Así es la imponente fortaleza de la antigua civilización de Urartu hallada a 3.000 metros de altura en Turquía

Unas veces, la historia puede reconstruirse a partir de evidencias muy pequeñas, como un diente, una moneda o un resto orgánico. En ocasiones, sin embargo, la magnitud imponente de un hallazgo basta, por sí sola, para cambiar el curso de la narrativa histórica. Es este el caso de la fortaleza monumental de la antigua civilización de Urartu que un equipo de arqueólogos ha identificado en las remotas alturas de la meseta de Tirişin, en el distrito de Gürpınar (provincia de Van, Turquía oriental). La estructura, emplazada a unos 3.000 metros sobre el nivel del mar, se alza como un notable ejemplo de la ingeniería militar de la antigüedad. Este nuevo descubrimiento, además de ampliar nuestro conocimiento sobre el poder y alcance de Urartu, también proporciona nuevos datos sobre el modo en que esta cultura aprovechó la orografía extrema para edificar y mantener sus enclaves defensivos.

Un escenario de altura

La meseta de Tirişin es una vasta planicie rodeada de altas montañas y profundos desfiladeros. En invierno, el clima es severo. La nieve se acumula a menudo, impidiendo el acceso. Por eso, la ubicación de la fortaleza, a 3.000 metros de altitud, muestra que su ubicación se explica por una cuestión estratégica: buscaba dominar visualmente el territorio y controlar las rutas de paso. Desde sus murallas, se abren panorámicas que abarcan kilómetros, un privilegio defensivo que permitía detectar cualquier movimiento anómalo en una amplia zona geográfica.

Incluso acceder a la forteleza en actualidad resulta complejo. Los arqueólogos invirtieron dos horas para ascender desde la aldea de Beşbudak hasta el yacimiento siguiendo los senderos de montaña. Esta dificultad para alcanzar la ciudadela, por tanto, debió ser un elemento clave en la defensa de la fortaleza.

Urartu se caracterizó por sus imponentes fortalezas. Fortaleza de Van. Fuente: Christian Koehn/Wikimedia

El descubrimiento de la ciudadela

La identificación de la fortaleza se produjo en el marco de un estudio de prospección arqueológica dirigido por el profesor Rafet Çavuşoğlu, de la Universidad Van Yüzüncü Yıl, con el apoyo del Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía. El equipo, formado por varios especialistas, exploró de forma sistemática la meseta en busca de restos arquitectónicos, objetos y estructuras asociadas.

Según los expertos, se trata de una de las fortalezas más grandes y mejor conservadas descubiertas hasta ahora en la región. Las dimensiones y complejidad del emplazamiento, junto con su excelente estado, convierten este enclave en un punto de referencia para el estudio de la arquitectura de Urartu.

Arquitectura monumental de altura

La fortaleza incluye cerca de 50 habitaciones. Distribuidas en distintas áreas, esta multiplicidad de espacios sugiere que la fortaleza combinaba funciones militares, administrativas y residenciales. Los muros, construidos con bloques de basalto de procedencia local, se extienden a lo largo de unos 4 kilómetros en un perímetro defensivo impresionante.

En su interior se distingue una ciudadela, que pudo funcionar como el núcleo administrativo o la zona residenciad de la élite militar. Según los estudiosos, este espacio, que se caracteriza por estar elevado dentro de la propia fortaleza, habría servido para coordinar las actividades y reforzar las relaciones de autoridad y servitud dentro de le estructura.

Fortaleza
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Materiales y técnicas constructivas

El uso del basalto como material de construcción se explica tanto por su abundancia en la zona como por su resistencia. Los muros muestran un ensamblaje preciso, típico de las construcciones urartias, que favorecía la estabilidad frente a los terremotos y las condiciones climáticas extremas. La combinación de robustez y diseño revela un alto nivel de conocimiento técnico y un empleo calculado de los recursos locales.

Además, la fortaleza integra áreas que parecen haber servido como almacenes o talleres. Todas estas evidencias, por tanto, refuerzan la idea de que este fue un centro operativo complejo con funciones múltiples.

Hallazgos materiales en la fortaleza

Durante la prospección, se recuperaron fragmentos de cerámica urartia decorada que han permitido asociar el yacimiento a la cronología de la Edad del hierro. También se hallaron molinos de piedra, así como piedras talladas con símbolos que podrían corresponder a marcadores de propiedad, inscripciones o elementos religiosos. Estos restos sugieren que la fortaleza fue un centro productivo más allá de lo estrictamente militar.

Una forteleza hecha para un uso prolongado

El equipo arqueológico, además, ha encontrado evidencias de que la fortaleza se utilizó desde la Edad del hierro hasta la Edad media. Las adaptaciones y reparaciones visibles en algunos tramos de muralla apoyan esta hipótesis. Esta ocupación prolongada se explica, en gran medida, por su emplazamiento elevado y fortificado. Tal posición habría servido tanto para controlar las rutas comerciales como para proteger los recursos pastoriles. En la Edad media, su valor defensivo pudo haberse incrementado ante los conflictos regionales.

Çavuştepe Urartian Sardurihinilli Fuente Anadolu Wikimedia
Fortaleza urartia de Çavuştepe, Sardurihinilli. Fuente: Anadolu/Wikimedia

Urartu y su legado

La civilización de Urartu, que floreció entre los siglos IX y VI a. C., controlaba un vasto territorio que abarcaba partes de las actuales Turquía, Armenia e Irán. Su arquitectura defensiva, caracterizada por la construcción de fortificaciones inexpugnables en puntos estratégicos, reflejaba tanto su capacidad militar como su organización centralizada.

La fortaleza de Tirişin encaja plenamente en este modelo, pero su ubicación en un contexto especialmente complejo, así como el número de habitaciones identificadas, la sitúan entre los hallazgos más significativos de las últimas décadas. Este descubrimiento ofrece una oportunidad única para estudiar la logística y las estrategias de defensa en entornos de alta montaña.

Fortaleza
Recreación fantasiosa. fuente: Midjourney/Erica Couto

Retos y perspectivas

El equipo de excavación ha podido cmprobr que el acceso al yacimiento, aunque difícil, es factible durante los meses más cálidos. Sin embargo, las condiciones meteorológicas adversas limitan el tiempo disponible para llevar a cabo las campañas arqueológicas. En el futuro, se prevé realizar excavaciones más profundas que permitan conocer con precisión la distribución interna, los sistemas de acceso y el posible papel ritual de ciertos espacios. El análisis de los restos cerámicos y líticos, por otro lado, permitirá afinar la cronología de las distintas fases de ocupación.

Urartu, la civilización de las fortalezas

El hallazgo de la fortaleza urartia en la meseta de Tirişin confirma cómo una civilización milenaria supo aprovechar las condiciones extremas para edificar estructuras de poder duraderas. Su muralla de cuatro kilómetros, sus cincuenta habitaciones y su dilatada ocupación durante siglos la convierten en un enclave excepcional, tanto por su envergadura como por el desafío que supuso levantarla y mantenerla. A medida que avancen las investigaciones, esta fortaleza revelará más sobre la historia de Urartu y sobre la interacción entre paisaje, arquitectura y poder.

Referencias

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de Muy Interesante



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