ENIGH es una fuente estadística valiosa debido a que se ha levantado con metodologías consistentes desde 1984, lo que facilita la comparabilidad de la información. Además, ha incorporado mejoras en captación y registro de datos a lo largo de los años.
Medir la pobreza de manera multidimensional tiene implicaciones concretas en la política social. Por ejemplo, un hogar con ingresos cercanos al costo de la canasta básica, pero con carencia en acceso a servicios de salud y vivienda inadecuada puede no ser identificado como pobre por ingreso, pero sí en la medición multidimensional.
Esto permite diseñar programas que no solo entreguen transferencias monetarias, sino que también se trabaje en corregir las estructuras de desigualdad de oportunidades que impiden que millones de mexicanos accedan a sus derechos básicos.
El enfoque multidimensional para medir la pobreza en México también permite focalizar intervenciones a nivel estatal y municipal, identificar grupos específicos —como hablantes de lenguas indígenas, personas con discapacidad, mujeres e infancias— y monitorear avances o retrocesos en el tiempo.
Cortesía de El Economista
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