El género roguelite y roguelike ha estado lleno de propuestas interesantes a lo largo de los años, con lanzamientos indies que marcaron un antes y un después, como Hades, Enter the Gungeon y The Binding of Isaac. Sin embargo, Bandai Namco quiso sumarse a este tipo de títulos y nos preparó una nueva IP que viene a traer aire fresco a los aficionados: Towa and the Guardians of the Sacred Tree, de la mano de Brownies Inc.
Para esta ocasión, hemos tenido una prueba de cuatro horas del título, donde pudimos profundizar un poco en sus mecánicas, modos de juego, historia, personajes y todo lo que Towa and the Guardians of the Sacred Tree tiene para ofrecer al género con varias características interesantes que marcarán una diferencia entre sus competidores directos.
“En este roguelite situado en un lejano reino místico, se agitan fuerzas antiguas y aguardan grandes peligros. Conviértete en Towa y lidera a los guardianes del árbol sagrado para forjar relaciones duraderas y espadas poderosas y luchar contra las fuerzas de Magatsu por el futuro de la aldea Shinju”.
No viene a cambiar el género roguelite, viene a revitalizarlo
Este juego me dejó varias cosas claras. Como aficionado al género, pude notar ciertas inspiraciones inmediatas a títulos como Hades y The Binding of Isaac. Si bien en esencia son muy diferentes entre sí, este por su naturaleza no cuenta con un permadeath como lo conocemos, sino más bien con mejoras que enriquecen la experiencia de juego. Todas estas se desarrollan en sinergia conforme vayamos explorando el mapa y desbloqueando NPC, por lo que más allá de un boss rush en el que enfrentamos a enemigos épicos para desbloquear atributos, aquí el farmeo y el perseverar en las incursiones tiene su recompensa a largo plazo.
Dicho esto, podemos verlo traducido en las mejoras del personaje, donde en cada run tendremos opciones de incrementos tanto de salud máxima, de habilidades, pasivas o incluso el daño del mismo. Uno de los puntos a favor de esta propuesta de Bandai Namco es que, con la selección de guardianes a escoger, veremos cómo cada partida no será nada parecida a la anterior, tanto en mecánicas como en sensaciones jugables.

Para simplificar de qué se trata Towa and the Guardians of the Sacred Tree, hablamos de un título donde nos adentramos a partidas con dos personajes, un atacante y un soporte, y en cada incursión recibimos mejoras. Sin embargo, a pesar de lo simple que pueda sonar, esto es más profundo de lo que se ve a simple vista. Para comenzar, nuestros personajes pueden hacer sinergia entre sí, donde cada uno tiene una resistencia de ataque y podemos cambiar entre uno y otro conforme se agote la barra de uso de la katana. Cada uno cuenta con un ataque básico, uno potente y una definitiva.
Un modo de juego isométrico lleno de adrenalina

Aunque hay muchos títulos isométricos y en 2D, esta propuesta de Bandai Namco demuestra que fue la mejor elección, especialmente por su nivel de dificultad y el diseño de los enemigos. A veces, la experiencia se asemeja a la de un RPG de acción. Gracias a esta perspectiva, tenemos una visión clara de dónde atacar y hacia dónde esquivar. Además, algunos escenarios tienen el tamaño ideal para los combates y, en ocasiones, dan la impresión de que no hay escapatoria.
El título fue concebido para ser jugado de esta manera desde el principio, lo cual se refleja en su diseño artístico y en la elaboración de los escenarios y personajes. Aunque no es un juego de mundo abierto, sí cuenta con zonas un tanto laberínticas, pero que no resultan abrumadoras a la hora de decidir adónde ir y qué hacer.
Creamos nuestra propia katana desde cero

Un apartado que me sorprendió gratamente fue la posibilidad de crear nuestra propia katana, la cual podremos subir de nivel, craftear y personalizar hasta que quede exactamente como queremos. Esto incluye el diseño de la hoja, el mango, el filo y la forja en sí. Con cada uno de estos apartados teniendo su propio “minijuego”, la entrega nos da la opción de seguir cada paso para forjar la espada y obtener una que esté “hecha a la medida”.
Esto hace que cada partida sea única, no solo en la progresión, sino también en la forma en que creamos nuestras armas y conseguimos botín. Es un sistema que enriquece la experiencia y la rejugabilidad, y que si se explora de mejor manera, podría ofrecer contenido por varias temporadas.
Si en algo sobresale este juego es por su diseño artístico

El juego cuenta con una identidad propia desde el primer momento, con personajes dibujados a mano y un estilo artístico sobresaliente. Sin duda, este es uno de los pilares fundamentales de los que Towa and the Guardians of the Sacred Tree puede presumir, y no tiene nada que envidiarle a las demás propuestas similares. Además, esto se complementa con los efectos de ataques, destellos y otros elementos visuales que enriquecen los gráficos.
Sin embargo, así como esto puede jugar a su favor, también puede jugar en contra. Aunque no hay nada malo en este estilo artístico, en algunas zonas se pierden detalles y los personajes o elementos pueden llegar a confundirse en su estilo cel shading. Esto nos ocurrió más de una vez, pero aseguramos que no es nada grave y el juego se puede disfrutar de principio a fin.
Un juego con cooperativo local, en línea, y esperamos mucho más para su lanzamiento

Si bien no pudimos profundizar tanto en sus modos de juego, algo que nos dejó con la espina clavada fue el modo en línea. Aunque es agradable que aún se sigan sumando lanzamientos con modo cooperativo local, en esta prueba no pudimos acceder a una partida en línea para ver cómo se disfruta con otros jugadores y así comprobar su desempeño a nivel multijugador.
Cada personaje tiene sus estadísticas, y estas no se pierden al terminar una partida, por lo que no hay permadeath en el sentido estricto. Sin embargo, sí comenzaremos desde cero en nuestras incursiones y exploraciones. Nos queda la duda si en el modo en línea habrá algún tipo de progreso que se almacene en los servidores y nos permita seguir subiendo de nivel a nuestro personaje cada vez que entremos.

Towa and the Guardians of the Sacred Tree tiene todo un camino por delante, y si bien estas cuatro horas de prueba nos han dejado un buen sabor de boca y casi todo lo mostrado nos gustó, no deja de tener algunas áreas de oportunidad por mejorar. Esperamos que en la versión final podamos tener un veredicto definitivo sobre este roguelite que, por el momento, se posiciona como un imprescindible para los amantes del género.
Cortesía de Xataka
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