Pocas veces tenemos la oportunidad de ver la historia pasar frente a nosotros, y la muerte masiva de las palmeras canarias —en particular de la que estaba en la Glorieta de la Palma— la pudimos observar y documentar.
Las palmeras canarias son de las más plantadas a nivel internacional por su tamaño y longevidad, alcanzan hasta 1 m de ancho, 30 m de altura y fácilmente sobrepasan los 100 años de vida (en óptimas condiciones, incluso llegan hasta los 200), pero sobre todo por ser la palmera con más hojas en la fronda. Son originarias de las Islas Canarias y están estrechamente emparentadas con las palmeras datileras.
Se popularizaron en Niza, en el sur de Francia, y en otras ciudades de la costa mediterránea durante la segunda mitad del siglo XIX. De ahí saltaron a Estados Unidos, donde se convirtieron en uno de los íconos de la ciudad de Los Ángeles. En México, su introducción fue a inicios del siglo XX, durante el Porfiriato, siguiendo las modas internacionales, pero fue en la década de los años 1930 y 1940 cuando se convirtió en la especie característica de colonias que en ese momento se estaban desarrollando, como la Narvarte y Polanco.
La idea de traer palmeras a la CDMX ocurrió luego de un viaje de diplomáticos mexicanos a Los Ángeles, se fueron asociando a un estilo arquitectónico conocido como neocolonial californiano. Aún podemos ver las plantaciones masivas de palmeras en avenidas como Dr. Vértiz, Diagonal San Antonio y Las Palmas. Nos dejaron un paisaje que caracterizó a la ciudad por décadas.
En los últimos años una epidemia causada por distintos microorganismos como hongos y fitoplasmas arrasó con la mayor parte de las palmeras canarias de la ciudad. Aunque esto se detectó desde el 2013, fue hasta el 2022, con la muerte de la Palmera de Reforma, una de las más viejas de las que se tiene registro en la ciudad —con una edad aproximada de 115 años— cuando la noticia y la epidemia explotaron. Ya era muy tarde y la reacción fue muy lenta, el destino de las palmeras estaba sellado: muchas murieron y, con ellas, un paisaje y un momento de la historia arbórea de CDMX.
La palmera canaria se ha convertido en parte de la historia chilanga. Lee más sobre el tema en Flora citadina, de @arbolescdmx, en nuestra revista de agosto.
Cortesía de Chilango
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