
El Museo de las Artes (MUSA) de la Universidad de Guadalajara abrió sus puertas a una propuesta que busca recordar y sensibilizar. La artista visual Claudia Rodríguez inició su residencia artística Ceguera Voluntaria, un proyecto que convierte al arte en vehículo de memoria frente a la tragedia nacional de los desaparecidos en México. Durante casi dos meses, la creadora transformará la Sala 7 en un taller vivo donde el público observará y podrá participar en la elaboración de piezas escultóricas que dialogan con la ausencia, el dolor y la resistencia.
Rodríguez, nacida en la Ciudad de México en 1966 y radicada en Guadalajara desde 1972, es psicóloga de formación y artista de vocación. Su trayectoria se ha distinguido por un fuerte compromiso con proyectos sociales y ambientales, y en esta ocasión aborda uno de los temas más desgarradores del país. “Estoy muy contenta, muy emocionada de estar aquí, de venir y que vaya a ser mi espacio de lunes a sábado. Me gusta mucho esta convivencia, desde ahí es todo muy positivo”, compartió al inicio de su residencia en entrevista con EL INFORMADOR.
El Rancho Izaguirre como detonante
El núcleo de Ceguera Voluntaria está inspirado en el hallazgo de prendas y pertenencias en el Rancho Izaguirre, en Jalisco, sitio relacionado con la desaparición de personas. La imagen de ropa, mochilas y zapatos acumulados marcó a la artista, quien decidió trasladar esa memoria al museo.
“El tema principal es el Rancho Izaguirre, es una memoria que estoy haciendo a través de piezas escultóricas”, explicó. “Me impactó mucho esta imagen de la ropa, de tantos jóvenes y hasta de niños. Piensas en qué pasó ahí, qué es esto… de verdad es un lugar de exterminio. Ya sabemos a dónde están los desaparecidos”.
El título Ceguera Voluntaria alude a la manera en que hechos tan contundentes tienden a olvidarse. “Lo vimos y luego como que se nos olvida, pero a mí me impactó. Las madres al día siguiente llegaban al rancho buscando las prendas de sus hijos y encontraron todo acomodado, con numeritos. Decían: ‘Esto parece un museo’. Entonces pensé: si parece un museo, llevemos esas prendas al museo, porque sí las vimos”, señaló.
Las piezas reproducirán pantalones, camisas o zapatos con materiales como yeso, cemento o tierra. Rodríguez subrayó que la participación del público será clave. “Es un poco ensuciarse las manos. Y quien no quiera, no importa, pero de algún modo estar en este espacio, abrirse al diálogo, escribir un nombre en el muro. Es una forma de involucrarse y recordar que hay 130 mil personas desaparecidas por lo menos”.
Arte como herramienta de transformación
El trabajo de Rodríguez se ha caracterizado por abrir espacios de diálogo en torno a problemáticas sociales y ambientales. Un antecedente significativo fue su proyecto en torno al río Santiago, donde comunidades afectadas por la contaminación participaron en procesos colectivos de creación.
“El arte es transdisciplinario, todo lo atraviesa. En el caso del río Santiago, tejimos datos a través de un proyecto artístico en varias comunidades. Fue interesante porque se abrió el diálogo de algo que era muy amenazante. El arte permite hablar de eso en un lugar seguro”, recordó.
Para ella, la práctica artística es inseparable de la acción social. “Me apasiona dedicarme al arte, pero al arte que hace transformación social. Realmente creo en esta capacidad que tiene de generar conciencia, de abrir espacios de comunicación y de empatía”, afirmó.
Una invitación a la empatía
Más allá de la producción plástica, Ceguera voluntaria plantea un acto de solidaridad. La artista subrayó la importancia de involucrarse en causas que tocan a toda la sociedad, incluso si no se es familiar directo de una persona desaparecida.
“Es una forma de solidarizarse con las madres buscadoras, que lo que más necesitan es solidaridad y cobijo, no indiferencia. Ya tenemos mucha indiferencia. Todos vivimos con miedo, aunque no tengamos un desaparecido cercano. Entonces la única manera es involucrándonos y haciendo fuerza social. En este caso, a través de un proyecto artístico donde invito a sumarse”, expresó.
Rodríguez confía en que cada visitante deje algo de sí en este proceso. “Cada persona le aporta algo distinto. Al final es una experiencia que te llevas, es parte de la empatía, de decir: ‘Puse un poco de mí en esta causa’. Esa energía queda aquí”.
El programa en el MUSA
El Programa Artista en residencia del MUSA busca acercar al público a las distintas etapas del proceso creativo. Se acondicionan espacios como talleres donde los artistas desarrollan su obra con la posibilidad de interacción directa con los visitantes. La dinámica representa un reto de concentración y compromiso para los creadores, que deben concluir su proyecto en un periodo limitado.
La residencia Ceguera voluntaria se llevará a cabo del 19 de agosto al 11 de octubre de 2025 en la Sala 7 del MUSA. Al concluir, el museo presentará en una exposición las piezas producidas durante el proceso.
MF
Cortesía de El Informador
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